Más que tres tazones

Si Donald Trump pretendió atribuirse una “bravuconada” anti rusa al romper con el acuerdo bilateral sobre misiles de corto y medio alcance, INF; sancionar una y otra vez a Moscú por su verticalidad política internacional, y ubicar públicamente al Kremlin junto a China como los dos grandes obstáculos para reimponer el hegemonismo global gringo, ciertamente su “disparo” desestimó salir por el cañón del arma y prefirió seguir la ruta de la trastienda.

Así, va a hacer un año este marzo, que en respuesta a la sarta de amenazas y acciones hostiles de Washington, y como clara advertencia que todo golpe tendrá la más severa respuesta, el presidente ruso Vladímir Putin anunció la creación por la industria militar local de al menos seis armas de nuevo tipo caracterizadas como “sin similares” en otras naciones del planeta, y de carácter indetectable para los radares y sistemas enemigos de seguimiento.

Entonces habló del misil intercontinental RS-28 Sarmart (Satán 2 para Occidente), con un alcance de 11 000 kilómetros (casi el diámetro de la Tierra) y por tanto capaz de alcanzar América del Norte y cualquier otro punto del planeta cruzando sobre los Polos Norte o Sur, y portador de ojivas nucleares de activación independiente durante el recorrido, por lo tanto capaces de atacar blancos diferentes a su paso.

Anunció además las pruebas exitosas de un misil crucero de propulsión nuclear de alcance ilimitado; del sistema de vehículos autónomos para acciones submarinas también con combustible atómico; y del complejo de misiles hipersónicos de lanzamiento aéreo Kinzhal, con rango de efectividad de 2 000 kilómetros.

Por último, citó el complejo Avangard de misiles intercontinentales con una unidad hipersónica que le permite giros inmediatos a altas velocidades y, por tanto, puede convertirse en indetectables para la defensa enemiga. Asimismo, se refirió a las nuevas armas de rayos laser que ya se han suministrado a unidades rusas de combate.
Y como “lo prometido es ley”, hace pocos días el Ministerio de Defensa anunció desde Moscú que el nuevo sistema antiaéreo ruso S-500 estará disponible este año para el Ejército.

Según esa entidad oficial, los misiles de este avanzado sistema, que “no tienen análogos en el mundo”, fueron probados con éxitos por Rusia durante el año pasado.
El S-500 es el más reciente de los complejos de defensa aérea de largo alcance de Almaz-Antei, el mayor contratista ruso de defensa, y supera en mucho al ya conocido S-400, con un probado éxito por sus niveles de efectividad y poder destructivo.

Los diseñadores precisaron que el S-500 es capaz de interceptar misiles balísticos y de cruceros de rango intermedio, supersónicos e intercontinentales en la fase final de su trayectoria, a la vez que puede impactar contra objetivos en la órbita terrestre baja.

Además, Rusia también precisó que para el año próximo sus unidades estratégicas pondrán en servicio activo el misil intercontinental Sarmat, de cuyas características hablamos en párrafos anteriores, luego de haber vencido con éxito las pruebas de rigor.

Para las autoridades del Kremlin no es ocioso subrayar que este poderío militar en desarrollo nunca será utilizado para agredir a nadie, y solo resultarán pasto de su capacidad y poder aquellos que intenten violentar por la fuerza la integridad y la seguridad de la Federación Rusa… y a buen entendedor…