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jueves, 10 de octubre de 2024

Estados Unidos limita misiones de sus diplomáticos en Cuba

Una nueva medida se inscribe en el corolario de las tensiones entre ambos países, ahora para limitar las asignaciones de diplomáticos para su embajada en la Isla...

Jose Valentín Rodríguez Pérez en Exclusivo 21/08/2018
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ataque sonico
La actual situación en las relaciones bilaterales ha tocado fondo y esta medida limita más a sus propios funcionarios para realizar un trabajo de continuidad en el acercamiento en áreas de interés común

Desde la pasada semana diversos medios de prensa internacionales se hicieron eco del memorándum del Departamento de Estado de los Estados Unidos que indicaba limitar la estancia de sus diplomáticos en la embajada de Cuba a solo un año. La decisión entraña un trasfondo político carente de fundamento: los supuestos ataques sónicos.

Lo cierto es que tras 18 meses de una seria investigación a la que se invitaron a las autoridades especializadas de EE. UU. no ha aparecido ni una sola evidencia, ni el más lejano rastro de que se hayan producido “ataques sónicos” y mucho menos que Cuba hubiera estado detrás. Entre los meses de noviembre de 2016 y febrero de 2017, el gobierno de los Estados Unidos acusó a Cuba de “desatar ataques sónicos contra sus diplomáticos en La Habana, que afectaron seriamente su salud”, razón por la cual en ese momento retiró a la mayoría de su personal diplomático, dejando el funcionamiento de la Embajada y del Consulado en el mínimo indispensable. Junto a ello expulsó a 17 funcionarios antillanos de la misión diplomática en EE. UU.

A partir de ese momento las gestiones consulares y migratorias se pusieron en una muy complicada situación para ambos lados. La medida decretada por el Departamento de Estado coloca a la isla a la par de países que están en estado de guerra o donde ocurre una extrema violencia, solo baste citar a 3: Iraq, Afganistán y Sudán del Sur, aun cuando organizaciones internacionales de turismo y numerosas entidades del sistema de Naciones Unidas han proclamado y comprobado que Cuba es un lugar de máxima seguridad para los viajeros. El reciente arribo de cuatro millones de visitantes extranjeros podría ser una confirmación rotunda del creciente interés mundial por la isla.

Parece como si la rabia o la venganza estuvieran presentes en la medida, al no poder demostrar por ninguna vía la falsedad de los supuestos ataques, luego de que, además, un grupo de diez prestigiosos científicos de Reino Unido, Alemania y de los propios EE. UU. enviaran cartas a la Asociación Médica de los Estados Unidos (JAMAS) cuestionando un estudio que realizara la Universidad de Pennsylvania que justifica y argumenta los daños cerebrales sufridos por los diplomáticos estadounidenses como resultado de los ataques sónicos en Cuba.

A esta última medida se une otra que los Dptos. del Tesoro y Estado se encargan de reiterarle al ciudadano estadounidense: “viajar a Cuba es un peligro”, y coloca a la isla en el nivel 3 de seguridad, en una escala de máximo 4. Vano intento por revertir el acercamiento bilateral y politizar el tema. El Departamento de Estado de EE. UU. ha declarado abiertamente que la asignación de funcionarios diplomáticos de su país será sin acompañantes, lo cual impide que sus familias puedan viajar junto a ellos. La reducción a un año de la misión pareciera una broma de mal gusto para su propio servicio exterior, pues deciden acortar el tiempo de la estancia para que no se extienda demasiado la separación de sus familias.

La actual situación en las relaciones bilaterales ha tocado fondo y esta medida limita más a sus propios funcionarios para realizar un trabajo de continuidad en el acercamiento en áreas de interés común. Los trámites migratorios para los cubanos que deseen viajar por cualquier motivo a los EE. UU. se han convertido en un camino largo y tortuoso, además del encarecimiento de sus costos al tener que hacerlo a través de Guyana. EE. UU. ha incumplido los acuerdos migratorios de 2017 y hoy los obstaculiza para impedir el flujo acordado entre ambas partes. Esta reciente decisión también impide el adecuado funcionamiento de su embajada en La Habana.

 


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Jose Valentín Rodríguez Pérez

Periodista y analista político


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