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miércoles, 9 de octubre de 2024

Las dos caras de la luna

Dice un antiguo refrán asiático que para un largo camino solo es necesario dar bien el primer paso...

Elsa Claro Madruga en Exclusivo 09/07/2018
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Pompeo y Corea
El secretario de EU Mike Pompeo (der.) se reunió con Kim Yong Chol, representante de Kim Jong Un.

A la espera de un tuit de Donald Trump, que esta vez se hace esperar, las noticias sobre las negociaciones sostenidas por el Secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo y Kim Yong Chol, vicepresidente del Comité Central del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte, revelan una situación compleja y, como dice la agencia norcoreana KCNA, en zona de peligro.

Antes de salir de Pionyang, el jefe de la diplomacia estadounidense se refirió al resultado de sus encuentros oficiales en tono optimista, calificando las conversaciones de “muy productivas”. “Estos son asuntos complicados, pero hemos progresado en casi todos los asuntos centrales. En algunos temas se ha adelantado mucho, en otros todavía hay más trabajo por hacer”.

No parece ser la visión de la parte norcoreana que en comunicado oficial expuso sus reparos. “Esperábamos que EE. UU. viniera con medidas productivas propicias para generar confianza, en línea con el espíritu de la cumbre entre el Norte y EE. UU., y (nosotros) consideramos proporcionar algo que les correspondería”, dijo el portavoz del ministerio de relaciones exteriores de la RPDC, añadiendo que las demandas que les hacen para la desnuclearización son unilaterales. Washington exige un desarme “completo, verificable e irreversible” sin compensaciones ni garantías. Algo que contradice el espíritu de la cumbre entre Kim Jong-un y el presidente norteamericano el 12 de junio pasado, por lo cual las conversaciones con Pompeo fueron “realmente decepcionantes”.

El ex jefe de la CIA, apenas concluidas las pláticas, fue a Tokio para informar a Japón y Corea del Sur sobre el encuentro. Allí expuso ante la prensa: “Si bien nos sentimos alentados por el progreso de estas conversaciones, el solo progreso no justifica la relajación del régimen de sanciones existente”. Lo habitual: el palo por delante de la zanahoria.

En tanto, la agencia de noticias norcoreana describió las conversaciones como “extremadamente preocupantes” dado el intento de la parte estadounidense de forzar el proceso que debe ser “mediante un enfoque gradual y bilateral” y no exigiéndole todo a una sola parte.

Entre los puntos de vista manejados por los analistas hay evaluaciones sobre este frustrante resultado, lo aprecian como consecuencia del peor manejo en las habituales tácticas de quienes se creen con derecho a exigir lo que ellos no son capaces de hacer. Recuerdan declaraciones ¡otra vez! hechas hace apenas semanas por el asesor de seguridad nacional de E.E. U.U., John Bolton, quien aseguró: “…son cooperativos, podemos avanzar muy rápido. Físicamente podríamos desmantelar la abrumadora mayoría de sus programas en un año”.

¿Exceso de optimismo o prepotencia? Según varios expertos, lograrlo lleva tiempo y un gasto enorme. Pero es lo menos importante si existieran garantías para la seguridad de Corea del Norte y no se escondiera, tras las actuales sonrisas, un mal propósito a emplear contra una Corea vulnerable.

Bolton aludió, en la misma comparecencia, no solo a las cabezas nucleares, sino también al sistema coheteril alcanzado por Corea del Norte y a armas químicas y otros pormenores sacados a la luz por primeras vez en esas declaraciones hechas a la cadena televisiva CBS News.

Por esos días se había publicado en el Washington Post un supuesto informe de inteligencia afirmando que Corea del Norte intentaba dejar oculto sus recursos atómicos o continuaba su desarrollo pese a los compromisos iniciales obtenidos entre los dos jefes de Estado en Singapur.

Bolton no confirmó lo planteado en ese medio de prensa pero sí deslizó su venenito característico al asegurar: “Somos muy conscientes de los patrones de comportamiento de Corea del Norte durante décadas de negociación con Estados Unidos. Sabemos exactamente cuáles son los riesgos de que usen las negociaciones para alargar el tiempo que tienen para continuar sus programas nucleares, químicos, de armas biológicas y misiles balísticos. No hay ningún sentimiento de sorpresa entre el grupo que hace esto”.

En contraste con tan calamitoso corolario, las dos Coreas acumulan una notable sucesión de actos encaminados a normalizar y darle intensidad constructiva a las relaciones mutuas. Acuerdos con respecto al transporte terrestre y marítimo, vinculados a temas de seguridad y también relacionados con asuntos civiles, como facilitar el eventual traslado de personas o bienes en los dos sentidos, se vienen estableciendo entre Seúl y Pionyang de forma acelerada.

Como el deporte fue una de las expresiones visibles primeras del acercamiento, no ha dejado de ocurrir, y atletas de las dos partes hacen competencias o se integran en uno que otro evento. Famosos artistas surcoreanos hicieron presentaciones en el norte y un grupo de empresarios del sur pidieron autorización al gobierno de Moon Jae-in para reiniciar labores en Kaesong, donde durante años se desarrolló una exitosa colaboración económica conjunta.

En el 2004 se inauguró ese Complejo Industrial con participación de 124 firmas del sur y alrededor de 54 000 trabajadores norcoreanos. Allí estuvieron fabricando una amplia gama de productos. Según fuentes surcoreanas, las dos administraciones trabajan para abrir en agosto una oficina de enlace en la ciudad que da nombre a la gran instalación fabril. Llegados a este punto y por las evidencias vale reiterar: si dependiera solo de las dos Coreas los asuntos marcharían de forma más dinámica y con menos tropiezos.

Al cierre de estas consideraciones y casi en vísperas de la Cumbre de la OTAN —también ante fuertes expectativas—, se esperaba alguna reacción de Trump, que lo mismo puede renovar esperanzas al asunto coreano que ponerle un dramático cierre a tan deseable final.


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Elsa Claro Madruga

Analista de temas internacionales


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