El dilema de las inversiones: no llegar o pasarse

Ciertas cifras tienen el poder de cambiar las opiniones a su favor. Si decimos que Ciego de Ávila mostró una ejecución de su plan de inversiones por encima de la media del país, al concluir 2018, todo conduciría a pensar que ese componente tan importante para el desarrollo territorial va viento en popa y a toda vela. La cuestión, obviamente, está en el punto de referencia; la cota nacional no llega al 80 por ciento.

Pero, ni siquiera calculando el promedio de los últimos seis años el guarismo avileño expresaría la realidad, más aún si partimos de la idea de que un plan se hace para cumplirlo al 100 por ciento. En tal contexto, el 97,3 por ciento logrado como promedio en ese período resultaría casi suficiente y muy halagüeño.

Yens Toledano Padrón, subdirector de Inversiones en la Dirección Provincial de Economía y Planificación, coincide en que si bien el desempeño del territorio, de 2013 a 2018, no fue malo, tampoco es bueno, pues no se concretó lo planificado. El directivo es enfático cuando dice que no podemos contentarnos.

En Ciego de Ávila, los mayores aportes los protagonizan la Inmobiliaria ALMEST y el Ministerio del Turismo, con más del 50 por ciento del plan provincial. Le siguen, en orden descendente, el Ministerio de la Agricultura, el grupo azucarero AzCuba y, por último, el Consejo de la Administración provincial.

Queda claro que todo lo que se construya y tenga un valor de uso en la cayería norte, el mejoramiento de la infraestructura agrícola y de la industria azucarera tributan a la economía nacional y, por ende, a la del territorio. Sin embargo, el impacto directo y visible en el desarrollo interno de la provincia es menor o, en su defecto, menos tangible.

Y aunque el crecimiento en valores experimentado en el último lustro — de 353,4 millones de pesos (moneda total) en 2013 a 506,8 millones en 2018— habla a favor de mayores infraestructura y tecnologías emplazadas aquí, a lo interno del proceso inversionista, quedan muchas reservas de eficiencia y calidad.

En tanto, el 2019 comenzó con modificaciones al plan aprobado, dadas las condiciones actuales del país y el mundo. En Ciego de Ávila se afectó el monto destinado al Círculo Infantil de Turiguanó y el Hospital Provincial General Docente Doctor Antonio Luaces Iraola (con una reducción de más de 385 000 pesos). Además, se retiró del documento rector el Consultorio Médico de la comunidad Vivero y no se aprobó la inversión del local donde en la actualidad radica la Biblioteca Provincial, el antiguo Instituto de Segunda Enseñanza que debe retomar su misión original, ni el que acogerá a esa institución pública en el futuro, el edificio Ariete.

Este año, como ya publicamos en una nota anterior, tampoco se terminará la cancha sintética de hockey, una obra que requería unos 200 000 pesos, moneda total. De la propuesta inicial para la construcción de nichos y osarios, solo se autorizó financiamiento para el 16,1 por ciento y, en el caso de los viales, no se ejecutará la ampliación de la calle Chicho Torres que da acceso al hospital ni la terminación de la urbanización de la calle Narciso López, ambos planteamientos de la población.

Un sueño largamente acariciado por el municipio cabecera es la Circunvalación Sur, la cual había sido propuesta para comenzar las primeras acciones de un cronograma previsto para seis años, pero que finalmente no fue aceptada, pues la provincia no tiene la capacidad constructiva necesaria.

Precisamente, variables como capacidad constructiva, balance de recursos y planeación estratégica gravitan, a veces, de manera negativa, sobre la eficiencia del proceso inversionista en un territorio que, según las cifras, tiene mejores resultados que la media nacional. Otros análisis sobre este tema serán propuestos por Invasor en un próximo reportaje de investigación.