El té y sus beneficios

El té es una de las infusiones más empleadas en este planeta y su correlación con la salud ha sido tomada en cuenta durante centurias. Derivada de una mata llamada Camellia sinensis, el té comprende una gran variedad de compuestos bioactivos, tales como antioxidantes, polifenoles, catequinas y flavonoides, que brindan beneficios múltiples para el cuerpo humano. Ellos protegen a las células del daño oxidativo, disminuyendo el peligro de padecimientos crónicos como la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Igualmente, el té pudiera optimizar la salud mental debido a la presencia de L-teanina, un aminoácido que beneficia la relajación sin provocar somnolencia.

Actualmente, existen diversos tipos de té que son clasificados en base a su origen y procesamiento. Los qué más se utilizan son el té negro, el té verde, el té oolong, el té blanco, el té amarillo y el té pu-erh. Cada uno posee caracteres únicos en beneficios para la salud, aroma y sabor, provenientes de cómo se fermentan, cultivan o secan las hojas de la planta Camellia sinensis. Igualmente, hay llaman “tés”, sin embargo, desde el punto de vista técnico no llevan hojas de té. La variedad de mezclas y tipos determina que el ámbito del té sea muy extenso y en evolución constante.

En Cuba, el té más utilizado es el té negro, habitualmente acompañado de limón o azúcar. No obstante que no sea una bebida acostumbrada, el té constituye una parte de la diaria rutina de diversos individuos, sobre todo en reuniones sociales o en las mañanas.

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Los tipos de té

Cada tipo de té, según su proceso, aporta determinados beneficios. El té verde, a modo de ejemplo, se distingue por su concentración elevada de antioxidantes que auxilian a activar el metabolismo y benefician la disminución del peso corporal. El té negro, muy fermentado, tiene compuestos que suscitan la fortaleza del corazón y pudieran optimizar la función cerebral y la concentración. Por su lado, el té blanco, el de menor procesamiento, posee un suave y potente efecto en la prevención del envejecimiento celular y en la mejoría del sistema inmunológico. El té oolong y el pu-erh, reconocidos por su facultad para agilizar la digestión y disminuir el colesterol, también son estimados en la medicina tradicional.

Conjuntamente con sus propiedades metabólicas y antioxidantes, el té pudiera poseer positivos efectos en el bienestar en su conjunto, actuando como un calmante natural y auxiliando a mantener adecuados niveles de hidratación. Si bien no debe considerarse un milagroso remedio, su empleo habitual formando parte de una alimentación balanceada pudiera ayudar de forma significativa a una calidad de vida mucho mejor. No obstante, es significativo controlar su ingestión, pues su consumo excesivo pudiera causar efectos secundarios debido a la cafeína. Concisamente, el té es una saludable bebida que, que con un correcto consumo en las costumbres de todo los días, brinda una buena cuantía de bienes para la salud mental y física.

De forma habitual el té no se emplea como tratamiento médico único, pero sí se pudiera recomendar como un añadido natural en ciertas ocasiones para apoyar el bienestar y la salud. A modo de ejemplo, en personas aquejadas de riesgo cardiovascular, el uso sistemático de té negro o de té verde pudiera ir junto al tratamiento médico para colaborar en la mejoría de la circulación y disminuir las cifras de colesterol. También, en los pacientes aquejados con problemas digestivos sencillos, como indigestión o inflamación, tés como el oolong o el pu-erh pudieran emplearse con la finalidad de aliviar molestias y facilitar la digestión, en todos los casos bajo control médico. En estos escenarios, el té opera como una ayuda que complementa los tratamientos habituales sin sustituirlos.

En otros contextos, sobre todo en la medicina tradicional suplementaria, el té pudiera formar parte de una orientación integral con el fin de restablecer el estado general de un enfermo. A modo de ejemplo, en individuos con ansiedad o estrés ligeros, el té con L-teanina, como el té blanco o verde, pudiera aconsejarse para mejorar la concentración y promover la relajación, junto con tratamientos farmacológicos o psicológicos. No obstante, en enfermedades crónicas o graves, el té nunca debería sustituir los procedimientos ordenados por expertos de la salud, sino que más bien se integraría como un sostén natural que contribuiría a la mejoría general. Invariablemente es algo esencial tratar con un médico previo al inicio de cualquier terapéutica asentada solo en plantas medicinales o infusiones.

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Contraindicación para el té

No obstante que el té es ordinariamente seguro para la generalidad de los individuos, concurren ciertas precauciones y contraindicaciones. Debido a su contenido de cafeína, su excesivo consumo pudiera originar insomnio, nerviosismo, problemas digestivos o taquicardia, sobre todo en individuos sensibles a esta bebida. También, en lactantes o mujeres embarazadas, se aconseja aminorar su ingestión con el fin de evitar efectos negativos sobre la criatura. Determinados individuos con perturbaciones en la coagulación de la sangre o que consumen anticoagulantes deberían analizarlo con un médico previo a consumir té en elevadas cantidades, pues determinados compuestos pudieran interferir con estas medicinas. Igualmente es conveniente evitar el té muy caliente o muy concentrado con el fín de prever inflamaciones en el esófago o en el estómago. Finalmente, si bien el té es saludable, es preciso consumirlo bajo orientación y con determinada moderación si hubiera específicas situaciones médicas.