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jueves, 3 de octubre de 2024

Despertar la sensibilidad artística

Actualmente no se visualizan las Casas de Cultura como una institución imprescindible de la comunidad, que trabaja con ella y para ella, desde sus diversas acciones docentes y de servicios...

Yuniel Labacena Romero en Exclusivo 21/01/2016
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Muchos piensan que en esa casa se han vuelto locos. Allí hay literatura, plástica, música, teatro, danza.... y por si fuera poco, acoge al movimiento de artistas aficionados del territorio. Cuentan que desde 1981 se convirtió en una entidad vital para la cultura de la comunidad, aunque con los años son pocos los que se acuerdan de ese importante propósito.

Así, las Casas de Cultura diseminadas por los municipios del país y con su diversidad de propuestas son la base de la programación cultural local y han de contribuir al enriquecimiento espiritual de la población, preservar nuestras tradiciones y revitalizar la identidad como cubanos. Sin embargo solo nos acordamos de ellas cuando llegan las fiestas carnavalescas o las semanas de la cultura de cada municipio.

Quizás esa sea la razón por la cual estas instalaciones hayan caído en el olvido en muchos territorios. No solo lo asegura este redactor: recuerdo cómo en una reunión del Consejo Nacional de Casas de Cultura (CNCC), esa fue una de las premisas abordadas con profundidad. Anilia Moreno, presidenta del CNCC, explicó que se debe trabajar sobre todo por contribuir, a la formación de los valores éticos y estéticos en los niños, adolescentes y jóvenes.

Fortalecer el vínculo con otras instituciones y organizaciones que también inciden en el trabajo comunitario, mayor participación de artistas profesionales y aficionados en defensa de las manifestaciones del arte y las tradiciones culturales, así como algún apoyo de los gobiernos locales y otros factores en el diseño y gestión de los procesos culturales son algunos de los logros de estas instituciones.

No obstante, como apuntaron integrantes del Consejo Nacional, hay que conseguir que las actividades de las Casas de Cultura sean procesos más participativos, que favorezcan la adecuada articulación con las realidades de nuestras comunidades, privilegien la creatividad y la capacidad de actuar de todos los que conviven en estas instituciones para aportarles mayor dinamismo.

Además, en nuestros días se hace necesario que los instructores de arte, quienes ofrecen sus enseñanzas en diferentes manifestaciones, trabajen no solo por potenciar aptitudes en el público y formar un futuro artista, sino también por desarrollar los gustos estéticos y un conocimientos mínimos que les permitan apreciar las artes con una visión crítica, independientemente de su nivel escolar.

Igualmente hay que resolver el estado físico constructivo y la base técnico material de estas instalaciones, pues los propios aficionados y sus familias con el propósito de sembrar el arte, son quienes elaboran los vestuarios, adquieren los medios para emprender el trabajo en las diversas manifestaciones y cubren un grupo de necesidades de índole material como: instrumentos para las artes plásticas y los medios técnicos para los talleres de danza, música y teatro.

Vale apuntar que en varios municipios las Casas... solo reducen la programación al desarrollo de actividades, sin tomar en cuenta si estas están acordes o no con las necesidades y demandas de los diferentes grupos comunitarios y por ello, continúa careciendo de intencionalidad. Además, persisten dificultades en el diseño y posibilidades de ejecución de la programación.

Recientemente funcionarios del Ministerio de Cultura, en los balances que se realizan por estos días en las provincias al terminar el año, llamaron a desterrar malos manejos del concepto de programación cultural, pues no se puede seguir con espectáculos que atenten contra los valores que promueve la sociedad cubana, y corresponde al personal del sector ofrecer mejor calidad al pueblo.

INSTITUCIONES IMPRESCINDIBLES

Además de apoyar las proyecciones de trabajo de la educación artística en el sistema nacional de educación, las Casas de Cultura atienden cursos, talleres, seminarios y el programa audiovisual; esas experiencias de trabajo socio-cultural comunitario son trasmitidas en diferentes eventos. En el afán de mantener la cultura popular tradicional cuentan con más de un centenar de investigaciones: algunas se socializan en espacios académicos, mientras otras están aún en proceso de elaboración.

La salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial sigue siendo un pilar sobre el que se sostiene el trabajo de las instituciones. En consonancia, en el país se han identificado alrededor de más de 300 iniciativas, experiencias y proyectos culturales, los cuales desde su accionar contribuyen, de manera significativa, al trabajo cultural de cada territorio y al desarrollo local.

Como hemos apuntado, otro apoyo decisivo en este sentido es el de los instructores de arte. Un grupo de ellos radica a tiempo completo en las Casas de Cultura y otros, sirven de apoyo a la Brigada José Martí, vinculada a las escuelas; estos, a pesar de las limitaciones  existentes, continúan abogando por la defensa de la identidad y nuestros principios.

En el nuevo contexto, donde el consumo cultural se torna cada vez más impetuoso, las Casas... han de renovar su papel para seguir abriendo caminos a la educación artística, la creación y la capacidad para apreciar el arte. La labor de los especialistas vinculados a dichas instituciones es esencial, al ser el arte un formador de sentimientos, valores patrios y la unidad.

Hoy más que nunca, como aseguraba Anilia Moreno, hay que lograr una comprensión integral que visualice las Casas de Cultura como una institución de la comunidad, que trabaja con ella y para ella desde sus diversas acciones docentes y de servicios. A tono con los tiempos que corren es necesario crecer cualitativamente y encauzar el trabajo con formas más inteligentes de gestionar cultura.

Se trata de ampliar la visión que se tiene de la cultura, concibiendo las prácticas de las manifestaciones artísticas como un medio para formar hombres y mujeres plenos, y no como un fin en sí mismo. Por ello, el fortalecimiento de nuestro movimiento de artistas aficionados no puede lograrse solo con una buena programación sino también hay que reconocer cuánto ellos aportan a la comunidad.

En tal sentido, en noviembre último, durante la reunión de la Comisión Permanente de Cultura Comunitaria, Patrimonio y Tradiciones de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, (Uneac), Miguel Barnet, su presidente, hizo un llamado a proteger el tejido social de las comunidades y alertó sobre las problemáticas que pueden existir en los barrios marginales donde es necesario un trabajo más intenso por lo que es necesario sembrar allí, semillas fuertes para afianzar la identidad y cultura del país.

Algo está claro: las comunidades precisan de instituciones que constituyan referentes para la vida cotidiana. Tenemos que insistirles, en ese sentido, a los aficionados con la intención de despertar la sensibilidad, la creatividad y el gusto estético de modo que permitan una mirada crítica a los fenómenos pseudoculturales hegemónicos que coexisten en los contextos comunitarios.

Fue en 1981 cuando se crearon las Casas de Cultura como espacios que acogerían al movimiento de artistas aficionados. Sin embargo, mucho antes en 1961, nuestro Fidel había iniciado un proceso de formación de instructores de arte que eran enviados a las comunidades y los lugares más intrincados de la geografía nacional, con el propósito de enseñar al pueblo a apreciar y entender el arte.

Con una institución dedicada a los aficionados, estos siguieron ofreciendo su talento en las calles y plazas hasta la actualidad. Por ello, deben continuar coadyuvando al empleo más culto, útil y pleno del tiempo libre y desarrollando las potencialidades creadoras de los diferentes sectores de la población.


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Yuniel Labacena Romero

Se han publicado 1 comentarios


Yoyo
 22/1/16 11:54

Soy de los que piensa que se le deberia dar un mayor rol protagonico a las casas de cultura de nuestro pais que en definitiva es la mejor forma de llevar cultura a nuestra comunidad y nuestros barrios, porque las casas de cultura son los organismos de cultura mas directo que existe para interactuar con la comunidad cubana.

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