sábado, 21 de septiembre de 2024

Calidad de los servicios: Dar siempre un primer paso

La prestación de servicios públicos es como un camino en el cual no se llega, porque considerarlo así es detenerse...

Félix Arturo Chang León en Exclusivo 19/12/2023
2 comentarios
Mala cara en los servicios públicos
Lo común es que se ponga mala cara y se maltrate a alguien sin ningún disimulo. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Sobre las actividades de las entidades públicas o privadas para satisfacer necesidades de la población se dan opiniones desde hace mucho a través de todos los medios, por lo cual fue "misión imposible" encontrar algo poco tratado o nuevo.

Son raras las excepciones de alguien que no exprese algún descontento sobre la prestación de un servicio público, y como expresa Noel en la Encuesta de Cubahora, "el servicio de manera general es pésimo."

Para cambiar, hace unos años se escuchaba en tertulias callejeras de una fórmula para mejorar. Sin descartar que exista hoy esa propuesta también en redes sociales, al menos en las revisadas en estas últimas dos semanas, no la hemos visto, pero sí se nota en la mayoría de los casos, el deseo de que mejore.

Debido a que esa actividad para satisfacer necesidades de la población debe prestarse con regularidad, de manera contínua, está presente cotidianamente la mayor parte del tiempo y la vivimos de manera permanente aunque querramos evitarlo.

Por eso, Los servicios esenciales (agua, electricidad, salud, educación y seguridad) y los clasificados de no esenciales (transporte público, correo, turismo, cultura) son sujetas a régimen jurídico para garantizar su calidad, eficiencia y accesibilidad.

Los servicios públicos son parte fundamental para el bienestar de la población, y pueden prestarse directamente por administración pública o de la concesión o gestión indirecta de terceros, delegando la gestión, pero manteniendo la titularidad.

Al ampliarse la prestación de servicios entre la población y que es compartida por el Estado con el sector no estatal, se puede cuestionar la fórmula mágica de: "si esto fuera particular o privado seguro que nos tratarían bien"

Por tanto, la propiedad privada que pareció una solución, está demostrando que tampoco logra cambiar el escenario, a pesar de que se ratifican principios como que estén disponibles con la máxima calidad posible sin importar condición social o económica.

Al respecto, en la encuesta de Cubahora, Noel expresa que "Ya ni siquiera los TCP y MIPYME como se llaman ahora brindan un servicio adecuado, aun cuando no hacen mucho para captar más clientes."

Experiencias propias indican que no se trata de una responsabilidad única de la admnistración pública, sino que requiere ser compartida con los ciudadanos, que debieran cumplir las normas y respetar el derecho de los demás.

En Santa Clara participamos en colas donde otorgan preferencias a quienes padecen discapacidad, sin embargo, vemos a quienes compran varias veces inescrupulosamente a costa de su condición y para colmo, también ocupan turno en la cola normal.

Ese es un ejemplo, pero son abundantes en el país los casos de personas que siempre encuentran cómo burlar las regulaciones en un contexto de escasez de recursos, falta de eficiencia en la prestación del servicio y mala anteción al cliente.

La vida está demostrando que para la calidad de los servicios se adoptan medidas, pero siempre queda mucho por hacer porque las situaciones son cambiantes, y cuando se puede o decide ejecutar una decisión, ya debe ser de otro modo al previsto.

A pesar de las particularidades cubanas, únicas en su género a nivel mundial, debemos tomar en cuenta caminos universales para fomentar un trato cortés hacia los clientes, e implementar estrategias y prácticas para una cultura de servicio y respeto.

Lo primero es darle a los empleados una formación en servir y comunicarse con el cliente de manera respetuosa y cortés, así como desarrollar habilidades para solucionar problemas imprevistos sin siquiera consultar a sus superiores.

Por su parte, las administraciones deben dar el ejemplo con un trato correcto a los empleados y clientes, estar prestos a reconocer y premiar material y espiritualmente a quienes prestan mejor servicio, lo cual motiva y refuerza los comportamientos positivos.

La retroalimentación es fundamental, pues los directivos deben comprobar cómo llegan sus orientaciones y estar al tanto de la forma en que se cumplen en situaciones concretas, algo que puede captarse mejor si en algún momento asumen papel de sus subordinados o clientes en sus propios establecimientos

Un ambiente laboral agradable hace que los empleados tengan mejor disposición anímica para tratar a los demás de forma amable y servicial, lo que puede compararse con el más difícil de los trabajos que hizo Hércules.

No obstante todas las experiencias deben ser ubicadas en contexto, y en este caso, el cubano es singular, por lo que demanda creatividad para actuar con persistencia, captando los cambios para adecuar las medidas.

Debemos tomar en cuenta que por muy amables que sean los empleados, lograr satisfacción es altamente dificultoso si el cliente no logra resolver sus necesidades ni de manera parcial y le pesan las incertidumbres de no saber cuándo y cómo lograrlo.

En el foro convocado por Cubahora ¿Qué sugieres para brindar servicios de mejor calidad en Cuba? hay comentarios como el de Leo, quien considera que "la gente no compra productos o servicios, la gente busca soluciones a sus problemas, reducir miedos y mejorar su bienestar.", algo que tal vez no sea común en otras naciones.

Y sugiera que "entre los pilares de gobierno, debiera estar mejorar los servicios cada día para transformarnos en una mejor sociedad."

Este es un tema que pudiera parecer un infinito camino por recorrer, pero siempre hay que emprenderlo con la idea de que para recorrerlo, hay que comenzar con el primer paso cada vez que nos desviemos del rumbo o padezcamos un tropiezo.

En esta añeja carrera por un escabroso camino,  otro paso será dado en el venidero Periodo Ordinario de Sesiones del Parlamento cubano, donde se presentará el proyecto de ley del Sistema de Atención a las Quejas y Peticiones de las Personas.

Durante la prolongada marcha, la contribución de esta normativa  novedosa puede aportar a la solución de la calidad de los servicios.

Como dijo DavidS en El Foro,  "es fundamental tener en cuenta la opinión del pueblo, para todo y en todo momento, el pueblo no se equivoca. Si hacemos oídos sordos a las quejas y sugerencias del pueblo, nada sirve. No tenemos cultura del buen servicio, pero tampoco hemos sido capaces de crearla, de ahí las quejas y las insatisfacciones que existen y que continúan sin solucionarse. Así no llegaremos nunca a ningún lugar!"

Y el proyecto de ley que se somete a debate y aprobación de los diputados cubanos, llega como marcador para exigir mejores servicios públicos. Si se mejoran éstos, será una esquiva a los golpes del bloqueo impuesto al país, porque depende sobre todos de nosotros mismos. Pero la norma ha de ser cumplida. ¿Y Usted, que opina, amigo lector?


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.

Se han publicado 2 comentarios


Arturo Chang
 24/12/23 17:35

Muy interesante el comentario, pues también puede estar influyendo en el mal trato a los clientes el hecho de creer que es un acto de sumisión. Tiene usted razón, hay que tomar en cuenta factores psicológicos. Le agradezco el comentario, que tomaré en cuenta para próximos materiales periodísticos. Gracias, muchas gracias.

Chino
 19/12/23 16:42

Cuando se falta al honor, muchas cosas se pierden. Nadie por prestar un servicio profesionalmente pierde honor ni dignidad. No es más que cumplir con lo que haces, sino te conviene porque crees “rebajarte”, dedícate a otra cosa, serás más feliz, al menos eso creo yo. Por desgracia en nuestro país lo que llamamos igualdad condujo al igualitarismo; crasso error!. Y eso pues llevó por un problema de interpretación a que una parte de la población comparara su deber de servir de ser eficiente en un acto de “sumisión “. Limpiar pisos paso a ser algo casi denigrante,ni hablar barrendero, enterrador, desmochador y por ahí infinidad de actividades laborales, casi consideradas detestables. Los que cumplían labores de servicio, creían y creen te hacen un favor, si un favor!. Es tan simple como la malacrianza. Muchos trabajos fueron solo para un puñado de personas dispuestos a realizar (algo tan serio como el trabajo en un registro civil, comenzó a aceptar gente que ni escribir sabía apenas). No se buscó ni siquiera una persona que tuviere una caligrafía adecuada. Los servicios otros digamos gastronómicos, harina de otro costal. Ni vale la pena poner ejemplos…llegamos al punto el cliente no es nada, y entonces aquello( lo tomas o lo dejas. En todos servicios se entronizó la idea del mísero “regalito”, no te lo pedían, pero tú sabes tienes que llevarlo. Quien se ocupó de la moralización. Lo digo porque comencé con el honor. Y diré siempre sin honor no eres nada. Hay que decir; los salarios a extremos ínfimos, siempre congelados…conciencia, perfecto, pero el ser humano come y tiene otras muchas necesidades. Recuerdo haber leído de una conversación de Fidel creo con Breznev, el asombro porque el metro de Moscú costaba cinco centavos. No digo más. Gracias

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