Ausencia no quiere decir olvido

Durante los últimos veinte años, el teatro Mella fue como una segunda casa para Daysy Stable Valdés. Allí siempre se le podía encontrar en el lobby dándoles la bienvenida lo mismo a artistas, bailarines, que al más humilde de los espectadores. Para ella no había distinción. Todos merecían el mismo respeto. Era parte del protocolo de la directora a la que muchos han querido y admirado.

Otra función que disfrutaba muchísimo era mostrarles las diferentes áreas del teatro a cuantos lo visitaban, en especial a directores de televisión que realizaron varios audiovisuales sobre el centro cultural emplazado en la calle Línea entre A y B, en el Vedado habanero. En esos momentos hablaba con orgullo del sentido de pertenencia hacia la institución que ha estado liderando por espacio de dos décadas.

Daysy ha decidido tomarse un descanso, pero estoy segura de que aunque no esté presente en el teatro continuarán pasando por su mente, como flashes de cámara, los miles de instantes únicos e irrepetibles que vivió en el coliseo de la calle Línea.

Entre sus recuerdos más preciados atesora el Premio de honor Cubadisco 2010 que recibió el teatro Mella, institución que por dos décadas ha acogido algunas de las más importantes galas de esa fiesta discográfica en Cuba.

“Yo no esperaba ese premio Cubadisco de honor que me entregaron mis amigos Cary Diez y Ciro Benemelis, dos personas que adoro. Ese premio pertenece a todo el colectivo. A partir de mi relación con cada uno de los trabajadores, hasta los de limpieza y seguridad, fui conformando una gran familia. No me fue fácil. Con algunos me equivoqué pero acerté con la gran mayoría.

“El liderazgo se logra con el ejemplo y el teatro hay que amarlo y sentirlo. Es como una droga que una vez que la pruebas no te puedes deshacer de ella”, destacó Stable Valdés, mujer apasionada de la cultura.

Pero no fue el Cubadisco, el único evento de carácter artístico que contó con el apoyo de Stable. Ella siempre estaba presente cada 29 de abril en la celebración por el Día Internacional de la Danza. También se le podía ver en conciertos del Festival Internacional Jazz Plaza, en el Festival Boleros de Oro, la Fiesta del Tambor, el Festival Internacional de Danzón, el Festival Internacional de Ballet y por supuesto, ayudando a los humoristas del patio con su Festival Aquelarre, que nació, precisamente, en el Mella.

Cuando en el año 2013 fue instituido el premio conocido como Suceso Cultural del año por iniciativa del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, Daysy contribuyó a que el lauro que otorga el Círculo especializado de periodismo cultural a la obra danzaria, teatral, espectáculo musical y espectáculo internacional de mayor relevancia entre los exhibidos en las salas del circuito teatral de la calle Línea, fuera entregado en una gala en el teatro Mella.

Hoy, quedan muy pocos fundadores del Mella. Como es natural muchos han fallecido; otros, ya se han jubilado. Su primer director fue el Premio Nacional de Música Sergio Vitier, ya desaparecido. Le siguió la promotora cultural Nisia Agüero. La tercera mujer que comandó ese gran buque fue Daysy. También se deben recordar a otros fundadores jubilados como el sonidista Enrique Barroso, el técnico de luces Víctor Regal y la maquillista Norma Pérez.

Cuando volvamos al Mella quizá no reparemos en esas ausencias, pero creo que si algún día se contara la historia del teatro en los últimos cinco lustros y medio no se deberían pasar por alto los testimonios de esos hombres y mujeres, que de manera anónima, han contribuido al desarrollo cultural de la nación.

“El liderazgo se logra con el ejemplo y el teatro hay que amarlo y sentirlo. Es como una droga que una vez que la pruebas no te puedes deshacer de ella”, destacó Stable Valdés, mujer apasionada de la cultura.

Pero no fue el Cubadisco, el único evento de carácter artístico que contó con el apoyo de Stable. Ella siempre estaba presente cada 29 de abril en la celebración por el Día Internacional de la Danza. También se le podía ver en conciertos del Festival Internacional Jazz Plaza, en el Festival Boleros de Oro, la Fiesta del Tambor, el Festival Internacional de Danzón, el Festival Internacional de Ballet y por supuesto, ayudando a los humoristas del patio con su Festival Aquelarre, que nació, precisamente, en el Mella.

Cuando en el año 2013 fue instituido el premio conocido como Suceso Cultural del año por iniciativa del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, Daysy contribuyó a que el lauro que otorga el Círculo especializado de periodismo cultural a la obra danzaria, teatral, espectáculo musical y espectáculo internacional de mayor relevancia entre los exhibidos en las salas del circuito teatral de la calle Línea, fuera entregado en una gala en el teatro Mella.

Hoy, quedan muy pocos fundadores del Mella. Como es natural muchos han fallecido; otros, ya se han jubilado. Su primer director fue el Premio Nacional de Música Sergio Vitier, ya desaparecido. Le siguió la promotora cultural Nisia Agüero. La tercera mujer que comandó ese gran buque fue Daysy. También se deben recordar a otros fundadores jubilados como el sonidista Enrique Barroso, el técnico de luces Víctor Regal y la maquillista Norma Pérez.

Cuando volvamos al Mella quizá no reparemos en esas ausencias, pero creo que si algún día se contara la historia del teatro en los últimos cinco lustros y medio no se deberían pasar por alto los testimonios de esos hombres y mujeres, que de manera anónima, han contribuido al desarrollo cultural de la nación.