viernes, 27 de septiembre de 2024

La ruta cubana de Churchill

La presentación del libro Arroyo Blanco: la ruta cubana de Churchill contó con la presencia en el poblado del embajador británico...

Arturo Delgado Pruna en Exclusivo 24/03/2014
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churchill
El libro comprende una amplia investigación histórica.

En Arroyo Blanco, sitio donde estuvo Winston Churchill en Cuba durante el invierno de 1895, fue presentado el libro que recoge dos eventos en los que se vio envuelto por aquella fecha el joven húsar inglés: su bautismo de fuego, recién cumplidos los veintiún años y la inserción en una de las coyunturas más peligrosas de la guerra de Independencia. 

Publicado por la espirituana Ediciones Luminaria, Arroyo Blanco: la ruta cubana de Churchill narra cómo la columna española en la que marchaba el bisoño oficial se acercó a la mayor reunión de las armas cubanas hasta ese momento: casi 5000 hombres listos a defender el despegue de la Invasión a Occidente. La interacción entre esa concentración del Ejercito Invasor y la fuerza española no pudo ser más comprometida pues incluyó tres jornadas y un combate dirigido por Antonio Maceo.

Quizá porque se estimaba que sobre la vida de Churchill casi todo estaba dicho, máxime porque él se ocupó de legarlo por escrito, hubo suspicacia cuando la investigadora Lourdes Méndez Vargas anunció en 2012 que iba a entregar un texto en el que detallaba el recorrido que hizo Winston Leonard Spencer Churchillpor la región central de Cuba y, especialmente, su estancia en el poblado de Arroyo Blanco. 

¿Qué datos novedosos se podían brindar a estas alturas? Sagaz como es, la interrogante se la planteó la autora antes de comenzar su pesquisa y le sirvió de pauta para conducirla por camino certero. A la vez, la alentaron el amor por el lugar donde nacieron sus antepasados y el interés por desentrañar detalles confusos que lamentablemente se han estado repitiendo durante años en libros especializados, páginas web y artículos de prensa. Pero, más que todo, la animó el convencimiento de que si bien hay sucesos que forman parte de la historiografía cubana, existen otros, más locales, que deben ser rescatados porque ignorarlos supone desconocimiento de la identidad nacional.

Solo cuando se haya leído Arroyo Blanco: la ruta cubana de Churchill,  se comprenderá que no es un libro más sobre un pequeño segmento de la juventud de quien luego se convertiría en líder excepcional. No puede serlo porque la cautivadora prosa con que está armado hace que disfrutemos la historia no como lo que una vez fue, sino como lo que acontece mientras leemos. 

No lo es, porque Lourdes estudió el capítulo «Cuba» que Churchill incluye en su libro Mi primera juventud, cotejó fuentes documentales de archivos cubanos y españoles, y las entrecruzó con datosaportados por los diarios de campaña de protagonistas del Ejército Libertador, para poder esclarecer el derrotero del aventurado extranjero por la manigua cubana. Insatisfecha con la fría contemplación del mapa incompleto que brinda Churchill en sus viejas memorias, Méndez Vargas transformó los trazos en pasos y se fue a la loma del Heliógrafo, acarició los añejos casquillos de fusil máuser que todavía hoy pueden hallarse desperdigados en esa elevación, mojó sus pies cruzando el río Grande, descansó en el punto donde estuvo el campamento de La Reforma y contempló la bahía por la que hubo de marcharse Churchill con sus escasos veintiún años a cuestas.

Los hechos que rememora tuvieron lugar en los campos del noreste y centro este de la actual provincia de Sancti Spíritus. Sitios como Iguará, Arroyo Blanco, Trilladeras, La Reforma, y en menor medida, el propio centro político de la entonces jurisdicción, la ciudad de Sancti Spíritus, fueron testigos de la ruta recorrida por Churchill y Reginald Barnes, su amigo y camarada de armas.

Este no será un libro más porque lleva consigo el aliento de la originalidad que tuvo la autora para revelarnos que una parte del germen de lo que llegaría a ser Winston Churchill, estuvo en Arroyo Blanco. No en balde él dejó escrito en sus memorias para siempre: «…el mundo se me abrió como la cueva de Alí Babá. Desde 1895 hasta el momento no he tenido descanso».

A la presentación del volumen acudieron Tim Cole, excelentísimo embajador del Reino Unido en Cuba; Ignacio Pérez González, director del departamento de Relaciones Internacionales del gobierno provincial, la autora, el equipo de Ediciones Luminaria, así como pobladores de Arroyo Blanco.    


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Arturo Delgado Pruna


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