El enigma de los gestos

En estos últimos días, en los que la mayoría de los cubanos ha disfrutado de los tan esperados juegos de béisbol de los play off de la Serie Nacional, el entusiasmo ha predominado en el ambiente popular. Y como consecuencia, han resaltado diferentes expresiones, tanto verbales como corporales, en peloteros, entrenadores, árbitros…, y claro está: en espectadores y aficionados.

Aunque, como muchos conocemos, en Cuba no es necesario evento de ningún tipo para que se utilice de una u otra forma el lenguaje de las manos, los ojos, la cara…

Así surgió la idea de escribir sobre el enigma de los gestos, los cuales varían en dependencia de las personas, y las situaciones en que estas se encuentran.

ENTRANDO EN MATERIA

La kinésica o quinésica es la ciencia que estudia el significado expresivo, apelativo o comunicativo de los movimientos corporales y de los no orales, de percepción visual, auditiva o táctil. Ello permite transmitir una variedad de sensaciones y pensamientos, desde desprecio y hostilidad hasta aprobación y afecto. Prácticamente todas las personas utilizan mímicas junto con las palabras.

Algunos gestos suelen ser naturales, se producen como parte de nuestra conducta corporal aprendida con el paso de los años, otros vienen determinados culturalmente.

Resulta importante conocer lo que se expresa. Nos ayuda a saber más sobre nosotros mismos y a entender mejor a los demás. El cuerpo comunica más que las palabras. Las frases pueden adulterar la realidad, pero el lenguaje mímico es muy difícil que la tergiverse.

En su mayoría, son movimientos automáticos y los llevamos a cabo de forma inconsciente. Es importante un equilibrio entre lo que se dice, lo que se siente y lo que se expresa.

El tema es amplio, trataremos de sintetizar lo más relevante.

LA CARA: EL ESPEJO DEL ALMA

Los rostros denotan, en la mayoría de los casos, los estados de ánimos de los individuos. Entre los gestos que reflejan señales de mentira se encuentran taparse la boca con la mano, tocarse la nariz, frotarse los ojos, tirarse del cuello de la camisa, apretar los dientes, reírse con la boca muy cerrada. Claro, toda regla tiene su excepción. Eso no quiere decir que cada vez que hagamos algo de lo mencionado anteriormente estemos falseando. Ah, y las palmadas en la cabeza son señales de enojo.

LOS OJOS

Con la forma de mirar se puede hasta transmitir el pensamiento de un ser humano. Hasta nos podemos enamorar, solo con cruzar miradas. Los ojos muy abiertos denotan sorpresa, admiración, mientras que los más cerrados, desaprobación. Las personas que no cambian la vista inspiran más confianza y deben de ser más sinceras que las que la rehúyen. Mirar de reojo incluye complicidad o una duda, en espera de analizar otra actitud.

LAS MANOS

Alguien nos dijo una vez que las manos hablan. Y, en alguna medida, eso es cierto. Las palmas hacia arriba y abiertas indican sinceridad, honestidad; cerrar el puño y apuntar con un dedo, posición dominante y algo agresiva; los apretones, en dependencia de su posición: igualdad, dominio, sumisión (si se hace con fuerza, hay seguridad). Al frotárselas, se espera algo bueno, un entendimiento entre las partes. Se pueden entrelazar, ya sea a la altura de la cara, apoyados en una mesa, o de pie en la parte baja de la cintura. Es curioso: algunos expertos, según estudios realizados, afirman que a mayor altura de dicho gesto, mayor negatividad lleva consigo.

Al cruzar o agarrar las manos por detrás de la espalda, denota un alto grado de convicción en nosotros mismos; si lo que agarramos por la parte trasera son nuestras muñecas es signo de intranquilidad e inseguridad.

Juntar las yemas de los dedos de ambas manos, significa también un alto grado de confianza. Se considera que los dedos pulgares representan la fuerza del carácter, por eso son utilizados para destacar ciertas señas.

Metérselas en los bolsillos dejando los pulgares fuera es signo de superioridad, supremacía y certeza.

Existen otras muchas formas de señales corporales. Algunas refinadas, otras con un porciento de mala educación… Aprender a interpretarlas nos proporciona una mayor habilidad para leer las claves gestuales y compararlas con las verbales.