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martes, 1 de octubre de 2024

Venezuela: la derecha imperial ataca por distintos flancos

La derechista Mesa de la Unidad Democrática (MUD) de Venezuela en apariencia estaba de acuerdo con un diálogo político con los líderes bolivarianos, pero rápidamente abandonó la posibilidad de un entendimiento...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 10/06/2016
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Aunque nunca se debe desechar la idea de un diálogo con los enemigos políticos, en el caso de Venezuela parecía un poco ingenuo, conociendo a la derecha de ese país y a sus dirigentes internos y foráneos. A la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) solo le interesa continuar con su hoja de ruta para derrocar al presidente legítimo del país, Nicolás Maduro Moros, según su percepción, antes de que concluya este año.

En momentos de grandes turbulencias en América Latina, Venezuela es uno de los países más atacados por los conservadores al servicio de los imperios que atacan a la Revolución Bolivariana desde todos los flancos. Movidos por un odio visceral utilizan los medios a su alcance, incluidos los más violentos, para crear el caos, aislar al gobierno y permitir la entrada de fuerzas militares al país.

De ahí que la ausencia de la MUD de las negociaciones en Santo Domingo no sorprendiera a las fuerzas revolucionarias venezolanas, aunque defraudó a la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), y a los expresidentes de República Dominicana, Leonel González; de Panamá, Martín Torrijos; y de España, José Luis Rodríguez Zapatero, garantes internacionales de las eventuales conversaciones.

El resultado conocido este lunes era de esperar, a partir del criterio de que a la MUD como a otras fuerzas conservadoras continentales, en la triangulación España-Rajoy, América Latina-Uribe y Estados Unidos-Obama y otros elementos de baja calaña, como el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, la prioridad uno es destituir a Maduro, destruir la Revolución Bolivariana y reinstaurar el sistema capitalista neoliberal.

Los grandes centros de poder mundial le están haciendo un cerco a Venezuela desde hace años, pero ahora se han tirado a fondo, lo cual denuncia de manera continua el presidente bolivariano y su gabinete. Se trata de una embestida imperial internacional contra la que tiene que luchar a diario las masas revolucionarias venezolanas y sus aliados de América Latina y El Caribe, so pena de que zozobre el proyecto del Socialismo del siglo XXI.

Las amenazas vienen de distintos puntos de concentración imperiales. El presidente Barack Obama, en una gravísima decisión, dictó una Resolución en marzo de 2015, en la que declara a Venezuela como una “amenaza inusual y extraordinaria” a la seguridad nacional del gigantesco país norteño. Con ello, dejó la puerta abierta a una intervención militar norteamericana en la patria de Hugo Chávez Frías.

Este mes la OEA, en voz de Almagro, exigió —y fue derrotado en plenario por las naciones latinoamericanas— la aplicación de la llamada Carta Democrática contra Venezuela por lo que él, no la entidad, considera violación de los derechos humanos, y con ella dejar otra puerta por donde entren los marinos estadounidenses.

Ahora, la Unión Europea, el viejo continente colonizador que se considera con el derecho de intervenir en sus antiguas propiedades del siglo XIX, se pronunció este miércoles por solicitar al gobierno de Caracas “la liberación inmediata de los políticos presos en ese país, así como respetar el Estado de Derecho y el principio de separación de poderes”, según indican medios de prensa internacionales..

La resolución del Parlamento Europeo, aprobada por 501 votos a favor, 94 en contra y 73 abstenciones, fue pactada por el Partido Popular Europeo, la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, el grupo de Conservadores y Reformistas Europeos y la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa.

En una acción que de inmediato fue repudiada por Venezuela mediante su Canciller, Dercy Rodríguez, la Eurocámara “lamentó” lo que considera un bloqueo institucional y el control del Ejecutivo sobre el Tribunal Supremo y el Consejo Nacional Electoral para “impedir la aplicación de las leyes e iniciativas adoptadas por la Asamblea Nacional”. Grave y equivocada interpretación de la realidad venezolana.

A este coro de instituciones hegemónicas se une la campaña mediática de la derecha internacional contra la Revolución. La prensa española, por ejemplo, le dedica más espacio a Venezuela que a sus problemas internos —muchos y delicados— y el periódico norteamericano The Washington Post solicitó a la Casa Blanca en su editorial del pasado viernes “apoyar” a Almagro en sus intentos de intervención a la nación suramericana.

El Parlamento venezolano, en manos de una mayoría derechista integrada por los partidos de la MUD, promueve ahora el referendo revocatorio contra Maduro para impedir que concluya su mandato presidencial, y convocar a elecciones llamadas libres, con la certeza —errónea por demás a estas alturas cuando se conocen sus planes contra el país— para poner a uno de sus testaferros al frente del gobierno.

Para Unasur aún hay posibilidades de que la MUD retorne a República Dominicana, quizás esperando como se mueven las fichas contra el gobierno esta semana.

Empero, el diputado por el Bloque de la Patria a la Asamblea Nacional, Julio Chávez, consideró que los conservadores condicionaron su presencia en la isla caribeña hasta que no se conozcan las decisiones del Poder Electoral sobre el pase a la siguiente etapa de la validación de las firmas para activar el referendo revocatorio contra Maduro, pues consideran que “este aspecto es vital en la agenda de un posible diálogo”.

No es la primera vez que el gobierno bolivariano intenta dialogar con la oposición (2014), pero aunque primero se pronuncian de manera positiva luego abandonan, ya que trabajan en una hoja de ruta trazada por el imperialismo mundial y no consideran otras opciones. Olvidan que la Revolución no aguarda con los brazos cruzados.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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