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sábado, 3 de mayo de 2025

¡Tremenda esa represión!

Cuando uno piensa que cambiarán el argumento, resulto que vuelven de nuevo...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 02/05/2025
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Tremenda esa represión!
Sin dudas, es mejor no criticarlos mucho porque a lo mejor aprenden y elaboran otra cosa más sutil. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández/Cubahora)

Desde el mismo inicio de la década de los 60 del siglo pasado, un fenómeno social comenzó a cobrar fuerzas, pero ya venía desde antes, pero en estos años con más soltura por las transformaciones esenciales ocurridas en el Cuba.

Se trata de las masivas concentraciones, actos y desfiles que fueron símbolos de crecientes significados, han sido tratados de ser descalificados desde dentro y fuera del país por quienes unos llaman enemigos;otros, adversarios, desafectos o contrarios.

Había plazas y calles desbordadas en efemérides como el Primero de Enero, el 26 de Julio, el Primero de Mayo… pero también en ocasiones especiales como fue la Primera Declaración de La Habana y las marchas del pueblo combatiente, las tribunas abiertas.

Solo una pandemia como la Covid-19 pudo impedir esa colosal asistencia, hasta que retornó precisamente un Día Internacional de los Trabajadores gracias a las cubanísimas vacunas creadas dentro de un país de plaza sitiada donde se suponía que tampoco podrían entrar recursos para fabricar los fármacos.

El autor de este blog confiesa que en días como los que antecedieron al primero de mayo de este 2025 no volvería a saber de trasnochadas interpretaciones de esa masividad, pero reconoce su equivocación al conocer que fueron esgrimidas por algunos personajillos.

Supongo (recalco que es una suposición), han echado mano a obsoletas herramientas porque deben justificar alguna paga, o que se trata de una válvula de escape que suelte a tontas y a locas cualquier verborrea de la impotencia.

Un colega español que estaba en Cuba en los finales de la década de los difíciles 90 en que se derrumbó el campo socialista y se desintegró la Unión Soviética, comentó o pensó en voz alta su explicación sobre una supuesta represión para lograr masivas concurrencias.

Se refirió a las viejas explicaciones de que echan del puesto laboral a quien no responda a la convocatoria de asistir a un acto, y razonó la imposibilidad de tal hecho porque la política del país siempre ha sido la de incorporar a todos al estudio o al trabajo.

En cuanto a la vigilancia y represión en las comunidades por parte de organizaciones de masas, observó que de ser así, se trataba de una autorrepresión (lo cual es imposible a tan gran escala) porque todas están integradas y dirigidas por los propios vecinos de manera voluntaria sin recibir un salario en tales funciones.

Acerca de la violencia y agresiones físicas, se declaró testigo de las bondadosas conductas de autoridades que ante sus propios ojos casi resultaron ser víctimas de ataques de violadores de la ley que al final, con muchas dificultades lograron ser controlados sin armas ni recursos represivos tan comunes en cualquier lugar del mundo.

Tras otras palabras que quizás traiga de los recuerdos en otras ocasiones, el colega me invitó a que escribiera un comentario para desmentir tales falsedades, pero le expliqué las incontables veces que se ha hecho, pero que los del bando opuesto continúan su rumbo.

Estaba pensando en alta voz cuando dijo que había un solo hecho que demostraba cuánta mentira existe en que el pueblo cubano acude masivamente a los actos y desfiles porque los reprime un aparato perfecto creado con ese objetivo.

Cuando esperaba que continuará sus pensamientos, me miró fijamente y dijo: vamos a admitir que los obligan a ir, pero dime: ¿Cuántos represores se necesita para llevar al acto a un cubano con lo rebelde que es?

Voy admitir que por cada uno que va, también van tres para obligarlo, pero… joder: que alguien me diga cómo pueden obligar a que además de ir, vayan riendo.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.


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