viernes, 20 de septiembre de 2024

La mujer joven (+Trailer)

Este debut de Léonor Serraille es un soplo de aire fresco y un viaje agitado y tragicómico por las calles de un París desconocido...

Diany Castaños González
en Exclusivo 12/03/2019
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La mujer joven película
La mujer joven es una ópera prima, Cámara de Oro del Festival de Cannes de 2017 (Fotograma del filme)

Entre las primeras escenas de esta película, la protagonista Paula (Laetitia Dosch) se quiere hacer daño en su cabeza con una puerta, o increpa al analista que la atiende.

Como dice la corriente conductual, las acciones mostrarán el carácter. En esta ocasión es el carácter de una treintañera alterada, irascible, inestable e impaciente. En la hora y media siguiente, Léonor Serraille intenta develar las razones de esa criatura en apariencia aborrecible.

La mujer joven es una ópera prima, Cámara de Oro del Festival de Cannes de 2017. Tiene una libertad narrativa muy espontánea y cruda. Pero lo más extraordinario del filme es su renuncia a las etiquetas. Moviéndose siempre entre el drama psicológico y la comedia excéntrica,  muestra a una protagonista que es un ser humano al margen de lo convencional.

El espectador se inquieta. No sabe. Por momentos parece la protagonista carne de psiquiátrico y, al instante, ser la única persona sobre la tierra con un mínimo de sentido común.

Y el espectador sigue inquieto. Se pregunta. ¿Cómo puede Paula poner de los nervios y resultar querible?

La mujer joven -Jeune femme (Montparnasse Bienvenue) es su título original- es una película francesa que tiene la valentía de enfrentar la inestabilidad con simpatía.

El argumento es bastante simple; pudiera describirse sencillamente como la historia de cuando una treintañera llamada Paula vuelve a París, sin dinero y sin posibilidad de conseguirlo. En lugar de ponerse nostálgica, se sumerge en la vida parisina.

En ningún momento la película se despega del personaje. La sigue mientras ella da tumbos por París, primero de dependienta de tienda, luego de niñera. El gato de su ex es su única compañía estable. Con cada tumbo, su personaje se crece y se vuelve más complejo y humano.  

Este debut de Léonor Serraille es un soplo de aire fresco y un viaje agitado y tragicómico por las calles de un París desconocido, donde se agradece no ver la Torre Eiffel ni una sola vez. Un París casi sucio, entre vagones de metro, baños destartalados y buhardillas desordenadas.

Un París acorde a la montaña rusa emocional por la que acompañamos a su protagonista.


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Diany Castaños González

A aquella muchacha le gustaba acostarse soñando imposibles, hasta que despertó una mañana segura que, durante la noche, había dormido apoyando su cabeza sobre el ombligo de Adán.


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