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miércoles, 9 de octubre de 2024

Expediente inconcluso

Un acuerdo aceptable entre Pyongyang y Washington es todavía materia pendiente...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 03/11/2019
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Corea del Norte-desfile de armamentos
Corea del Norte insiste en un arreglo justo y mutuamente ventajoso con los Estados Unidos.

Desde su vulgar y amenazante diatriba en la ONU contra el programa atómico de Corea del Norte, país que al literalmente amenazó con incendiar de punta a cabo en la máxima tribuna internacional, y pese a sus ulteriores encuentros con Kim Jong-un, el presidente norteamericano, Donald Trump, no acaba de concretar una negociación seria con las autoridades de Pyongyang.

Así, su publicitado entendimiento personal con el líder norcoreano, de quien previamente había hecho público escarnio, y sus encuentros mutuos (el segundo en Viet Nam  que terminó abruptamente por falta de acuerdos), quedaron  por voluntad gringa en virtuales actos de propaganda, toda vez que el cúmulo de exigencias presentadas por Washington y las formas de instrumentarlas resultan inaceptables para sus interlocutores, al carecer de total reciprocidad y obedecer al interés oficial gringo de seguir imponiendo sus criterios en la arena internacional.

En efecto, se afirma que en la conferencia en suelo vietnamita, la delegación estadounidense  no admitió poner freno a los paquetes de sanciones impuestos a la República Popular Democrática de Corea durante los largos meses de álgidas tensiones bilaterales por las pruebas de misiles de diferente alcance realizadas por Pyongyang, como parte de su programa de desarrollo de una sólida defensa nuclear ante un enemigo que ha llegado a desplegar esos artefactos en sus bases de Corea del Sur.

De manera que, al seguir prevaleciendo semejante rasero unilateralista, el clima de aparente distención y posible arreglo ha cedido a situaciones y actuaciones tensas, mediante las cuales la Casa Blanca ha ido dejando en claro que no tiene mayor interés en debilitar su presencia agresiva en Asia, el continente donde se ubica China, identificado como uno de los vitales rivales a las apetencias hegemonistas Made in USA a escala planetaria.

Corea del Norte, por su parte, ha seguido avanzando en el entendimiento con su par de Seúl, a la vez que insiste en la necesidad de que la objetividad y racionalidad  primen en Washington para lograr de una vez en la Península coreana un clima favorable a la distensión y a la supresión del siempre latente peligro de una  guerra.

No obstante, la obstinación oficial estadounidense de imponer sus criterios y pretender ser siempre el “ganador” en toda negociación, junto a lo desproporcionadas de sus demandas a Pyongyang, siguen contribuyendo a que las tensiones no se disuelvan y los retrocesos en lo poco logrado estén a la orden del día.

Así, en reciente declaración, las autoridades de Corea del Norte recordaron a sus pares gringos que bien puede haber una reconsideración de las medidas que el país ha puesto en marcha en el interés de generar confianza en el diálogo con Washington.

Se referían concretamente- dijeron medios de prensa-“a la suspensión de los ensayos nucleares y con misiles balísticos intercontinentales y a la entrega de restos mortales de soldados estadounidenses muertos en la Guerra de Corea (1950-1953), gestos de buena voluntad que, a juicio de Pyongyang, no han tenido respuesta de  los estadounidenses”, al punto que los recientes intercambios bilaterales a nivel de trabajo con sede en Suecia, los primeros en más de siete meses, no alcanzaron un acuerdo debido a que Washington no ha renunciado a su “acostumbrada actitud”, según anunció el jefe negociador norcoreano, Kim Myong Gil.

Lo cierto es que, pese a todo, lo que Washington no debe obviar es que este entendimiento ya no es entre una potencia de primer rango y un país sin mayor peso global. Corea del Norte es hoy un Estado nuclear, aun cuando no tiene el menor interés en un nuevo conflicto armado y ponga todo su interés en establecer un clima de paz y estabilidad realmente sólido y garante de un escenario propicio para enfrentar las tareas económicas y sociales que requiere su pueblo.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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