Un matrimonio interpretado por Diane Keaton y Morgan Freeman deben todos los días subir cinco pisos para llegar al apartamento donde viven. Pero ya no cuentan con la agilidad para hacerlo fácilmente. El peso de los años los obliga a vender la casa para encontrar un hogar donde no tengan que subir escaleras.
El director Richard Loncraine –Firewall, año 2006; My One and Only, año 2009- lleva a la pantalla la novela Heroic Measures de Jill Ciment. En la versión cinematográfica, el ritmo pausado con el que impregnan Diane y Morgan las escenas se ve compensado por el carácter resuelto y acelerado de Lily (Cynthia Nixon).
Una película con Morgan Freeman y Diane Keaton en los roles estelares no puede ser menos que encantadora, y esta lo es, aunque la rutinaria dirección de Loncraine y un guion lleno de reiteraciones la haga perder cierta gracia.
El relato naufraga, navega excesivamente entre el presente y el pasado sin que uno y otro estén demasiado imbricados en la trama central, lo que, de alguna manera, disgrega el hilo conductor de la historia.
Pero es una película intencionalmente amable… como un vaso de chocolate frío en verano. Y eso bastaría… si el guion no fuera –reitero- tan simple, ni tuviera tantos e innecesarios flashbacks.
Por eso Ático sin ascensor deviene una película menor confeccionada para un público maduro. En otras palabras: sin Freeman ni Keaton esto habría sido una peliculita sin penas ni glorias.
"¿Por qué quieres vender?, le preguntan al protagonista. Y esta es la cuestión en torno a la cual gira el filme, que se vuelve alegoría a los cálculos, riesgos y desasosiegos que implican cada una de nuestras decisiones en la vida.
Las escaleras representan en Ático sin ascensor una dificultad máxima a superar y una justificación para mostrar la distintiva elegancia y cooperación que existen entre los integrantes del matrimonio.
La vida se presenta en este filme como lo que –también- es: una sucesión de decisiones. Desde las más banales a las más esenciales tienen, todas ellas, una implicación económica y sentimental. Opciones de futuro que a menudo se relacionan con el pasado, en las que demasiadas veces se lucha con otros, que quieren lo mismo que tú, que desean lo que tú ofreces.
En cualquier caso, esta cinta termina por constituirse como una obra ciertamente entretenida. Pese a no cumplir con lo que parecía prometer, la facilidad para empatizar con el dúo protagonista y lo atractivo de su mensaje sobrellevan cualquier desacierto posible.
Anáili
1/6/16 0:09
dónde podemos ver esta película?? Diane Keaton y Morgan Freeman son ciertamente dos actores fabulosos que da gusto ver.
ver
31/5/16 15:21
buen titulo. felicidades
mari
31/5/16 15:16
una escalera grande y ptra chiquita---
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