Más contras que pros

Con la pesada carga de una reciente derrota eleccionaria que disminuyó su número de partidarios en el legislativo, el gobierno que lidera la primera ministra Theresa May comenzó a remontar el complicado derrotero que debe llevar a Gran Bretaña a separarse de la Unión Europea, UE.

Como se recordará, la jefa de gobierno había facilitado la realización de una consulta electoral que le otorgase un mayor control sobre el parlamento local, sin embargo, el final resultó contrario a sus propósitos, lo que conllevó que algunos líderes políticos llegaran incluso a reclamar su renuncia.

En esas adversas condiciones abre sus puertas entonces la tratativa con la UE, con la cual, en primera instancia, Gran Bretaña debería concretar ahora un acuerdo comercial de orden bilateral adjunto a la renuncia a su presencia en el grupo.

El hecho es que, apuntan analistas, al perder la mayoría absoluta parlamentaria en las recientes elecciones, Theresa May puede verse obligada a “decantarse por un llamado Brexit suave, que apunte a una retirada con acceso al mercado único y a la unión aduanera”.

Según se informó, el titular británico para la salida de la Unión Europea (UE), el conservador David Davis, es el negociador de su país en Bruselas para llevar adelante lo que algunos definen como un complicado y tenso proceso.

Mientras, el portavoz laborista del Brexit, Keir Starmer, admitió que su país tendrá que aceptar el fin del libre movimiento de personas, pero dijo que la unión aduanera no puede retirarse de la mesa.

Es de notar que en su proceso de la salida de la UE, debe Londres resolver la situación de los 3,2 millones de ciudadanos comunitarios que viven en el Reino Unido, y de los 1,2 millones de británicos que residen en otros países de la Unión.

En ese sentido, se conoció que más de la mitad de los profesionales de las restantes naciones miembros de la UE que trabajan para algunas de las mayores empresas del Reino Unido, se están preparando para abandonar el país antes de que se implemente el Brexit en marzo de 2019.

Una encuesta sobre el tema indicó que los profesionales europeos radicados en Gran Bretaña y con altos ingresos probablemente dejen el Reino Unido con antelación a que se conozca el resultado de las negociaciones de la separación de la UE.

El estudio añadió que el sector británico de la salud puede ser el más afectado, ya que el ochenta y cuatro por ciento de los encuestados ocupados en esa rama dijeron que es “muy probable” o “bastante probable” que salgan definitivamente del país.

Otros de los sectores más afectados podrían ser los de desarrollo de tecnologías, medios de comunicación y las telecomunicaciones, con un sesenta y cuatro por ciento de éxodo de profesionales, así como el de los servicios financieros, con un cuarenta y tres por ciento.

Por último, siete de cada diez encuestados declararon que desde que se realizó el referéndum sobre la aplicación del Brexit se sienten más vulnerables y propensos a convertirse en víctimas de la discriminación.

Y, mientras estas informaciones circulaban con fuerza ante la apertura de negociaciones entre Londres y la UE, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, sorprendió a muchos al afirmar a la prensa que “todavía existe la posibilidad de que el Reino Unido permanezca en la Unión Europea”.

El alto representante de la unión comunitaria se refirió a los presumibles resultados de los acuerdos para la salida británica, y reveló que ha sido consultado personalmente por sus amistades inglesas sobre un eventual escenario en que el Brexit sea revertido.

En consecuencia, parecería que en este terreno tan escabroso todavía habrá que esperar por una última y definitoria palabra.