domingo, 22 de septiembre de 2024

Soñando con los pies en la tierra

El diseño es una herramienta para construir la sociedad que soñamos, por lo que la formación de sus profesionales continúa siendo una necesidad en el país...

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 09/10/2014
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¿Cuán agradable a la vista puede resultarle a usted el entorno que le rodea? El perfume que compró hace dos días,  ¿recuerda si el pomo le venía bien? Seguro ya se percató de que a la cafetería de la esquina de su casa le han colocado carteles nuevos y sus espacios están mejor ambientados. ¿Qué le parecieron los nuevos modelos de los vestidos exhibidos en la reciente Feria de Arte en la Rampa?

Detrás de todo lo que pudo llamar su atención estaba la obra de un profesional del diseño. Sí, alguien que hoy todavía no es muy tomado en cuenta y que con certeza, tuvo el privilegio de egresar del Instituto Superior de Diseño (ISDI), institución universitaria que arriba a sus 30 años de creada. Una persona de los más de 1800 graduados de este centro docente, cuya formación le permite crear, innovar, transformar, adaptar, construir, para que en nuestra sociedad no falte aquello que puede ser útil y funcional, pero también bello, atractivo, con buen gusto.

¿Es necesario? ¿Realmente hace falta un diseñador en una empresa, en una industria, en los gobiernos locales, en los medios de comunicación, en un grupo de teatro, en una fábrica textil? Pues sí, y mucha falta que hace, porque asociar el diseño con el encarecimiento de un producto o de una actividad y subestimar su efecto socioeconómico puede conducirnos al fracaso de un proyecto social que desde su surgimiento necesitó de esta profesión.

La advertencia la hizo Sergio Luis Peña, rector del ISDI, no sin antes insistir en que no basta con ir "Sembrando diseño" —como asevera el lema de la celebración por el aniversario 30 de esta institución—si no se fertiliza el terreno en el cual se coloca la semilla. “Hace falta potenciar la cultura del diseño en la sociedad, entre todos, y en la medida en la que creemos esas condiciones, las potencialidades creativas de nuestros egresados serán más aprovechadas para el bienestar colectivo”.

En la Mesa Redonda de este miércoles, Luis Peña reconoció que la importancia que se le ha otorgado a esta universidad no es más que la muestra más grande de que el país está consciente de que necesita del diseño para lograr un mejor futuro, “pues ahora existen mejores condiciones que años atrás para desplegar un concepto de diseño con todas las de la ley;  las nuevas formas de gestión, los nuevos escenarios económicos que propone el país son una base idónea para ello”.

Los estudiantes del ISDI no se mantienen ajenos al mundo que les rodea mientras cursan sus estudios durante cinco años, aseveró. “La vinculación con las demandas de la sociedad es constante; la docencia y las tesis al final se realizan en función de darle respuesta a problemas suscitados en diferentes ámbitos del país, como puede serlo la confección de una pieza para determinada maquinaria, el diseño de la campaña de publicidad de un producto o la escenografía y ambientación de un espacio”.

Un diseñador será siempre un soñador que persigue materializar sus sueños, agrega. “Sin embargo, no puede soñar en las nubes sino con los pies en la tierra, porque su único fin es brindar un servicio o producto como resultado de un proyecto con posibilidades reales de ejecución”.

Para ello se preparan quienes ingresen al ISDI luego de “competir” en un escalafón, en el que se incluyen las notas alcanzadas en las pruebas de ingreso y su índice académico del preuniversitario, pues las pruebas de aptitud ya no se realizan, explicó Antonio Berazaín, vicerrector docente de la institución. “Como parte del colectivo estudiantil, el joven deberá decidir a su llegada al centro si se especializará en Diseño Industrial o en Diseño de Comunicación Visual. El claustro de profesores tiene un nivel elevado de preparación, aunque nos empeñamos por facilitar más y mejores posibilidades de superación de postgrado, pero no será la instrucción la única vía para la obtención del conocimiento y es por ello que nuestros estudiantes permanecen vinculados al ámbito productivo al mismo tiempo que realizan una serie de actividades extracurriculares”.

Milvia Pérez Pérez y Ernesto Fernández Sánchez, decana de la Facultad de Diseño Industrial y decano de la Facultad de Diseño de Comunicación Visual expresaron su inconformidad con respecto a la utilización de los diseñadores en la sociedad. “En el sistema empresarial no es suficiente el aprovechamiento que se le está dando al diseño y aunque sabemos que todo cambio es complejo, es cada vez más importante que esta profesión se incluya en los sistemas de trabajo, en general”, afirmó Pérez Pérez.

A juicio de Fernández Sánchez, falta todavía mucha cultura y sensibilidad en torno a este tema en los productores, pues deberían pensar más al revés, desde el otro, para concebir mejor sus propuestas. “El intrusismo profesional también le hace mucho daño al diseño, pues cualquiera que domine el manejo de un software o se tilde de tener buen gusto, no tiene por qué ser la persona ideal para realizar ese trabajo, y sucede con frecuencia, lo que demuestra la subestimación del trabajo de un diseñador”.

Cuando se hable de esta profesión, hay que entender que es necesario optimizar los recursos, mejorar los mensajes, tratar de que nuestros lugares se conviertan en espacios de armonía y convivencia. No es posible gastar lo poco que tenemos y no lograr un producto funcional o un servicio feo, incómodo, desagradable.

¿Retos, proyecciones, metas? Miles y eso es una buena señal porque nos hace sentir que todavía tenemos mucho trabajo, expresó Luis Peña. “El diseño no puede seguir esperando a que las condiciones socioeconómicas del país mejoren, a que aparezcan mejores materiales y oportunidades. Debemos entender ya que el diseño es una vía, una herramienta para mejorar y que mientras seguimos esperando, pululan las chapucerías, el mal gusto, el gasto innecesario de lo poco que tenemos”.

En el ámbito interno del ISDI podemos señalar como elemento positivo en los últimos tiempos la fusión con el Ministerio de Educación Superior. “Ahora debemos trabajar más para elevar la categoría académica y docente de nuestros profesores, acreditar nuestros programas y cumplir con rigor los parámetros que exige el sistema de educación”.

Todavía falta mucho camino por andar, asegura Luis Peña, quien insiste en que todavía Cuba tiene que trabajar más en la gráfica política, la gráfica de protección al consumidor, la televisión, la edición de libros, el mundo de las nuevas tecnologías, entre otros aspectos. “Nuestros egresados deben favorecer la calidad de los procesos productivos en la industria del mueble, los productos de primera necesidad, la industria hotelera..

“Mientras mejor diseñado esté el mundo tangible que nos rodea, mejor será nuestro rendimiento profesional y nuestra satisfacción espiritual. El Diseño nos ayudará a construir la sociedad que soñamos y por eso, todos los días debemos fertilizar el escenario en el que vamos "Sembrando diseño”.


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".


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