Si Hemingway fuera un cronista deportivo cubano…

Si Ernest Hemingway estuviese vivo, y fuera un cronista deportivo cubano, quizás titularía esta crónica igual que una de sus novelas: París era una fiesta.

Bueno, maestro, perdóneme por el atrevimiento…

Nos referimos, claro, ya lo mencionamos en nota anterior, a esa especie de autobiografía de sus memorias vividas en la Ciudad Luz, donde eran “muy pobres, pero muy felices”, dijo en alusión a su primera esposa, Hadley Richardson.

• Consulte además: Las judocas… también con el pie derecho (+Video)

¿Y a qué viene toda esta introducción?

Un poquito de paciencia, ya vamos a aterrizar:

Es que el pasado fin de semana, sábado y domingo, dos judocas cubanos alcanzaron medallas de bronce en el Grand Slam de París, el cual se considera de forma tradicional una especie de mundialito, teniendo en cuenta el imán que posee.

Esta vez atrajo a 520 competidores de 82 naciones.

Pero escrito así nada más la historia se encuentra muy incompleta…

Nuestros seguidores de Jigoro Kano (el inventor del judo) lograron esta vez sacudirse antes los kimonos, o llegar con ellos muy bien planchados: ¡Llevaban dos ediciones sin poder subir al podio en un Grand Slam de París!

Bueno, no pasó nada por eso, ya escribimos que es un mundialito.

¡Santiaguera!

Las dos medallas, vamos a no demorarlo más, las conquistaron Iván Felipe Silva (división de los 90 kilogramos) y Maylín del Toro (63), quienes se habían marchado de allí hace un año con una mueca de disgusto al no llegar a donde querían y podían. A ese punto volveremos después…

Vayamos por orden cronológico: la primera presea llegó en la jornada sabatina gracias a la santiaguera.

Ella comenzó imponente: en solo 49 segundos derrotó, por ippon, a la húngara Szofi Ozbas. Luego tuvo que sudar ante la portuguesa Bárbara Timo: la venció faltando segundos (tenía la desventaja de dos shidos). Un desenlace similar logró contra la israelí Inbal Shemesh. Nos estamos refiriendo, claro, a rivales de calidad, con buenos resultados. Así llegó a semifinales…

Fue entonces que le tocó enfrentarse a una japonesa (los padres del judo, y por mucho los de mejores resultados): perdió contra Nami Nabekura, pero vendiendo muy caro el revés: resultó un largo combate definido en siete minutos por ippon.

No se amilanó nuestra compatriota: en la discusión del bronce se presentó de nuevo arrolladora con la canadiense Catherine Beauchemine-Pinard: ¡Le duró solo 52 segundos! Y estamos hablando de una de las dos medallistas de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Y en el podio quizás recordó muchas cosas, como su medalla también de bronce en el Grand Slam de Budapest 2022.

¿O que también tiene posibilidades terminar de hacer algo todavía más grande en los Juegos Olímpicos de París 2024?

¡Santiaguera!

Maylín de Toro nos llevó ahora a recordar una pegajosa canción:

Añoranza por la conga.

Micaela se fue pa' otra tierra buscando caminos

Que por buenos o malos, quién sabe, le impuso el destino

Solo vive llorando, sufriendo y pensando en su vino

Que no es vino, señor, ni aguardiente, señor

Es la conga, señor

Santiaguera…

Sacudió el kimono

¿Qué camino recorrió Silva?

Le ganó primero al estonio Klen Kristofer Caljulaid (por ippon), luego al británico Jamal Petgrave (waza-ari), y en cuartos de final al checo David Klammert (ippon faltando segundos).

Entonces llegó su momento no deseado; perdió con Noel van T End, de Países Bajos, quien en solo 34 segundos le aplicó waza-ari, después ippon , y siguió indetenible hacia la medalla de oro. Sí, el europeo fue campeón mundial en Tokio 2019.

Hizo lo mismo que Maylín del Toro después de perder: se sacudió el kimono y logró la victoria que lo dejó con bronce, en este caso ante el turco Mihael Zgank, medallista de plata en el Campeonato Mundial de Budapest 2017. El desenlace sucedió por hansoku-make más allá de los cuatro minutos reglamentarios.

Él también, como Maylín del Toro, había terminado con medalla de bronce en el Grand Slam de Budapest 2022.

Y el resto de nuestro diez competidores, presentamos a cinco en el femenino, y cinco en el masculino, no pudo avanzar.

Recordando

Vamos a rememorar algo, con el objetivo de subrayar la importancia de este resultado: como ya escribimos nuestros judocas se fueron sin medallas en las dos ediciones anteriores de los Grand Slam de París.

No iremos tan lejos: ¿Qué ocurrió en el del año pasado?

Es verdad, justo es decirlo, que entonces no llegaron con el nivel de preparación logrado en esta ocasión.

El mejor desempeño hace dos meses lo obtuvo con un séptimo lugar Iván Silva, subcampeón mundial de Bakú (Azerbaiyán) 2018, y aunque tampoco le cuajó uno de los favoritos a medallas en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, como lo debe ser en los de París 2024.

Aquella vez resultó llamativo lo de Maylín del Toro: fue una de las sembradas en el organigrama, por su ubicación en el ranking, pero ello no le alcanzó para avanzar.

Las últimas medallas ganadas por cubanos en un Grand Slam de París se alcanzaron en 2020, cuando terminaron con bronces el propio Iván Silva (90), Andy Granda (+100) y Kaliema Antomarchi (78), en lo que fue el mejor resultado de América.

Ahhh… en 2019 la súper Idalis Ortiz terminó campeona.

¿Y dónde están..?

Pero esta historia continúa estando incompleta:

¿Qué pasa con Idalis Ortiz (cuatro veces medallista en Juegos Olímpicos) y Andy Granda (campeón mundial en Tashkent 2022)?

Los dos se encuentran realizando bases de entrenamientos en Europa. Y al parecer los técnicos prefirieron mejoraran más su forma física antes de que se enredarán en competencias.

Hay otros Grand Slam a la vista, y cuando lleguen tendremos que encender muy rápido otra vez nuestros reflectores…