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martes, 8 de octubre de 2024

Ganó el Sí en Ecuador, pero también el No

En pésimas condiciones, la campaña por el No impulsada por el expresidente Rafael Correa obtuvo un 37% de aceptación...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 06/02/2018
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Consulta popular-Ecuador
Los ecuatorianos acudieron el domingo a las urnas para expresar su opinión sobre la consulta popular promovida por el presidente Lenín Moreno. (Foto: Reuters=.

Aunque el gobierno de Lenin Moreno ganó con 63 % la consulta popular y el referendo que enmendará la Constitución Nacional del 2008 en puntos sensibles para el futuro político de Ecuador, también resultó vencedor el No impulsado por su antecesor, Rafael Correa, con un 37 % de aceptación popular.

La mayoría de los analistas auguraban la victoria del Sí en las siete preguntas hechas a la población dado el despliegue promocional oficial. Coinciden en que existe el peligro de que gran parte de la ciudadanía no haya comprendido el alcance del poder otorgado al mandatario, un político propuesto para sustituir al líder del partido Alianza País, fundado por Rafael Correa.

En ese sentido, el excanciller de la nación meridional Kintto Lucas escribió: “Veamos qué depara la realidad política ecuatoriana en el mediano y largo plazo, pero sigue siendo un futuro de incertidumbre política”. Válidas razones posee Lucas para pensar de esa manera.

Treinta y seis organizaciones, una media privada enfilada a desprestigiar a los defensores del No, a los que negaron hasta la propaganda a que tenían derecho, se parapetaron ante solo cuatro organizaciones que apoyaron los razonamientos de los opositores y solo una de ellas pudo realizar una campaña en ley.

La victoria de Moreno, que muestra públicamente sus desavenencias con los anteriores gobiernos de Alianza País, a pesar de que fue vicepresidente durante seis años en el primero de ellos, es una navaja de doble filo, pues ahora tiene un compromiso que cumplir con los elementos de derecha con los que pactó su apoyo a los planes contra Correa y por el Sí.

Entre las variadas lecturas de los resultados, este es quizás el más peligroso para quien promete no abandonar a los más desposeídos —lo cual debe haber aprendido de su ahora enemigo político, a quien hasta tildó públicamente de loco— pues entra en contradicción con los intereses de la oligarquía y la derecha nacional a las que tendió la mano.

Ahora el jefe de gobierno tendrá que darle su pedazo del pastel a Guillermo Lasso, su contrincante en las elecciones del pasado año, Abadala Bucarán, Mauricio Rodas, Jaime Nebot, Lucio Gutiérrez, Jimmy Jaira y Alvaro Noboa, a los que se añaden alcaldes, asambleístas y los pequeños partidos que se unieron a la treintena de la cruzada del Sí.

Todos ellos juntos ganaron la consulta  con un 63 % en las preguntas claves, lo que significa, en opinión de expertos, que el régimen de Moreno se debilita en lugar de fortalecerse.

Ya se jugó la carta de intercambio con el pueblo (un 82,1 % de los 13 millones de convocados en un país con voto obligatorio), y ahora tiene que ponerle el pecho a sus compromisos, que quizás no sean fáciles de cumplir. Y ahí es donde se le enreda la madeja a este hombre que repudia todo lo que decía amar.

Además, ninguna de esas figuras políticas que se le han unido —ya que partió del Palacio de Carondelet la idea de un diálogo y reconciliación de los hasta ese momento jurados enemigos de la Revolución Ciudadana— poseen el arraigo popular de Correa, sometido desde su llegada a Quito procedente de Bélgica de vejaciones por parte de grupos organizados y pagados por los conservadores.

A pesar de la campaña mediática en su contra, contando con un camión para moverse por las provincias, en tarima improvisada, el líder revolucionario fue capaz de alcanzar un 37 % a favor del No en tres de las siete interrogantes sobre las cuales encaminaron su campaña.

Tal victoria solo se explica por el arraigo popular que mantiene, aunque una de las preguntas lo elimina de participar en otras elecciones presidenciales, uno de los reclamos de la derecha ecuatoriana.

Pocos ponen en duda, aunque hay sectores privilegiados que no gustan de su política ni de su personalidad, que haya un político en la nación meridional que se le compare en cuanto a arraigo popular, ganado en una década de gobierno en la que transformó el país en uno de los más prestigiosos de América Latina.

Aunque Moreno anunció que de inmediato los resultados pasarían a la Asamblea Nacional para enmendar algunos elementos de la Constitución Nacional, los dirigentes y miembros del recién fundado Movimiento Revolución Ciudadana, un desgaje de Alianza País, consideran un logro importante alcanzar la tercera parte de los votos totales de la consulta.

En entrevista con la multinacional TeleSur, Correa enumeró los factores contrarios a su campaña, entre ellos, dijo, un Consejo Nacional Electoral parcializado y el poco tiempo para explicar sus argumentos en la campaña.

“Para cualquier persona que conozca la política ecuatoriana esto es un gran triunfo”, afirmó el exdignatario  y sostuvo su criterio de que el proceso fue inconstitucional desde su convocatoria y en parte de su contenido, como las preguntas sobre eliminar la reelección indefinida y el reemplazo del Consejo de Participación Ciudadana.

Aunque en América Latina existe la reelección indefinida, en realidad se trata de cumplir por voto popular hasta dos mandatos, lo que ocurrió en Ecuador, ya que por orientaciones de la Asamblea Nacional Constituyente Correa debió someterse a nuevas elecciones estando ya en posesión de la banda presidencial. Es decir, gobernó 10 años por circunstancias legales y coyunturales.

Además, en la región los dirigentes políticos pueden recandidatearse luego de pasar un mandato alejado del cargo. Sin embargo, Moreno y su corte derechista truncaron cualquier posibilidad de retornar a Correa al Palacio de Carondelet.  

Amén de los planes del exmandatario, aún no develados, es muy posible que con su caudal electoral, aun joven, se mantenga al frente del nuevo partido Movimiento Revolución Ciudadana y bajo esa bandera se postule para otras responsabilidades políticas, entre ellas, incluso, la vicepresidencia de la República.

Entre las tareas que debe enfrentar ahora el gobierno está la sustitución del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social y derogar la Ley de Plusvalía, además de suprimir la reelección presidencial indefinida, no la postulación, como debió redactarse la pregunta.  

El proceso electoral contó con la presencia como invitados de más de 150 observadores internacionales en representación de la Unión de Naciones Suramericanas y la Unión Interamericana de Organismos Electorales y 700 nacionales.

Las próximas semanas y meses, cerrado el capitulo comicial, dirán qué se esconde o no en las intenciones de Lenin Moreno, a quien algunos de sus antiguos compañeros de Alianza País catalogan de traidor, mientras otros consideran que no abandonará los principios que supuestamente abrazó hasta hace menos de un año cuando ganó la presidencia.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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