Las aulas de la Universidad de La Habana fueron camerinos y la Plaza Ignacio Agramonte escenario: el Ballet Nacional de Cuba reeditó la función de desagravio que ofreció Alicia Alonso contra la decisión de la tiranía batistiana de eliminar la subvención estatal al ballet.
“Una vez más el recinto universitario abre las puertas al Ballet Nacional de Cuba, lo que nos permite sentir la emoción del reencuentro con una historia que ha trascendido las épocas y las personas, porque tiene sus bases en valores culturales y patrióticos imperecedero”, escribió Alicia Alonso al conmemorar el aniversario 60 de aquella función de desagravio.
Las Sílfides, Percusión para seis hombres y Don Quijote fueron los tres actos presentados en el parque universitario.
Ayer, al recibir la distinción Alma Mater de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), la Prima Ballerina Assoluta hizo una reverencia al público que la aplaudía: otro baile de Alicia en la Colina.
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