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miércoles, 9 de octubre de 2024

Tensiones entre EE.UU. y la Unión Europea: ¿negociaciones o imposiciones?

Las medidas anunciadas por el presidente Donald Trump con la subida de los aranceles al acero y al aluminio y la salida de EE.UU. del pacto nuclear con Irán han provocado un sismo en las relaciones de ese país con el bloque comunitario...

Jose Valentín Rodríguez Pérez en Exclusivo 03/06/2018
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USA VS EU
La confrontación directa de la Unión Europea con Estados Unidos podría ocasionar pérdidas económicas a las naciones del viejo continente (Foto:El economista)

Tal vez una de las mayores provocaciones desde que llegó a la oficina oval por parte del presidente outsider Donald Trump, a sus socios europeos, han sido la subida de los aranceles al acero y al aluminio y la retirada de EE.UU. del acuerdo nuclear con Irán. Ambos acontecimientos han incitado una fricción que dura hasta hoy y de la que no ha existido respuesta visible de la administración del magnate.

En franca resistencia a las tensiones originadas, la Unión Europea a pesar de su anuncio de contramedidas, —sabe que las relaciones trasatlánticas con su socio comercial y político son vitales—, está insistiendo hasta el último minuto en lograr un acuerdo que impida que la sangre no llegue al rio, pues la prórroga vence este 1 de junio.

Inmediatamente después de anunciar la subida de los aranceles el pasado 1 de abril, la Unión Europea amenazó con tomar represalias en bloque contra productos que EE.UU. compra tradicionalmente en Europa, pero aún no ha comenzado a aplicarlas.

No podemos olvidar que Trump llegó a la Casa Blanca esgrimiendo un mensaje proteccionista, con el lema que lo ha distinguido “América Primero”, que diferencia sin ambages su política aislacionista.

No contento con el anuncio y la amenaza del alza de los aranceles al acero y al aluminio a sus aliados europeos, ha tomado una nueva iniciativa y ahora indica a su secretario de Comercio, Wilbur Ross, imponer fuertes gravámenes, posiblemente hasta del 25 por ciento, contra las importaciones de automóviles provenientes del viejo continente, por razones de seguridad nacional.

La intención del presidente tuvo eco y no se hizo esperar la respuesta de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles que declaró con fuerza que si Trump adopta medidas restrictivas a la importación de autos, tendrá consecuencias negativas para los países de la Unión pero también para EE.UU. y para el comercio internacional.

De acuerdo con informes de la Comisión Europea publicados a fines del 2011, Los Estados Unidos es el primer mercado para las exportaciones desde la Unión Europea. La balanza comercial se inclina favorable a las exportaciones del bloque comunitario con un 20 % de sus productos enviados a Norteamérica y un 13 % provenientes de EE.UU.

Estas cifras explican por sí solas el potencial impacto que podría tener una agudización de la confrontación abierta con el poderoso “aliado” del norte, algo que podría representar pérdidas cuantiosas. De otra parte también Europa encuentra limites reales por su protección a la “sombrilla del Pentágono” en la Alianza militar trasatlántica, los que no puede desconocer.

El desafío que el presidente Trump lanzó a sus aliados europeos con el abandono del pacto nuclear con Irán que suscribió toda la comunidad internacional en el 2015, provocó la ira y el desconcierto en el bloque. Altos dignatarios expresaron la conocida e irónica frase que “con amigos como ese no necesitamos enemigos”.

El acuerdo nuclear es considerado por Europa como un eje esencial de su geopolítica hacia el Medio Oriente y su ruptura la coloca en una extraña disyuntiva sobre el papel que el bloque comunitario está dispuesto a asumir en su política exterior.

Días antes de la infausta decisión de Trump de salirse del acuerdo nuclear, los principales líderes europeos llegaron a la Casa Blanca con la intención de persuadir al mandatario de no abandonar el pacto firmado. Nada lo sacó de la postura que había proclamado; ni las críticas ni las presiones de sus aliados incondicionales fueron suficientes para convencerlo, ni aún la empatía que estableció con el presidente outsider Emmanuel Macron.

Asestó un golpe mortal sin importarle nada y devolvió las sanciones al gobierno persa, lo que también erosionó el comercio con numerosos países de la Europa comunitaria y esa nación.

Las cartas están sobre la mesa para la Europa Comunitaria, la disyuntiva es tal que aceptan las imposiciones arancelarias calladitos o lanzan las contramedidas anunciadas a la relación comercial bilateral y por la otra cara de la baraja o imponen su voluntad política en continuar las relaciones con Irán beneficiosas para ellos o acatan la imposición de Trump. Europa ha planteado su interés en negociar, pero también ha dicho que se prepara para el peor escenario.

De las acciones que se emprendan de un lado y otro se podrían definir el papel de la Europa Comunitaria en su posición en las relaciones internacionales. Tal vez la pregunta lanzada por el gobierno francés ¿Aliados o Vasallos?, pueda tener la respuesta final.


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Jose Valentín Rodríguez Pérez

Periodista y analista político


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