José Aurelio Paz: “Cuando la noticia eres tú”

Si se quiere disfrutar de un comentario o crónica en Cuba hoy no es posible soslayar la pluma de José Aurelio Paz. Su próximo libro se llamará “Cadáver público” porque una vez publicada la plana ya se ha de andar acompañado con todo lo que pudo salir será sin dudas libro para tener en caliente.

Cubahora desea felicitarle por su Premio “José Martí”, al reconocer la obra de este periodista avileño  y hace partícipe a su público del exquisito post en su perfil de Facebook  cuando conocía la noticia. También les deja la entrevista que le hiciera Alden Hernández, joven periodista de la Agencia Cubana de Noticias

“Cuando la noticia eres tú”

Querid@s amig@s: ¡Gracias por el júbilo con que han recibido la noticia de que me acaban de otorgar el Premio Nacional de Periodismo “José Martí”, por la obra de la vida, como si fuera de ustedes, junto a seis valiosos colegas, con el sentimiento de ser una hormiga frente a su estatura!
El 14 de marzo, cuando lo reciba, lo haré con toda la humildad del mundo pensando en cómo Dios lo lleva a uno por caminos insospechados cuando, jamás, pensé vivir la pasión por una profesión tan difícil y tan poco remunerada materialmente, pero de tanta adrenalina y tanto regalo espiritual y noble de sus lectores.
En ese momento de recibirlo estaré pensando en todas aquellas personas que dibujaron cada uno de mis pasos en este apasionante y escabroso camino de latidos y palabras, como mismo me acordaré también de aquellos burócratas que colocaron piedras para que yo cayera, que me vieron como un “obstáculo” por decir las cosas, tal y como las vi en cada momento, desde la perspectiva crítica del amor, el compromiso y la fidelidad a este país.
Nunca Martí tuvo más razón que cuando dijo que “Toda la gloria cabe en un grano de maíz”, de manera que este premio no es solo mío, sino de todos mis colegas, de esas silenciosas y amorosas correctoras que, he dicho reiteradamente, son como “las maquilladoras del muerto”, cuando sales a la calle hecho noticia para que tus lectores te diseccionen; de los amigos y de la familia.
Tras la noticia anoche hoy me he levantado con el susto de saber que el reconocimiento social siempre se convierte, si no te quedas en la burbujeante fatuidad, en mayor compromiso palpable con tu gente, ese cubano común que desgasta nuestras calles tratando de encontrar su sueño cotidiano.
Como escribiera Frei Betto en estos días, en un artículo memorable sobre la nulidad de creernos importantes, asumo sus palabras cuando escribiera: “Lo mejor de la existencia son las cuentas de su collar, los diminutos abalorios que forman bellos diseños, los pedazos de vidrio coloreado. La búsqueda de la utopía, la conversación inconsútil con los amigos, la lengua perfumada por el vino, los salmos recitados con la cadencia gregoriana, la siesta del domingo, el gesto de cariño, el cuidado solidario (…) Me bastan las letras que me desnudan frente al lector y la fe que me aguarda un fin infinito…”