viernes, 20 de septiembre de 2024

Cómo un imperio naufragó en Santiago

El contralmirante Pascual Cervera, descendiente del linaje marinero de los Topete, fue un señor lobo de mar, un hombre de armas casi desde su infancia...

Argelio Roberto Santiesteban Pupo
en Exclusivo 09/05/2015
2 comentarios

Los santiagueros del ya remoto año 1898 eran aficionadísimos a la música mexicana. Y, en aquellos días lejanos, andaba de boca en boca la parodia de un corrido cuya letra —después de pasarle la mano para hacerla publicable— así decía, más o menos:

Telegrama de Cervera
a Blanco desde Santiago:
Tengo un miedo que me… embriago
de salir la mar afuera


La tonada era, a todas luces, injusta. El contralmirante Pascual Cervera, descendiente del linaje marinero de los Topete, fue un señor lobo de mar, con agallas sobradas, como ya había evidenciado y volvería a probar.

Ah, pero los santiagueros —con razón o sin ella— le guardaban una vieja cuenta, de veinticinco años atrás, que esperaban ver saldada.

Pascual Cervera Topete (Medina Sidonia, 1839 - Puerto Real, 1909) fue un hombre de armas casi desde su infancia. Ingresó en la escuela naval con trece años. A los quince es ya guardiamarina y presta servicio durante la campaña de África. Peleó en la guerra carlista, contra los rebeldes malayos y durante la proclamación del Cantón de Cádiz.

Cuando los norteamericanos declaran la guerra a España, llega a Cuba al mando de una escuadra, tras burlar tres imponentes formaciones navales que los estadounidenses tenían en la zona.

El 3 de julio de 1898 lo encontramos oyendo misa en la catedral santiaguera junto a su tropa aguerrida, casi todos marineros curtidos a orillas del Cantábrico, al cual muchos de ellos no volverían a ver.

Bien hizo la marinería con encomendarse a celestiales potencias, pues este mundo terrenal nada bueno les deparaba. En la mano tenían la orden de salir de la bahía santiaguera, hacia donde se hallaban los yanquis.

Los buques ibéricos, aunque de reciente construcción, han sido calificados por los estudiosos como “piezas museables”, por lo endeble de sus blindajes y lo escaso del armamento. Entre aquellos “armatostes flotantes”, el más moderno era el Cristóbal Colón, pero su deficiente artillería hizo que lo catalogaran como “un tigre… sin colmillos”.

Notoria había sido la ineficiencia del Departamento de Marina hispano. Se recuerda el caso del buque Princesa de Asturias, que tras la pomposa ceremonia de botadura se quedó trabado en la rampa, por lo cual lo apodaron “El Arrastra´o”. Días más tarde, en una madrugada de marea alta, se deslizó por sí mismo hacia el mar. Entonces los chuscos lo llamaron “El Espontáneo”, como a los toreros improvisados que se lanzan al ruedo.

Cervera y los comandantes de las naves bien conocían cuál iba a ser su desastroso destino. Por escrito lo habían declarado: “Solamente se puede esperar la destrucción total”.

Pero todo estaba decidido, más por espurias consideraciones políticas que por un desapasionado juicio militar. Ya mucho antes el general Arsenio Martínez Campos había dictaminado que “con unos cuantos buques hundidos España se iría de Cuba sin más descrédito y con el honor nacional a salvo”.

El resto de esta historia es bien conocido: la escuadra de Cervera hizo las veces de blanco en una demostración de tiro. Las naves fueron sucumbiendo una tras otra, y la que más lejos llegó fue el Cristóbal Colón, varado intencionalmente a la vista del pico Turquino.

El balance fue sencillamente tragicómico. Por la parte española, 371 muertos y 151 heridos. Entre los norteamericanos, un muerto y dos heridos.

Dígase, por último, que Cervera cayó prisionero, situación humillante que a los santiagueros no entristeció en lo absoluto. Sí, porque afirmaban que el marino, veinticinco años atrás, había participado en el piquete de fusilamiento que ejecutó a los expedicionarios del Virginius.

Ya sé que muy autorizados autores, entre los cuales se cuenta el decano de la historiografía cubana, César García del Pino, afirman que no hay nada de cierto en tal acusación, pues Cervera se encontraba entonces destacado en la Península.

Santo y bueno. Yo sólo anoto que a varias generaciones de mis amigos santiagueros los he escuchado referirse al marino español como responsable del tiro de gracia a los patriotas expedicionarios. Y… ¿acaso no se dice, desde hace milenios, que “voz del pueblo, voz de Dios”?


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Argelio Roberto Santiesteban Pupo

Escritor, periodista y profesor. Recibió el Premio Nacional de la Crítica en 1983 con su libro El habla popular cubana de hoy (una tonga de cubichismos que le oí a mi pueblo).

Se han publicado 2 comentarios


Cuco
 20/5/15 11:55

  estudie en la acdemia naval granma y  en el programa de estudios habia una asignatura llamada historia del arte naval  mi preferida . alli conoci  la historia del Almirante Cervera  a traves de un profesor muy respetado el Capitan de Fragata  Gustavo Placer Cervera ( Y dice el que no es afmilia del Almirante) al que a sus espaldas los estudiantes le deciamos Almirante Cervera  Talves en señal de respeto a sus  vastos conocimientos .

 El almirante fue un Verdader Marino militar que consciente que no podia ganar ,marcho al combate con su uniforme de gala lanzando su buque  contra los buques yanquis entablando un muy desigual enfrenatmiento atrayendo sobre su barco  el grueso del fuego de la escuadra americana. Su buque insignia  Infanta maria teresa  fue incendiado en unos minutos muerto su capitan  y lanzado contra la costa  , sacrificio que permitio la salida del resto de los buques  que al final  fueron cayendo sin que el almirante ni dios pudiera hacer algo para eviatar el desastre.

 En la Historia militar Cervera quedo como simbolo del sacrificio de los militares en el cumplimiento de las ordenes aunque sean descabelladas como la que le dieron y que respondia a intereses politicos . Cervera  cumplio a rajatabla la orden de salir a destruir la escuadra lo que en teoria salvaria el honor de España en la derrota .  Tuvo la suerte de sobrevivir y lo hizo con honor cayo prsionero de los mambises pero se rindio a los americanos que fueron los que lo vencieron .  En la armada española hay una tradicion  que siempre hay un buque   de guerra español que lleva el nombre de Cervera , 

 En cuanto al tema del Virginius nunca oi tal cosa pero seria muy interesante despejar esa duda , no le haria muy bien ala imagen del Ilustre  MArino, yo no lo creo pero pudiera ser .   Si el hecho que se le imputa fue verdad la historia le cobro con creces su actuar aunque dudo mucho que si fue verdad haya sido su desicion  pero repito no creo que haya sido asi esa es una informacion historica importante y no deb ser muy dificil  saber si fue o no verdad. Yo prefiero recordarlo  en el rol de almirante de la Batalla de santiago de cuba .

Cuco
 28/7/15 14:25

Recientemente busque en internet y me salio mas de unarticulo relativo al almirante cervera y en ninguno delos casos ni uno dellos da a cervera en Cuba an el momento de los hechos dle virginius . al contrrio algunos lo situan en las filipinas y otros en España- pero ninguno en Cuba ,  Pero soy solo un aficionado que dicen los historiadores al respecto.

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