Jazz femenino en el audiovisual: empoderamiento creativo

En opinión del profesor de Semiótica y Teoría de la Comunicación, Mario Masvidal Saavedra, el jazz que se hace hoy en la Mayor de las Antillas se inscribe dentro de lo mejor de la música contemporánea cubana. Sin embargo, continúa siendo un género elitista, en el mejor sentido de la palabra.

Siguiendo esa línea discursiva, el también crítico y presentador de espacios televisivos, advierte que los realizadores de videoclip tienen ante sí un doble reto: intentar llevar a los hogares el jazz joven cubano con su espíritu marcado por la improvisación y que la calidad del audiovisual esté a la altura de la música que pretenden promover.

Uno de los videoclip más novedosos estrenado este año es el que promueve el tema Mr. Miller, de la baterista Yissy García, directora del proyecto BandAncha. Este audiovisual, que lleva la firma del realizador Héctor David Rosales, cuenta con dos nominaciones en los Premios Lucas 2016, en la categoría de video instrumental y artista novel.

“Conocí a Yissy hace varios años atrás cuando yo trabajaba en el Central Producciones. Junto con su productora Yoana Grass me llamaron para hacer un video clip. Luego de discutir varias propuestas venció la de un video con mucha luz y color”, explicó Rosales.

En el audiovisual de Héctor David participaron bailarines, actores, periodistas, diseñadores, todo un grupo de amigos cercanos al director de fotografía devenido realizador, quienes por primera vez hacían un trabajo de este tipo. En un principio Rosales buscaba una visualidad heterogénea y captar la espontaneidad de sus acciones pero, poco a poco, fue guiándoles hasta encontrar el resultado esperado.

Para ello fue necesario pintarlo todo de blanco, incluso los instrumentos musicales: piano, trompeta, batería y bajo. El rodaje resultó un proceso engorroso, mediado por el polvo, la suciedad, donde todos se vieron impelidos a toser alguna que otra vez.

Hectico, como algunos lo conocen, devela cuál es su principal fórmula creativa: “Yo involucro mucho al músico. Siento que es un ente creador. En mi caso eso me funciona mucho a la hora de hacer un video clip”.

El producto final de Mr. Miller es una puesta en pantalla alegre, divertida, donde se resalta la sensualidad de los bailarines que mueven sus cuerpos con soltura, al ritmo del jazz. Mediante el uso de planos medios, el fotógrafo capta las esencias de cuatro músicos jóvenes que disfrutan con sus improvisaciones. En especial, Yissy mira directamente a la cámara, que la muestra feliz, bella, orgullosa, quizá queriendo significar cómo se puede ser, en la Cuba de hoy, mujer, baterista, afrodescendiente y jazzista pese a los prejuicios sociales.

Otra jazzista es la joven cantante Daymé Arocena, quien motivó una reflexión del jurado de los Premios Lucas sobre la necesidad de incluir la categoría de mejor intérprete dentro de los videoclips nominados a la competencia.

Don't unplug my body fue el tema escogido por el realizador inglés Joshua Bullock para promover a la vocalista cubana, quien al contrario de Yissy, no participó en el proceso de pre producción, ni siquiera sabía lo que iba a hacer en el videoclip. “Por suerte, entendieron mi estética musical, pero tengo muchas ganas de rodar otro clip con un realizador cubano que me permita exponer mi punto de vista”, aclaró Daymé.

Lo cierto es que hasta la fecha, el primer audiovisual promocional de la cantante ha recibido más de 170 mil visitas en Youtube. Arocena, con su carisma personal, su estatura pequeña, una gran pasión y derroche de energía sobre la escena –que recuerda por momentos a las desaparecidas Miriam Makeba y Cesária Évora–, sabe conquistar los corazones más exigentes.

Daymé es el centro del audiovisual, realizado por un equipo que se dedica al mundo de la publicidad de perfumes. Por eso están presentes los mismos elementos del lenguaje publicitario como símbolos y asociaciones con colores. Se advierte también cierta referencia al mundo del video arte que remite a emociones o sensaciones a partir del empleo de figuras geométricas. No hay en Don't unplug my body un argumento ni un conflicto solo una gran intérprete y muchas imágenes abstractas.

En ambos clips existe una intención por parte de sus respectivos realizadores de convertir un texto musical en una verdadera obra de arte. Como se pudo apreciar  en el coloquio teórico del recién finalizado Festival Jazz Plaza, este maridaje entre música y audiovisual permite romper muchos cánones y visibilizar el quehacer de estas dos jóvenes mujeres jazzistas cubanas.