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lunes, 7 de octubre de 2024

Sacar lascas

El hegemonismo intentó capitalizar las recientes protestas iraníes...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 09/01/2018
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Manifestación-Irán-protestas violentas
Miles de iraníes marchan de forma pacífica y ordenada en todo el país, en contra de las protestas violentas.

Hace apenas unos días las autoridades iraníes debieron enfrentar los focos de violencia que elementos oportunistas intentaron fomentar en medio de protestas pacíficas relacionadas con temas económicos internos de la nación persa.

 En efecto, según analistas, el presupuesto presentado para este año por el gobierno que encabeza el presidente  Hasan Rohani, realizó determinados ajustes que incluyen alzas en las tarifas de los trámites para aquellos ciudadanos que salen del país, además de la subida del precio de vectores energéticos y del combustible.

“En dicho contexto, precisan los estudiosos, hay que señalar que este proyecto propuesto por el gobierno viene en momentos que el país experimenta una situación económica crítica por el aumento de precios de alimentos y la incapacidad de algunos institutos financieros y bancos en devolver el dinero de la gente”, lo que se enlaza con las consecuencias de las sanciones y cercos imperiales impuestos tiempo atrás  al país por la defensa de su derecho el desarrollo del uso pacífico del átomo.

En primera instancia, las manifestaciones se produjeron de forma pacífica y ordenada, en un país en el cual, según el jefe de Estado, se respeta la prerrogativa ciudadana de expresar  sus criterios.

"Irán, insistió Rohani, es una nación libre y, a partir de sus leyes constitucionales, el pueblo tiene derecho a demostrar su crítica y su protesta", pero la finalidad debe ser "una mejora de la situación del país y de la vida de la población".

Sin embargo, es evidente que para algunos de los más recalcitrantes enemigos de un Teherán firme en sus posiciones políticas, defensor de su soberanía, y uno de los baluartes en la reciente derrota terrorista en Siria, las manifestaciones públicas se revelaron como la gran oportunidad de  intentar destruir desde adentro a la Revolución Islámica.

Y paralelamente a ingentes, cínicos y oportunistas pronunciamientos de Washington, Ryad y Tel Aviv con relación al panorama interno iraní, comenzaron a producirse incidentes violentos como evidentes focos iniciales de una pretendida “desobediencia nacional.”

No por gusto personajes como el propio presidente Donald Trump, el primer ministro sionista, Benjamín Netanyahu, y representantes de la monarquía saudí, se apresuraron a dar su “aliento a los valientes iraníes” alebrestados contra el “régimen corrupto” vigente en Teherán. El mandatario norteamericano llegó incluso a prometer “el gran apoyo de los Estados Unidos” a los impulsores del caos.

En pocas palabras: todo el clásico montaje antipopular puesto en marcha en las tituladas “revoluciones de colores” que han devastado la realidad centro asiática y mesoriental a cuenta de los intereses hegemónicos y reaccionarios, y que también modificó el mapa geoestratégico europeo con la instauración en Kiev de un régimen de derecha.

En el caso iraní, sin embargo, las tensiones fueron debidamente controladas, y sin menoscabo del derecho popular a hacer públicos sus reclamos, dudas y opiniones de forma pacífica y constructiva, la situación parece haber retornado a la normalidad, y los “remolinos interventores” se diluyeron en las aguas de la sensatez y la firmeza.

De  manera que, como señalan analistas, si bien existen criterios entre la población sobre determinadas decisiones oficiales, vale resaltar que una vez desatadas las intentonas de sembrar el caos, Irán fue escenario de inmediatas “masivas marchas en repudio a las protestas violentas y las injerencias externas.” 

“Teniendo en cuenta los puntos mencionados, precisan las mismas fuentes, se puede concluir que, por un lado, en Irán hay voces que rechazan la situación económica y piden una mejoría y por el otro, hay quienes están pendientes de cualquier ocasión para crear caos y violencia en el país y poner a la gente frente al sistema.”


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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