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jueves, 3 de octubre de 2024

Más que de servir, hablemos de proteger

Los usuarios de Cubahora se unen a los debates, estimulados durante esta semana, sobre el desarrollo y la prestación de los servicios en Cuba...

Giselle Vichot Castillo en Exclusivo 26/10/2019
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Protección al consumidor
No todas las personas tienen aptitudes para atender a un cliente. Debiera aplicarse una selección por idoneidad.

Un cubano preocupado al referirse al desarrollo y prestación de servicios en Cuba alegó: “mientras el que sirva no tenga la cultura del detalle que lleva la acción en sí, la prestación de servicios en el país no abrazará los niveles de progreso deseados”.

Por su parte Yamila, argumenta que “por desgracia en la sociedad cubana el desarrollo y prestación de servicios no tiene la calidad con que se pagan. Mientras no exista cultura en esta esfera nos veremos maltratados e insatisfechos ante cada una de las gestiones que nos exige por obligación el día a día. ¿Cuántas veces no hemos llegado a comprar algo o a solicitar un servicio y hemos sido atendido a medias y con caras largas?”

En esta línea, Yamila también comenta que en ocasiones la necesidad de solicitar un servicio obliga a la población a tolerar maltratos. El llamado constante a los valores y la educación formal, no se hace esperar. Ni siquiera es una cuestión de instrucción, pues resulta que en numerosas ocasiones no recibimos la mejor atención de quienes parecen estar mejor calificados, resalta.

Acostumbrados a frecuentar lugares donde se suele carecer de servicios de calidad, en cuanto recibimos un trato amable nos sentimos en deuda y hasta pareciera que nos están haciendo un favor, refiere Manolete.

“Los Buenos Días, las Buenas Tardes, o sencillamente decir ¡Gracias! son prácticas aparentemente inexistentes en comercios o establecimientos dedicados a tratar con el público. Peor es cuando a esta falta de modales se une la adulteración de precios, los disímiles pretextos para evitar el pago con las tarjetas magnéticas, o el manido argumento de no tener menudo para propiciar el cambio”.

Los criterios de El Tábano parecen ser conclusivos. “Lo que hace que un servicio sea bueno o no, radica en el sentido de responsabilidad, la verguenza, la moral, la ética, el amor por lo que se hace, el respeto por uno mismo y por los demás, la pofesionalidad con la que hagamos las cosas” …

En esta ocasión, Cubahora se une a los debates en torno a este tema, reflexión que estimulara la revista informativa Buenos Días a inicios de esta semana. Para ello llamamos la atención entre nuestros usuarios a través de la siguiente interrogante: ¿Cómo evalúa Ud. el desarrollo y la prestación de los servicios en Cuba?.

Los criterios presentados (más arriba) por algunos de nuestros foristas sirvieron para introducir este comentario, a la vez que se anuncia la convivencia de los cubanos con un flagelo que frena hoy el desarrollo hacia la Cuba que aspiramos, que queremos… y que va más allá de los establecimientos de comercio o los modales de un dependiente.

Por ejemplo, durante el desarrollo del Balance Anual del Sistema de la Planificación Física, correspondiente al año 2018, entre los resultados analizados estuvo “el cumplimiento estable y la agilidad en los procesos de otorgamiento de los permisos y trámites realizados de los sectores estatal y no estatal”. De esta forma se daba respuesta a lo establecido en los Lineamientos de la Política Económica y Social, específicamente en los lineamientos 91 y 236.

Sobre este tema en 2017, el general de división Samuel Rodiles Planas, presidente del IPF, señalaba que los servicios técnicos a la población son el espacio más sensible en este trabajo, pero a pesar de ello persisten la atención no adecuada, la demora en los términos establecidos y, en menor cuantía, los errores en la documentación que se entrega a las personas.

Así, con relación a los temas vinculados a la con la vivienda, “el problema social más complejo que presenta el país”, el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel ha subrayado la necesidad de velar por una cultura del detalle. “Una de las problemáticas que tenemos es que la calidad nos falla. A veces hacemos esfuerzos organizativos, de convocatoria, constructivos, y luego las cosas quedan mal. La chapucería hay que eliminarla. Cuando las obras se entregan debe hacerse con la calidad requerida”.

En Cuba tiene que parar esa tendencia de acentuar la mala prestación en los servicios, ante un cliente desprotegido en sus derechos, como si fuese la regla y no la excepción. Aun cuando median aspectos legales, como la más reciente Resolución No. 54/2018, para respaldar a los usuarios, expresión fehaciente de la voluntad politica de un Estado, el camino es largo, y el tiempo muy corto.

“La conciencia y la disciplina no son voluntarias, se va esculpiendo con exigencia y con medidas efectivas mediante las cuales se hace sentir el rigor de lo que se quiere a corto, a mediano y a largo plazo”. Para Lorenzo Jurista, otro de nuestros foristas, “la disciplina social no es una mera concertación entre todos los factores, ni la protección al cliente o consumidor es una responsabilidad de él mismo, ni para sí. Eso ante los ojos de los pobladores, aunque no se crea, aunque se quiera minimizar, va lacerando día tras día la credibilidad en la gestión administrativa y acrecentando las distancias entre el que tiene que proteger y los que por obligación tienen que ser protegidos”.

Lea también: ¿Cómo se protegen a los consumidores en Cuba?

Resta incitar a la imitación de las buenas experiencias que hoy se exhiben, porque nada es sencillamente negro o blanco.  Cuando se habla de prestación de servicios podemos imaginar una cadena donde todos los eslabones tiene que ver. Necesita el botero del médico de la familia, mientras que el hijo del comerciante está aprendiendo a leer. Ver en los otros a uno mismo. Más que de servir, hablemos de proteger.


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Giselle Vichot Castillo

La mamá de Amelia y editora de la Revista Cubahora


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