Se soltó la locura

No es una novedad, pero no por ello la confirmación explícita de los planes oficiales norteamericanos con respecto al mundo de hoy deja de ser agriamente sorprendente para muchos analistas.

Y se trata de que Donald Trump finalmente anunció los pilares de su “remozada” estrategia global donde, con toda carencia de equilibrio, cordura y ejercicio de una política sensata y equilibrada, promueve a los cuatro vientos que los intereses vitales de su administración se basan en “preservar la paz mediante el uso de la fuerza, aumentar la influencia externa de Washington, proteger la patria y el estilo de vida estadounidenses y promover su prosperidad”, algo así como yo, yo, yo…¿y los demás?

Y como en estos tiempos en que los Estados Unidos ya no puede presumir de absoluta primera potencia global, el multimillonario empresario devenido presidente la emprendió, en primerísima instancia, contra China y Rusia, a las cuales reconoció públicamente como opositores a debilitar, hostilizar y eliminar para poder ejercer un “feliz” hegemonismo a escala universal, digno de quienes se creen la historieta de haber sido elegidos por la Providencia como líderes supremos del género humano.

Y, desde luego, lograr esa meta no se concibe como un esfuerzo político, sino como el producto del uso desmedido de la fuerza, la amenaza y el chantaje contra todo y todos los que lo obstaculicen.

De manera que el mundo, gracias a las máximas autoridades de la potencia capitalista por antonomasia, parece condenado a cerrar 2017 e iniciar 2018 bajo los truenos de una renovada Guerra Fría con amplias posibilidades de elevar peligrosamente su temperatura según los pujos de guapo de barrio que soplen en la Casa Blanca.

Y parece que ciertamente será así a partir de las inmediatas, serias y obligadas advertencias hechas enseguida por China y Rusia al promotor de tales brutales riesgos.

Así, Beijing ha dicho al respecto que nunca dejará de proteger su soberanía e intereses estratégicos, e urgió a los Estados Unidos a que no distorsione la vocación pacífica del gigante asiático y a que “abandone el juego de suma cero y la mentalidad de Guerra Fría”.

Por su parte, Rusia afirmó que la actual Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos amenaza la ‎estabilidad global y persigue la instauración de en un mundo unipolar, aun cuando es evidente el cambio hacia la multipolaridad que vive el espectro político internacional de nuestros días. El Kremlin además fue más lejos, y por intermedio de voceros de su cancillería precisó ‎que Rusia no otorgará “consentimiento tácito a la interferencia en los asuntos internos de los países” ni concordará con las resoluciones que intenten alterar el panorama geopolítico.

Refiriéndose a las declaraciones de algunos diplomáticos occidentales acerca de que Rusia no debe esperar establecer sus relaciones con el Occidente tal y como eran antes, la cancillería rusa hizo hincapié en que dicho mensaje “fue escuchado, aceptado y aplicado” por Moscú.

De manera que Trump y su equipo han dejado claro lo que significa para ellos del manido lema de “Estados Unidos primero”… simplemente un absurdo y suicida grito de guerra contra todos…, así de cavernícola y obcecado.