El miedo a Correa

Cuando falta exactamente un año para las elecciones presidenciales en Ecuador, el gobierno derechista de Lenin Moreno busca impedir la entrada en la liza de los principales líderes progresistas que pudieran candidatearse, incluido el ex presidente Rafael Correa, un perseguido político y judicial con 29 causas pendientes emitidas por un sistema judicial podrido.

Los comicios generales, de donde saldrá el sustituto de Moreno, supuesto amigo y propuesta de Correa para que continuara la Revolución Ciudadana, serán el 7 de febrero del próximo año. De ahí que la derecha ecuatoriana, dirigida desde la Casa Blanca, apriete las tuercas para desprestigiar al progresismo y su principal dirigente, que en 10 años transformó ese país.

Los conservadores saben que ahora es el momento de lanzarse con todo, pues sufrieron un duro revés al pretender la detención y extradición de las figuras principales del antiguo movimiento Alianza País, para juzgarlos y encerrarlos como hicieron con el exvicepresidente Jorge Glass.

Hace unos días, la Policía Internacional (Interpol) rechazó otra solicitud de Quito de decretar difusión roja contra ex funcionarios del gobierno progresista e inclusivo que dirigió el inteligente economista, residente ahora junto a su familia en Bruselas, Bélgica, donde se encuentra desde que dejó el Palacio de Carondelet.

Es un duro golpe para los derechistas la negativa de la Interpol de apresar a Vinicio Alvarado, secretario de comunicación, ministro de turismo y secretario de la administración de Correa (2010-2017) y que ahora es uno de los 21 procesados por el sistema judicial ecuatoriano por el supuesto delito de cohecho en el caso conocido como Sobornos.

La Policía Internacional –informaron medios de prensa- estimó que la solicitud no procede ¨ya que está rigurosamente prohibida a la Organización toda actividad o intervención en cuestiones de asuntos de carácter político, militar, religioso o racial¨ y borrará de su base de datos la información sobre Alvarado. “Interpol lo tiene claro. En #Ecuador hay persecución política y no se prestarán a las payasadas del Gobierno Morenista”, afirmó el Movimiento Revolución Ciudadana –sustituto del nuevo Alianza País- en su cuenta oficial en Twitter.

Con anterioridad, ese mismo organismo rechazó otras solicitudes de búsqueda, captura y extradición contra Correa, en diciembre de 2018 y mayo de 2019, respectivamente, al igual que del excanciller Ricardo Patiño, y  del ex superintendente de Información y Comunicación, Carlos Ochoa.

La cercanía de los comicios hace que el sistema de poderes de la derecha persiga con mas ahínco a los antiguos líderes progresistas para evitar que se presenten como candidatos a las elecciones.

Está claro que Moreno no se postulará, pues carece de apoyo popular, luego de sus adhesiones a los mecanismos capitalistas que le imponen reformas económicas rechazadas por la mayoría de los ciudadanos.

CASO SOBORNOS

El pasado día 10, la Fiscalía ecuatoriana inició el juicio del llamado caso Sobornos. La investigación adelantada por ese órgano determinó la presunta existencia de una estructura formada por empleados públicos, incluido el ex presidente, durante el período de 2012 a 2016.

Ese cuerpo judicial afirmó ante la prensa local que los funcionarios gubernamentales utilizaron dos modalidades para robar 7,5 millones de dólares, una el cruce de facturas y dinero en efectivo por parte de empresarios que eran beneficiarios de contratos con el Estado.

Algunos analistas consideran que esta es la jugada dura de Moreno para sacar a Correa de la escena política de manera definitiva, ya que los resultados del juicio definirán el futuro del ex mandatario. Si es considerado culpable hasta noviembre de este año, no podrá postularse para ningún cargo en las legislativas y presidenciales del próximo año, una prohibición vigente para el resto de su vida.

EL GOBIERNO ECUATORIANO ESTÁ EN ESTADO VEGETATIVO

Para Correa, el actual régimen ecuatoriano, ¨ya está en muerte clínica, en estado vegetativo¨; ha creado una democracia de plastilina, y lo apoyan los medios hegemónicos, el empresariado, el poder financiero, el militar, la Policía y parte de la Iglesia, los verdaderos factores reales de poder¨, según declaró a la cadena Sputnik.

Durante una conferencia magistral en Ciudad de México, el líder progresista dijo a sus oyentes que "Tengo 29 juicios penales, más que Al Capone, Augusto Pinochet y el Chapo Guzmán juntos. Han buscado mis cuentas bancarias, mis movimientos financieros y migratorios (...) y no han encontrado absolutamente nada y jamás lo encontrarán porque sencillamente no existe".

Mi Gobierno luchó, explicó, contra la corrupción y criticó el encarcelamiento de su vicepresidente Jorge Glas, quien también acompañó en el cargo a Moreno, y de inmediato lo juzgó y condenó a seis años por supuestamente aceptar sobornos de la firma brasileña Odebrecht, sin que, aclaró ¨haya ninguna prueba en su contra".

Correa ha sido criticado por la derecha, que inclusive intentó sacarlo del poder mediante un golpe de estado policial en septiembre de 2010 y por la izquierda, que le juzgan algunas posiciones contrarias a sus demandas.

El ex presidente no niega sus errores e incluso declaró a un periodista que él los puede enumerar por orden cronológico y alfabéticos, pero nunca, aclaró ¨nos equivocamos de lado, siempre estuvimos con las grandes mayorías¨. Actitud imperdonable en el pensamiento de odio contra el progresismo generado en Washington y expandido por la media conservadora en América Latina, donde los dirigentes revolucionarios son criminalizados, desde la ex presidenta de Brasil Dilma Rousseff hasta su par venezolano Nicolás Maduro..

De Correa, según las tendencias políticas e ideológicas, se podrá hablar mal o bien, criticarlo o ensalzarlo. Lo que nadie puede negar que en el 2005, según informes del Banco Mundial para ese año, más del 64% de ecuatorianos se encontraba en situación de pobreza y en su década de gobierno (2007-2017) la situación se redujo a un 21%.. Ello equivale a que 6 000 000 de ecuatorianos dejaron de ser pobres en esa década.

Acompañado por Moreno en sus primeros seis años, (que para entonces nunca observó ninguna irregularidad en el gobierno progresista) reestructuró todo el sistema tributario del país, y con el dinero recaudado implantó políticas sociales para favorecer a las familias mas humildes. Con él, Ecuador resultó un ejemplo de justicia tributaria y equidad social. Desarrolló arriesgadas ideas que resultaron referente mundial, como la red de caminos modernos sin precedentes en esa nación. 

Cuando asumió la presidencia, Ecuador era una nación de emigrantes. Había estampidas de personas que dejaban el país meridiano del mundo obligados por la pobreza y la carencia. Con su administración, los ecuatorianos retornaron de manera segura con empleos y otros derechos humanos garantizados.

Hizo mucho más. En un gesto único en la escena latinoamericana, sacó del territorio nacional la base norteamericana de Manta, lo cual irritó a Estados Unidos (EE.UU), que le declaró la guerra sin mencionarla.

Correa fue un presidente de gran carisma internacional, impulsor de la integración económica y de una política inclusiva, de una región de mas de 600 millones de habitantes, donde la tercera parte son pobres o muy pobres. Con su verbo elocuente, ayudó en la construcción de organizaciones integracionistas, como la Unión de Naciones Suramericana (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Unasur).

El apoyo popular al líder de Alianza País no ha cesado y crece, en opinión de analistas, de manera exponencial, y aunque su nombre no aparezca en las boletas electorales, quien lo represente tiene amplias posibilidades de triunfar contra los representantes de la mezquindad derechista.

No puede olvidarse que Correa no salió de la nada, sino que su victoria cristalizó el sentimiento de un pueblo expoliado por un sistema neoliberal, el mismo que ahora Moreno reincorporó a la escena nacional y derivó en un alzamiento popular en octubre del pasado año.