Solo cinco meses separan a Ecuador de las elecciones presidenciales y parlamentarias, en las que el exvicepresidente Lenín Moreno, un político con alta popularidad, aparece como el posible sustituto del mandatario Rafael Correa, quien declinó un nuevo mandato, luego de 10 años consecutivos de gobierno.
Correa, economista y declarado antimperialista, negó que volvería a candidatearse pues, en su opinión, el proceso político de su país es irreversible y, en sus palabras, “la Revolución queda en las mejores manos”, según argumentó en la Convención Anual de Alianza País el pasado día primero.
El movimiento Alianza País, la agrupación política más grande de Ecuador, nominó a Moreno. Al decir del actual mandatario, él “es el mejor ecuatoriano para guiar la siguiente etapa de este proceso político. Es un increíble ser humano”, a quien también ponderó como un “compañero leal, integro, de cuya convicción revolucionaria y entrega”.
A su vez, Moreno escogió para acompañarlo en la chapa electoral a otro reconocido político, el actual vicepresidente Jorge Glas Pimentel, reconocido por su eficiencia en el desarrollo de sectores estratégicos del país.
Para este binomio la tarea más difícil, si ganan en las elecciones marcadas para febrero próximo, será mantener la estabilidad política nacional, pues antes de la asunción de Correa, en los 10 años previos, tres presidentes fueron derrocados. Para muchos, el joven economista logró una seguridad ciudadana, gracias a su política del “buen vivir” generada por la Revolución Ciudadana, jamás vivida antes por el país situado en el medio del mundo.
Tanto Moreno como Glas son admirados por la población ecuatoriana por sus gestiones como vicepresidentes en los gobiernos de Alianza País.
El candidato a la Primera Magistratura es Licenciado en Administración Pública en la Universidad Central del Ecuador. Con sus piernas inmovilizadas desde 1998, cuando recibió un disparo durante un asalto, constituye un ejemplo de perseverancia en sus acciones políticas y personales. Luego de cumplir su mandato como vice de Correa, fue designado por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon como su enviado especial sobre Discapacidad y Accesibilidad, cargo al que renunció en fecha reciente para postularse.
Glas Pimentel, quien aspira a continuar en la vicepresidencia, tuvo a su cargo grandes proyectos hidroeléctricos, de riego y de control de inundaciones. En ese período se construyeron las represas Mazar, Coca-Codo Sinclair y Sopladora. Ecuador pasó a vender la energía limpia que antes compraba.
El actual vicepresidente recibió el reconocimiento popular cuando en abril último, luego del terremoto que afectó Ecuador, dirigió la reconstrucción de las provincias de Manabí y Esmeraldas, las más afectadas.
¿QUÉ PRESENTA LA OPOSICIÓN?
Durante sus consecutivos gobiernos –uno de ellos nacido después de la fundación de la Asamblea Nacional Constituyente que exigió nuevas elecciones- apoyado siempre por más del 50 por ciento del electorado, Correa y Alianza País han sido atacados por sectores derechistas que se niegan a perder sus privilegios de clase e incluso intentaron sacarlo por la fuerza mediante un golpe de estado policial en 2010.
El pasado año, también hubo intentos de subversión por grupos derechistas que quisieron tomar las calles, mientras miles de personas se congregaban en apoyo al Presidente y su gabinete.
También hubo figuras de la izquierda o movimientos indígenas que antes le apoyaban que se declararon en su contra, y lo critican –desde su visión- por falta de diálogo y centralismo personal. Sin embargo, el Mandatario goza en la actualidad de un 58 por ciento de aprobación a su gestión, según el periódico independiente La diaria, de Uruguay, basada en encuestas ecuatorianas.
La oposición de Ecuador –según analistas dividida y sin un programa fuerte de gobierno no tiene chance- pero en las últimas semanas apareció un nuevo sujeto, el ex alcalde de Quito en dos mandatos y ex jefe del comando de las Fuerzas Armadas hasta 1998, Paco Moncayo, cuyo discurso político se centra en la conquista de esos sectores izquierdistas o progresistas que se dicen descontentos con la política de Correa.
Postulado por el Acuerdo Nacional por el Cambio, integrado por organizaciones variopintas, es apoyado por el movimiento indigenista Pachakutik y ex dirigentes de Alianza País, entre ellos Alberto Acosta (expresidente de la Asamblea Constituyente) y Jorge Herrera Morocho, presidente de la Confederación de Nacionalidades de Indígenas del Ecuador.
Ante este panorama, son pocas las opciones de otros candidatos de renombre, como Guillermo Lasso (en su segundo intento) o Cinthya Vitier, una ex presentadora de televisión y también derrocada en presidenciales.
Lasso, adinerado hombre de negocios y líder de la Asociación de Banqueros Privados del Ecuador, está postulado por la organización Creando Oportunidades (CREO), pero su discurso enfocado a la llamada “defensa de las libertades” no le garantiza el éxito.
Este tecnócrata estuvo vinculado a los gobiernos de los depuestos por mandato popular Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez
De triste recordación para la economía nacional, fue uno de los artífices de la firma de la Carta de Intención con el Fondo Monetario Internacional en el 2003 y de las inmediatas medidas antipopulares que dieron al traste con Gutiérrez, mientras él se desempeñaba como embajador itinerante en Washington.
Otra conocida candidata es Cynthia Viteri, abogada y expresentadora de noticias de Guayaquil, uno de los bastiones de la derecha, protegida del alcalde de esa provincia Jaime Nebot, quien en dos ocasiones perdió las presidenciales. Viteri representa a una coalición integrada por el Partido Social Cristiano (PSC) y agrupaciones más pequeñas.
Esta política fue pretendiente a la primera magistratura, pero quedó en quinto lugar con apenas el 9,63 por ciento de los votos. Electa para la Asamblea Nacional en 2013, fue expulsada de Venezuela deshonrosamente por injerencia en los asuntos internos de esa soberana nación.
Otros candidatos menos conocidos se lanzan en pro de ser conocidos, con la aspiración de en un futuro postularse para cargos locales o las presidenciales del 2021. Entre esos aspirantes está Paúl Olsen, dirigente ganadero del Guayas, por el movimiento Centro Democrático; Iván Espinel Molina, médico, por Fuerza Compromiso Social; y Washington Pesántez, Fiscal General del país hasta marzo pasado cuando se candidateó por Unión Ecuatoriana.
Para las distintas fuerzas opositoras a Alianza País lo importante es evitar que Lenin Moreno gane en la primera vuelta para aglutinarse para una segunda jornada.
Una encuesta de la empresa Perfiles de Opinión, publicada por el periódico El Universo el pasado día 7, la intención de voto de Moreno es de 49% y ara ganar sin necesidad de balotaje se necesita reunir 40 por ciento de los votos y una ventaja de 10 por ciento sobre el candidato más cercana.
De ser necesaria una ronda posterior a la marcada para febrero, se realizará el domingo 2 de abril. Además del presidente y su vice también se elegirán a 137 legisladores de la Asamblea Nacional (ahora 100 en poder de Alianza País) y serán convocados 13,2 millones de electores.
Al comienzo del próximo año, el 3 de enero, comenzará oficialmente la campaña electoral, que deberá centrarse especialmente en Moreno y Moncayo.
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