La bondad tiene que estar por encima de todo

Durante los últimos meses, la tropa que lidera la bailarina y coreógrafa Lizt Alfonso presentó el espectáculo ¡Cuba Vibra!, con un éxito arrollador de público, en cuatro ciudades de los Estados Unidos y en el teatro Tapia, de San Juan, Puerto Rico. Además, los bailarines de la compañía representaron a la Isla, por vez primera en la historia de la danza cubana, en la ceremonia de premiación de los Grammy Latinos. A inicios de año también realizó una gira por varios escenarios de Canadá.

Lizt tiene mucho que recordar acerca de su labor comunitaria y educativa con los niños de La Habana Vieja, esos que habitan en lugares aledaños a la sede de la compañía, un edificio que la bailarina contribuyó a arreglar, a pie de obra, junto a los obreros encargados de la tarea.

Así es esta mujer: valiente, emprendedora, visionaria, quien hace cinco lustros decidió hablar, con una voz propia, desde el lenguaje de la danza.

- Cuando fundaste la compañía, ¿cuáles fueron los presupuestos estéticos que tuviste en cuenta?

- Quería hacer fusión –porque no me lo permitían en otros lugares- y decidí crear mi compañía de mujeres, donde pudiera hacer coreografías diferentes, decir otras cosas, algo difícil, en un mundo gobernado por los hombres. Quería recorrer el mundo, hacer que se conociera nuestra cultura, triunfar.

- ¿Cuánto de todo eso has logrado?

- Creo que casi todo y realmente cuando miro hacia atrás me doy cuenta de que en los inicios tenía una visión clara y fuerte. Con los años, esa visión se ha ampliado hacia otros caminos que recorrer, tan interesantes como los de los inicios.

- ¿Qué retos has tenido que afrontar para que tu compañía hoy tenga un nombre reconocido dentro del panorama danzario cubano?

- “Muchísimos, como tener en contra a muchas personas que me decían que estaba loca. No contar con el apoyo de las autoridades porque durante poco más de nueve años fuimos una compañía independiente.

“Hubo gente que no creía en lo que estaba haciendo y me decía que la fusión era algo sin sentido cuando hoy en todo el mundo, lo que se hace, prácticamente, es eso. En fin, todo tipo de trabas. Nunca se me olvida que cuando estrenamos Elementos la gente no entendía el espectáculo, incluso algunos artistas tampoco. Ahora es uno de los favoritos del público.

“Quizás en momentos determinados nos adelantamos a lo que las personas podían recibir. Eso también resulta interesante y, hasta cierto punto, halagador; pero cuando lo estás viviendo se sufre mucho porque uno dice: '¡Dios mío!..¿qué es esto?, ¿por qué no me entienden?'. Ahora todo fluye mucho más fácil, porque cuando hay una trayectoria y vas demostrando el valor de lo que haces, las personas empiezan a entender un poco más”.

- También fuiste precursora del dancical en Cuba, con el espectáculo Vida.

- “Ya en los Estados Unidos se conocía, pero tampoco era muy popular, hasta que llega Creed Barnes y lo define con ese nombre. En Cuba, el teatro musical prácticamente había desaparecido, cuando de pronto irrumpimos en la escena cubana, en el 2008, con Vida.

“Fue como un despertar para muchos creadores en la Isla que se dieron cuenta de que los musicales existían y tenían un valor que se podía explotar. Haber tenido en las filas de la compañía a Omara Portuondo y a Ele Valdés constituyó un apoyo indiscutible porque fue como coronar la obra con una gotica de oro”.

- ¿Dónde radica el éxito de Lizt Alfonso Dance Cuba?

- “Siempre he dicho que el éxito de la compañía radica en el trabajo duro, enfocado hacia los objetivos, sin perder tiempo. Algunas personas me preguntaban: '¿En cuánto tiempo montaste la coreografía para la gala de los Grammy Latinos?'. Les respondía que solo tuvimos algunas horas durante un mes.

“Había la posibilidad de que se diera y también de que no se diera. Pude haber desistido pero uno tiene que plantearse: 'Mejor lo hago y estoy preparada para cuando llegue la oportunidad estar a tono con el momento y lo que se me está pidiendo'. Esa es la actitud a asumir en la vida. Es, además, lo que le aconsejo a todo el mundo: siempre hay que estar listo”.

- La compañía no eres tú sola, ¿cómo funciona a lo interno?

- “Tiene un sistema piramidal que empieza con los talleres vocacionales, una escuela totalmente amateur donde, en estos momentos, hay más de mil 200 niños entre 6 y 16 años; después tiene el ballet infantil; el ballet juvenil; la Unidad Artístico Docente de donde egresan nuestros bailarines con el título de danza fusión y, por último, viene la compañía profesional.

“Para que todo lo anterior funcione existe una administración, con personal de limpieza, los trabajadores que atienden el pantry donde comen los artistas, lo que cada uno trae de su casa; departamento de relaciones públicas, de economía y el reggiserato, que es el pulmón de la compañía, donde se organiza todo el trabajo artístico técnico”.

- Entonces, ¿el relevo está garantizado? 

- “Eso no lo sé pero yo he trabajado mucho para que siempre exista un relevo. Ya hay dos generaciones de bailarines que han pasado por la compañía y pequeños grupos que proceden de nuestras propias filas.

“Desconozco si la obra va a perdurar en el tiempo como Ballet Lizt Alfonso pero sí sé que lo hecho durante estos años, de alguna manera, está presente creo que en casi todas las compañías de danza del país: en unas, porque tienen coreografías de nuestra autoría; en otras, por la inserción de nuestros bailarines. Hoy por hoy somos de los más representados dentro de todas las esferas de la danza en Cuba”.

- ¿Cómo valoras el año 2015 para la compañía?

- “El año ha sido espectacular: un año de mucha maduración, de crecimiento profesional y artístico. Una siempre tiene que proyectarse hacia el futuro y hacia el mundo exterior. Se nos han abierto cantidad de puertas en distintas líneas de trabajo. Vale la pena y eso es lo que debemos hacer.

“Hemos recibido algunas críticas en Cuba por nuestra participación en los Grammy Latinos pero creo que si no queremos perder a la juventud tenemos que tratar de acercarnos a ella. Hay que abrir la mente para poder llegar a mayor cantidad de personas, por supuesto, sin perder nuestra fórmula de trabajo y respetando nuestra visión del arte”.

- ¿Se mantiene el sueño de la compañía masculina?

- Me encantaría tener una compañía independiente de muchachos. Obdebí García se encuentra con nosotros desde el año 2008. Las puertas están abiertas para todos los que quieran llegar y cumplir con nuestras condiciones de disciplina y rigor. No importa si provienen del mundo del ballet, el folclor o las danzas españolas. Eso enriquece nuestro trabajo. De hecho, contamos con un nuevo bailarían que se llama Carlos Emilio García.

- En encuentros anteriores con la prensa has hablado de que el próximo espectáculo de la compañía se titula Latido: ¿Esa obra será parte de la gala por el aniversario 25 de la compañía?

“Latidova a ser un espectáculo independiente de danza, con música del saxofonista César López, que pensamos estrenar para el 2016 si nos lo permiten todos los compromisos nacionales e internacionales. En él quiero hablar de cosas duras, difíciles, inexplicables, como la muerte de un amigo. De alguna forma todo eso me lo tenía que sacar de dentro.

“Esa es la ventaja que tenemos los artistas: convertir las alegrías y tristezas en algo que podamos compartir con los demás. Vida y muerte son parte de un ciclo, una espiral, un proceso que se cumple, una y otra vez.

“Por supuesto que regresaremos al Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso donde nos presentaremos durante la última semana de febrero y la primera de marzo con el espectáculo Alas. Allí fue donde se estrenó. Además se mantienen los proyectos de intercambios académicos con compañías de otros países.

“Para nuestro aniversario 25, en el mes de octubre, haremos un recorrido por los montajes de todos estos años y contaremos con algunos invitados especiales de todas las manifestaciones. Queremos que sea una sorpresa. Incluiremos el espectáculo final que estrenamos en los Grammy Latinos”.

- ¿Estás satisfecha con lo logrado?

- Mucho. Me duelen la ingratitud y la traición pero mi madre siempre me lo recuerda: 'Cristo murió crucificado. Mira todo lo que hizo y todavía hoy se habla de él.  Mantente tranquila. Sigue tu camino y no te dejes perturbar por las mezquindades humanas'. La bondad tiene que estar por encima de todo para seguir poniendo en alto el nombre de Cuba.

Así concluye Lizt, la bailarina y coreógrafa que siempre mira hacia el futuro.