La planificación familiar: un asunto de todos

El 13 de mayo de 1968 la Conferencia Internacional de Derechos Humanos de las Naciones Unidas proclamó en Teherán que a los padres les asiste el derecho humano básico de determinar cuántos hijos tener y en qué momento. Fue justo en ese momento cuando se declaró como principio la planificación por la familia, asumiendo que es un derecho que las parejas deben ejercer y no un mecanismo de control de la natalidad o de la preservación de la salud materno-infantil.

A cincuenta años de ese instante, el Día Mundial de la Población este 11 de julio se le dedicó a la planificación familiar, a partir del análisis de que invertir en ella significa también invertir en la salud y los derechos de las mujeres y de las parejas en el mundo entero, en coherencia con la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo celebrada en El Cairo en 1994.

Es entonces cuando se visualizó que la planificación familiar permite salvar vidas en momentos de crisis humanitarias, caracterizadas por situaciones de violencia sexual y de pareja, matrimonio infantil y conductas de alto riesgo. Pero en esas situaciones de crisis, casi siempre los servicios de planificación familiar y la anticoncepción son limitados o deficientes, justo cuando se concientiza que son necesarios para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Cuba es un caso sui géneris. Aquí el Estado y el Ministerio de Salud Pública, en particular, hacen de este servicio una prioridad, para garantizar que accedan a él, incluso, adolescentes y jóvenes, con el objetivo de disminuir la cifra de embarazos en madres que tienen entre 15 y 19 años de edad.

Ello no significa que la educación en torno a estos temas alcance el nivel esperado. No todos los profesionales en estas áreas están tan preparados com se quisiera y no siempre la disponibilidad de los métodos anticonceptivos es la ideal.

Las relaciones sexuales se inician en el país cada vez a edades más tempranas. La mayoría de ellas sucedió sin que mediera, al menos, un condón, que es además efectivo no solo para prevenir el embarazo sino también la transmisión de infecciones de transmisión sexual. Luego, cuando ya la gestación está presente, es la mujer la que siente que debe decidir, y en todo caso, su familia, y su pareja ignora o no hace valer su responsabilidad.

Cuando la brecha es inmensa, en casos en los que la pareja es tal vez 10 o más años mayor, la presión que se ejerce es muy fuerte, y recurrir a la interrupción del embarazo es la solución en no pocos casos, exponiéndose a las consecuencias que ello acarrea. Seguir con el embarazo es el otro camino, y muchas parejas se desentienden, quedando la adolescente y su madre a cargo del cuidado de la criatura.

Píldoras, dispositivos intrauterinos, el condón, implantes, la ligadura de trompas y la vasectomía, entre otros, son métodos de anticoncepción a los cuales debe recurrirse para ser más certeros en nuestras decisiones.

La información oportuna se encuentra en los servicios de planificación familiar, en consultas que deben ser equitativas, basadas en el respeto y la no discriminación; accesibles, mediante la facilitación de horarios y de alternativas de información; aceptables, apropiadas y efectivas, en tanto nuestros profesionales sean competentes y dispongan de todos los recursos necesarios para ofrecer un servicio de calidad.

La anticoncepción de emergencia, por ejemplo, no es aún muy conocida y es necesaria su divulgación para evitar interrupciones de embarazos más invasivas.

Coexisten muchos desafíos y por ello los centros de investigación en el país son de gran utilidad, porque proporcionan datos actualizados e indicadores que visibilizan a las adolescentes y jóvenes y les permiten a las instituciones involucradas tomar partido en sus acciones.

Sin embargo, en manos de la familia está el peso mayor. Un adolescente asumirá su vida sexual con responsabilidad y de una mejor manera, si encuentra en el hogar la comunicación y el apoyo que necesita para ello. La planificación familiar es, en definitiva, un asunto de todos.