La cubanía nos brota del corazón (+Fotos)

Irene Rodríguez logra conciliar los ímpetus de su pasión por la danza con la experiencia acumulada. Desde los nueve años se inició en los secretos del folclor hispánico en las sociedades españolas hasta llegar a primera bailarina del Ballet Español de Cuba y luego, en busca de una estética que respondiera a sus anhelos, creó la compañía que lleva su nombre y con la cual ha merecido premios como coreógrafa y bailarina, al igual que reconocimientos nacionales, en Europa y América.

Una de sus más recientes coreografías fue galardonada con el Premio Iberoamericano de la Danza Alicia Alonso, escenificada en el 23 Festival Internacional de Ballet, en 2012, se trata de El crimen fue en Granada, un tributo a la memoria de Federico García Lorca. En ella, Irene personifica a la muerte.

En cada una de las obras que interpreta hace gala de un poderío técnico que alcanza su máxima expresión en el taconeo vertiginoso que coincide con el movimiento de la falda y las transiciones de su expresividad, marcadas en el rostro y los gestos: incluso, en miradas, todo lo cual la convierte en una de las figuras relevantes de la danza ibérica, surgida del Ballet Español de Cuba, donde obtuvo la categoría de primera bailarina y estrenó varias coreografías. En su perfeccionamiento incluye la licenciatura en Actuación y maestría del Instituto Superior de Arte.

SOÑAR UN FUTURO CON LOS PIES EN ESCENA

—¿Podrías caracterizar el estreno que presentarás en el 24 Festival Internacional de Ballet de La Habana?

—Me siento muy honrada por haber sido invitada al festival, lo cual es importantísimo para mí, porque para cualquier bailarín, que desde joven está viendo los festivales, pensar que pueda estar presente algún día es un sueño. Y para mí es un sueño hecho realidad.

EL MISTERIO DE LOS LLAMADORES DE METAL

“Una vez más estaré presente, pues la pasada edición estuve con la compañía por haber ganado el premio de coreografía del Concurso Iberoamericano de la Danza Alicia Alonso, y este año traigo un estreno mundial, titulado Aldabal, que es un lugar lleno de aldabas, que son los objetos con los que solían tocarse las puertas en épocas anteriores. Precisamente, en ese escenario se desarrolla la dramaturgia, cuya coreografía se inspira en las puertas que tocamos en la vida, por qué las tocamos, qué esperamos ver detrás, y la espera por si nos abren o no. Incluso, sentir la duda cuando nos abren si es para bien o no, si quedan cerradas qué podría ocurrir, y así conferimos un halo de misterio a esos llamadores de metal.

”Las aldabas cambian de sentido y se transforman en caminos, simbolizados por puertas que abrimos y enfrentamos en la vida. Esta coreografía es interpretada por la compañía en pleno, incluido nuestro guitarrista y compositor Joel Gutiérrez, un muchacho muy talentoso, quien utiliza como referente uno de los palos o ritmos del flamenco, la siguiriya. Ha concebido las imágenes sonoras a partir de recursos electroacústicos, otorgándoles el matiz contemporáneo propio de la compañía.

”En el teatro Mella, el día 4, a las 5:00 p.m., participaremos en una gala muy importante donde actuarán primeras figuras del American Ballet Theatre, de Estados Unidos, el primer bailarín Javier Torres y será un estreno del Ballet Nacional de Cuba”.

UN GRAN ÉXITO EN CALIFORNIA

—¿Podrías referirte al reconocimiento que acabas de obtener en California?

—Es un reconocimiento que considero de mucho valor. Nos fue entregado por el presidente del Gobierno de California, el señor John Pérez, quien asistió a una de nuestras presentaciones en Los Ángeles, como parte de las giras que realizamos por las ciudades de California. Su valoración acerca de esa función fue muy elogiosa, lo cual reflejó con palabras muy bellas, las cuales no solo se limitan a la función, sino que hablan de nuestra labor para contribuir a estrechar los lazos entre Cuba y Estados Unidos, desde la cultura,

PERSPECTIVAS DE LA JOVEN COMPAÑÍA

—¿Cuáles son tus proyectos más inmediatos, después del Festival?

—Acaba de comenzar la escuela de nuestro colectivo, que será la cantera de esta agrupación que dirijo, con una matrícula de 43 estudiantes, seleccionados a través de una audición muy rigurosa.

“Acudieron muchachos de todo el país: de Guantánamo, Isla de la Juventud, Camagüey, Matanzas, Mayabeque y de varios municipios de La Habana; procedentes de escuelas de ballet, danza, talleres de formaciones independientes; muchachos muy interesados, con mucho talento, los cuales conforman el alumnado. Y aprovecho esta oportunidad para agradecer a las maestras Ramona de Saá y Marta Iris, quienes me han prestado un salón de la Escuela Nacional de Ballet para que estas clases puedan impartirse diariamente durante tres horas”.

—¿Podrías referirte al repertorio actual del colectivo?

—Tenemos varios títulos que hemos estrenado, uno de ellos Del clásico español al flamenco, cuyoestreno tuvo el privilegio de contar con el acompañamiento de la Orquesta Sinfónica Nacional; Emigrantes, obra para una noche; y un programa concierto que resume nuestro quehacer coreográfico, titulado Coincidencias, estrenado en octubre del año pasado. Entre otros títulos que han merecido buena acogida, puedo citar: El crimen fue en Granada, Al Andaluz y la danza final de El sombrero de tres picos.

UNA MIRADA AL FUTURO

—¿Preparas otros estrenos en este momento?

—Tengo varios en proyecto, que llevaremos a escena el próximo año. En el 2014 estrenamos la obra que llevamos al Festival de Ballet, pero para el próximo tenemos algunas sorpresas.

—¿Podrías darnos alguna primicia?

—Por ahora no es posible, porque estamos en la época del año en que presentamos propuestas al Consejo Nacional de Artes Escénicas. De acuerdo a las posibilidades que tengamos para 2015, podremos hablar de nuestros proyectos, que son varios.

—¿Cuál es tu máxima aspiración como intérprete, coreógrafa y directora de esta agrupación.

—Nuestro principal objetivo es dar a conocer nuestro trabajo en todas las salas y teatros, municipales, provinciales o nacionales, incluso, de trascendencia internacional. Y esto permitirá que sea valorado por el público y la crítica. Ansiamos que se conozca lo que hacemos y se valore.

SIEMPRE TENEMOS PRESENTE EL MATIZ DE LO CUBANO

—En la proyección escénico-danzaria que otorgan al flamenco, en esa dimensión, ¿qué lugar ocupa la cubanía?

—Uno de los aspectos primordiales de mis títulos coreográficos es la cubanía que nos distingue. No es danza española o flamenca hecha por españoles, sino bailada por latinos, por cubanos, y es imposible no dejar esa huella plasmada en todo lo que hacemos. Nuestras interpretaciones de temas flamencos, como zapateado, siempre tiene un elemento alusivo a lo cubano, aunque sea un instrumento típico: un tres, una tumbadora, un batá. Siempre tenemos presente el matiz de lo cubano, porque ella nos brota del corazón.