Coincidente con la conformación de un nuevo gobierno sionista al frente del cual se mantiene el primer ministro Benjamín Netanyahu, la Autoridad Nacional Palestina, ANP, dio por concluidas todas sus obligaciones con los acuerdos suscritos con Tel Aviv y Washington en torno al prolongado conflicto en ese territorio mesoriental.
La decisión se produce en medio de los anuncios de Tel Aviv de completar nuevas anexiones de espacios palestinos, fundamentalmente en Cisjordania, un paso que incluso forma parte del acuerdo del nuevo gabinete israelí, donde el líder opositor Benjamín Gantz asume la cartera de Defensa.
Según medios de prensa, dicho entendimiento contempla concretamente que Netanyahu pueda presentar a partir del 1 de julio a votación parlamentaria y ejecutiva “el acuerdo alcanzado con Estados Unidos sobre la aplicación de la soberanía sionista en Cisjordania”, a tono con el desigual tratado que Donald Trump ha denominado “el plan del siglo” con relación al conflicto palestino-sionista, y que la población árabe rechazó desde un primer momento.
En consecuencia, advirtieron fuentes palestinas, con la ruptura de todos los convenios precedentes, en lo adelante Israel deberá asumir sus responsabilidades como “nación ocupante”.
Ello supone legalmente “la protección de la población civil y de sus bienes, la penalización del castigo colectivo, la prohibición del robo de recursos, la no apropiación y anexión de tierras, y la no expulsión de la población del territorio ocupado ni la transferencia de la población del Estado ocupante a la tierra que ocupa”, hechos que constituyen “violaciones graves y crímenes de guerra”.
Por demás, la ANP se reserva el derecho de acusar a Tel Aviv ante los tribunales internacionales si finalmente se embauca en el proceso de anexión.
El presidente palestino, Mahmud Abas, anunció la ruptura de "todas sus relaciones", incluida la seguridad, de la Autoridad Palestina con Israel y Estados Unidos. (El país)
En otro orden, los dirigentes palestinos reafirmaron la no confiabilidad de los Estados Unidos como garante imparcial de cualquier negociación futura, y solicitaron de Rusia que se convierta en la nación que pueda mediar en algún nuevo proyecto para lograr una paz justa.
De manera que la máxima autoridad representativa de los 13 millones de palestinos reprimidos y desarraigados ha dado el tiro de gracia no solo al famoso “pacto del siglo” tan alabado por Trump y sus compinches sionistas y de la Casa Blanca, sino que además han desautorizado globalmente a la primera potencia capitalista como un poder capaz de asumir con realismo, objetividad y balance adecuado cualquier nuevo intento de resolver la crisis mesoriental por medios civilizados y pacíficos.
Porque el fracaso de toda la tramoya Made in USA y el descrédito de Washington no son culpas precisamente de la “soberbia palestina”, sino producto neto y nato de una administración gringa totalmente parcializada, oportunista y apegada a las presiones y el chantaje.
No olvidar que según el sitio digital Rebelión, “en una reunión al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la sede de la ONU en Nueva York el 24 de septiembre de 2019, Donald Trump fue enfático al confirmar que “nuestra relación es únicamente con Israel”, justo cuando el máximo organismo internacional debatía, entre otros temas cruciales, los desmanes sionistas contra la población palestina.
Todo un expediente sectario secundado y manoseado por su yerno de origen hebreo Jared Kushner, a quien, según Telesur, “encargó Trump además el ilegal traslado de la embajada norteamericana de Tel-Aviv a Jerusalén, financiado por Sheldon Adelson, un mafioso dueño de casinos en Las Vegas”, y la preparación del no menos ofensivo e imparcial “acuerdo del siglo” para Palestina.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.