El talento, como aptitud, es la capacidad para desempeñar o ejercer una actividad. Es el resultado de unos hábitos que se pueden desarrollar a través de la práctica y la motivación. Las habilidades sorprendentes de los talentosos dan la impresión de algo parecido a un don y son desarrolladas aparentemente sin esfuerzo y sin control de la voluntad. No obstante, la mayoría de los conocidos no son así por cosas del destino, pues realmente lo son por el entrenamiento y el trabajo duro y ellos se diferencian de los demás por el ahínco y las muchas horas dedicadas a sus empeños.
Pero todos sabemos de personas que han trabajado mucho y en algo en específico y no han obtenido grandes metas ni reconocimiento alguno. Y es porque no basta con tener una gran aptitud. Existe un algo más, pero posible de alcanzar por quien se lo proponga.
Nos referimos a aquellos con buen tino que saben seleccionar sus metas y también trabajan para alcanzarlas. Sin duda, es algo que requiere esfuerzo y seriedad, pero eso es solo parte de los requisitos, porque la vida no es un juego lleno de frivolidades.
LO QUE BIOLÓGICAMENTE SE CREARON LOS TALENTOSOS CON SU TRABAJO INTENSO
Esas personas talentosas tienen un “sistema” basado en la práctica intensiva y la corrección de errores que aumenta sus niveles de mielina, una capa aislante compuesta de grasas y proteínas formada alrededor de los nervios incluyendo los de la médula espinal y el cerebro; permite la transmisión rápida y eficiente de impulsos a lo largo de las neuronas, envuelve las fibras nerviosas y aumenta la fuerza, la velocidad y la precisión de la señal que se transmite por ellas a las neuronas y los músculos. Conecta, por ejemplo, determinados impulsos cerebrales con cierta musculatura en el ejercicio físico, o entre diferentes áreas cerebrales en la práctica artística, intelectual o científica. Con ella creamos “circuitos” que automatizan procesos y mejoran el rendimiento.
Cuanto más se activan los nervios gracias a la intensidad del trabajo bien orientado, más mielina se crea y más rápida circula la señal, y así cada vez más en una espiral ascendente. Su producción está vinculada también a los ácidos grasos omega-3, tan necesarios al sistema nervioso.
OTRAS CUALIDADES DE LOS TALENTOSOS
El talento puede alcanzarse a partir de unas habilidades e intereses previos que muchas personas tienen, como son la curiosidad, el trabajo y la constancia, sin necesidad de una inteligencia extraordinaria.
El talento es la gestión de las emociones y las virtudes de la acción bien dirigida, la tenacidad, el esfuerzo y la resistencia a la frustración. Lo importante es la interacción exitosa de tres componentes: la inteligencia, la creatividad y el compromiso con la tarea.
MÁS CUALIDADES QUE SE PUEDEN CULTIVAR
Las personas con talento no dependen de estímulos externos, pues se estimulan a sí mismas, saben decidir en qué momentos es mejor persistir y en qué otros es aconsejable cambiar de objetivos, obtienen el máximo provecho de sus capacidades intelectuales que las incrementan a lo largo de toda su vida, truecan el pensamiento en acción, llevando sus ideas a la práctica, se plantean objetivos concretos a corto, mediano y largo plazo y se concentran en ellos hasta alcanzarlos evitando la dispersión, tienen iniciativa y completan en cada jornada las tareas que emprenden sin dejar las cosas para otro día, no temen al fracaso ni al ridículo, no pretenden hacer demasiadas cosas a la vez ni tampoco demasiado pocas, tienen la capacidad de aplazar las recompensas, del tipo que sean, obtenidas por los resultados de su talentoso trabajo para más adelante, equilibran el pensamiento analítico con el creativo y el práctico, tienen una confianza en sí mismos razonable y son totalmente independientes.
EXPANDIR EL TALENTO
El talento es una potencialidad que se expande o no en función de lo que hacemos y cómo lo hacemos. Y, por lo tanto, eso le concierne a cada cual.
El secreto es trabajar y perfeccionar las propias habilidades, pero sobre todo trabajarlas con buna orientación. Están hechos de circuitos vivos, y todos ellos crecen según determinadas reglas como son la motivación y el entusiasmo, pues es lo primero y más importante. Necesitan satisfacer su necesidad de mejoría, de conocimiento, de destreza.
Desarrollar y expandir el talento es un objetivo a largo plazo y quien es un desinteresado de la vida, que nunca empieza o abandona, permanecerá en el gran grupo de la mediocridad.
Pero, a veces, esa motivación puede devenir tras un brusco cambio en la vida, como una pérdida o una crisis personal que aprovechan los más sagaces.
La idea que tenemos sobre nuestra capacidad para hacer algo o para enfrentarnos a algún problema es un condicionante para mejorar.
CLARIDAD DE METAS
Las metas que nos propongamos han de estar más allá de nuestras habilidades actuales y ser claras, específicas y que induzcan a una mejoría continua. El talento tiene que ejercitarse siempre para mejorarse y acrecentarse cada día más. Y jamás dejar de practicarlo.
Los errores son aliados si se saben reconocer y superar, sin temor al fallo, al ridículo o cualquier otra cosa parecida.
El mundo es cambiante y se precisa poseer un talento flexible, que posibilite aprender continuamente además de ser creativos y de buena imaginación.
Así que ¡anímate a desarrollar tu talento en el área de tu interés y a aprender técnicas de concentración! No se trata de practicar por horas excesivas, sino de poner en ello cuerpo y alma.
Maruja
15/3/21 9:13
Muy buenas ideas en este artículo, muy útiles para los emprendedores. A los dormidos crónicos no les debe ayudar mucho.
Carina
16/3/21 22:11
Muy buenas ideas, muy instructivo
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