jueves, 19 de septiembre de 2024

Glover, Ramonet y Mélenchon sobre elecciones en Venezuela y Chávez

El actor norteamericano Danny Glover, el periodista Ignacio Ramonet y el político francés Jean-Luc Mélenchon se refieren este domingo al proceso eleccionario venezolano y Hugo Chávez...

Cubahora en Exclusivo 07/10/2012
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Chávez votó
Este domingo se define el destino de Venezuela.

El actor estadounidense Danny Glover, aseguró este domingo que la madurez del proceso electoral en Venezuela “es innegable”. El destacado cineasta participa como acompañante en los comicios presidenciales que se celebran hoy en el país sudamericano.

“Nunca había visto un proceso como este, ni siquiera en mi propio país. En mi país todo está más comprometido con lo económico. Aquí he visto a personas que están involucradas, comprometidas (…) la madurez de este proceso es innegable”, declaró Glover a periodistas tras acompañar al presidente del país, Hugo Chávez, a votar.

“Creo que es excitante, es un día de celebración también (…) creo que es extraordinario”, agregó el actor, quien dedicó parte de su tiempo a la salida de la escuela Manuel Palacio Fajardo, en la zona popular del 23 de Enero, en el oeste de Caracas, a tomarse fotos con fanáticos que se encontraban en el lugar.

Glover reiteró que el sistema electoral venezolano “en sí mismo”, así como la transparencia y la tecnología de punta que usa, permite incluir a las personas, en vez de excluirlas.

“Aquí se ve una democracia que incluye una verdadera participación”, apuntó.

El actor estadounidense llegó al centro educativo acompañado, además, por la premio Nobel de la Paz guatemalteca Rigoberta Menchú, la exsenadora colombiana Piedad Córdoba, el periodista español y autor de varios libros antiglobalización Ignacio Ramonet y la escritora y activista mexicana Elena Poniatowska.

DESDE FRANCIA SOBRE VENEZUELA

“Chávez es sin duda el jefe de Estado más difamado en el mundo. Al acercarse la elección presidencial del 7 de Octubre, esas difamaciones se tornan cada vez más infames. Tanto en Caracas como en Francia y en otros países. Atestiguan la desesperación de los adversarios de la revolución bolivariana ante la perspectiva (que las encuestas parecen confirmar) de una nueva victoria electoral de Chávez, aseguran Ramonet y Mélenchon.

“Venezuela es un país muy rico, por los fabulosos tesoros de su subsuelo, en particular sus hidrocarburos. Pero casi todas esas riquezas estaban acaparadas por las élites políticas y las empresas transnacionales. Hasta 1999, el pueblo sólo recibía migajas.

Los gobiernos que se alternaban, demócrata-cristianos o social-demócratas, corruptos y sometidos a los mercados, privatizaban indiscriminadamente. Más de la mitad de los venezolanos vivía por debajo del umbral de pobreza (un 70,8% en 1996).

“Chávez hizo que la voluntad política prevaliera. Domesticó los mercados, detuvo la ofensiva neoliberal y posteriormente, mediante la implicación popular, hizo que el Estado se reapropiara los sectores estratégicos de la economía. Recuperó la soberanía nacional. Y con ella, ha procedido a la redistribución de la riqueza, en favor de los servicios públicos y de los olvidados.

“Políticas sociales, inversión pública, nacionalizaciones, reforma agraria, casi pleno empleo, salario mínimo, imperativos ecológicos, acceso a la vivienda, derecho a la salud, a la educación, a la jubilación… Chávez también se dedicó a la construcción de un Estado moderno. Ha puesto en marcha una ambiciosa política del ordenamiento del territorio: carreteras, ferrocarriles, puertos, represas, gasoductos, oleoductos.

“En materia de política exterior, apostó por la integración latinoamericana y privilegió los ejes Sur-Sur, al mismo tiempo que imponía a los Estados Unidos una relación basada en el respecto mutuo… El impulso de Venezuela ha desencadenado una verdadera ola de revoluciones progresistas en América Latina, convirtiendo este continente en un ejemplar islote de resistencia de izquierdas alzado en contra de los estragos del neoliberalismo.

“Tal huracán de cambios ha volteado las estructuras tradicionales del poder y acarreado la refundación de una sociedad que hasta entonces había sido jerárquica, vertical, elitista. Esto sólo podía desencadenar el odio de las clases dominantes, convencidas de ser los legítimos dueños del país. Son estas clases burguesas las que, con sus amigos protectores de Washington, vienen financiando las grandes campañas de difamación contra Chávez. Hasta llegaron a organizar -en alianza con los grandes medios que les pertenecen- un golpe de Estado el 11 de Abril del 2002.

“Estas campañas continúan hoy en día y ciertos sectores políticos y mediáticos europeos se encargan de corearlas. Asumiendo -lamentablemente- la repetición como si fuera una demostración, los espíritus simples acaban creyendo que Hugo Chavez estaría encarnando “un régimen dictatorial en el que no hay libertad de expresión”.

“Pero los hechos son tozudos. ¿Alguién ha visto un “régimen dictatorial” ensanchar los límites de la democracia en vez de restringirlos? ¿Y otorgar el derecho de voto a millones de personas hasta entonces excluidas? Las elecciones en Venezuela sólo ocurrían cada cuatro años, Chávez organiza más de una por año (14 en 13 años), en condiciones de legalidad democrática, reconocidas por la ONU, la Unión Europea, la OEA, el Centro Carter, etc.

“Chávez demuestra que se puede construir el socialismo en libertad y democracia. Y convierte incluso ese carácter democrático en una condición para el proceso de transformación social. Chávez ha probado su respeto al veredicto del pueblo, renunciando a una reforma constitucional rechazada por los electores vía referendum en 2007. No es casual que la Foundation for Democratic Advancement (FDA), de Canadá, en un estudio publicado en 2011, situara entonces Venezuela en el primer lugar de los países que respetan la justicia electoral.

“El gobierno de Hugo Chávez dedica el 43,2% del presupuesto a las políticas sociales. Resultado: la tasa de mortalidad infantil ha sido dividida por dos. El analfabetismo, erradicado. El número de docentes, multiplicado por cinco (de 65 000 a 350 000). El país presenta el mejor coeficiente de Gini (que mide la desigualdad) de América latina. En su informe de Enero de 2012, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPALC, un organismo de la ONU) establece que Venezuela es el país suramericano que -junto con el Ecuador-, entre 1996 y 2010, ha logrado la mayor reducción de la tasa de pobreza. Finalmente el instituto norteamericano de sondeos Gallup ubica al país de Hugo Chavez como la sexta nación “más feliz del mundo”.

“Nada es perfecto, por supuesto, en la Venezuela bolivariana -¿Dónde existe un régimen perfecto?-. Pero nada justifica esas campañas de mentiras y de odio. La nueva Venezuela es la punta de lanza de la ola democrática que, en América Latina, ha barrido con los regímenes oligárquicos de nueve países, apenas caído el muro de Berlin, cuando algunos vaticinaban “el fin de la historia” y “el choque de las civilizaciones” como horizontes únicos para la humanidad. La Venezuela bolivariana es una fuente de inspiración de la que nos nutrimos, sin ceguera, sin inocencia. Con el orgullo, sin embargo, de estar del buen lado de la barricada y de reservar los golpes para el malévolo imperio de los Estados Unidos, sus tan estrechamente protegidas vitrinas del Oriente Próximo y donde quiera reinen el dinero y los privilegios. ¿Por qué Chávez despierta tanto resentimiento en sus adversarios?

“Indudablemente porque, tal como lo hizo Bolívar, ha sabido emancipar a su pueblo de la resignación. Y abrirle el apetito por lo imposible”.


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