lunes, 23 de septiembre de 2024

El gobierno de Paraguay sigue Colorado  (+Audio)

Santiago Peña, del oficialista y conservador Partido Colorado, ganó la presidencia con un  43% de los votos...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 02/05/2023
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Santiago Peña, nuevo presidente de Paraguay
El conservador economista Santiago Peña, del tradicional Partido Colorado, es el nuevo presidente paraguayo con el 43% de los votos (Tomada de Getty Images)

Santiago Peña, exministro de Hacienda del gobierno del considerado corrupto Horacio Cartes, se convirtió con un 43% de los votos en el nuevo presidente de Paraguay, para dar continuidad a la política conservadora del Partido Colorado, que desde hace unas ocho décadas gobierna el pequeño país suramericano.

Peña, 44 años –el más joven mandatario de esa nación- derrotó con holgura a Efraín Alegre, de la alianza Concertación Nacional, quien aspiraba por tercera vez al cargo, pero solo alcanzó un 27,49% de los sufragios.

Con esos resultados, ese país de unos 8 000 000 de habitantes, y más de un 30% de ellos en absoluta pobreza, dio un respaldo previsible a Peña, dada también la fragmentación opositora representada por Alegre y Paraguayo “Payo” Cubas, de Cruzada Nacional, conocido por su controvertido carácter, pero que con más de 692 mil 614 votos ocupó un tercer lugar.

Los parlamentarios de la formación oficialista lograron mayoría en las dos Cámaras, con lo cual alcanzaron dominio pleno del Parlamento, según las estadísticas del Tribunal Superior de Justicia Electoral.

En sus primeras declaraciones, Peña, quien al igual que Cartes y los otros  mandatarios pertenecen a la Asociación Nacional Republicana-Partido Colorado (ANR-PC) en el poder de manera consecutiva en los últimos 76 años –salvo un corto mandato del exobispo Fernando Lugo, del Frente Guasú (2008-2012)- anunció la reanudación de las relaciones con Venezuela, un mensaje con el cual intenta atraer a un segmento de la población, nada desechable, que no renuncia a un cambio de sistema aunque perdiese en las urnas.

Analistas políticos coinciden en que estos comicios generales, como otros, son “comprados” de distintas maneras por el Colorado, al que pertenece la oligarquía local y sus medios de prensa hegemónicos.

Incluso esas fuentes plantean que es notable el pago por el voto, una inmoralidad que la mayoría de los más pobres no desechan debido a la crítica situación en que sobreviven, en especial en áreas periféricas de las ciudades y las rurales. De esa manera el Colorado arrasó en las municipales de hace dos años.

No le será fácil el gobierno a Peña. Quedó clara su sumisión a Cartes – considerado también victorioso en estos comicios debido a  su apoyo al triunfador- cuando ambos se abrazaron en público poco después de conocerse los resultados. Con ese gesto garantiza –en su mentalidad- el apoyo de uno de los políticos y empresarios más poderosos de la empobrecida Paraguay.

Para que no haya dudas de quién será su referente político en los próximos cinco años que iniciarán en agosto, el nuevo mandatario le dedicó elogiosas palabras a su padrino y le agradeció la refundación de la fuerza política a la que pertenecen ambos.

Una irrefutable prueba de que Peña será el jefe de Estado, pero no necesariamente el que detente el poder.

LA CORRUPCIÓN DE CARTES

Cartes, actual presidente del partido Colorado, gobernó Paraguay entre 2013 y 2018, y fue el sucesor de Lugo, derrocado por un golpe de Estado parlamentario orquestado por Estados Unidos (EE.UU.).

Propietario del denominado Grupo Cartes –que ahora desbarató- acumuló 70 empresas, de las cuales 36 son reconocidas. Posee una docena de medios de comunicación, desde los cuales articuló la campaña de Peña, también con experiencia en compañías financieras extranjeras, hasta lograr su victoria.

La empresa emblema del exmandatario es la Tabacalera del Este S.A. (Tabesa) una procesadora de cigarrillos que monopolizó el tráfico hacia otros países, en especial Brasil. Paraguay, Argentina, Uruguay y Brasil son los miembros fundadores del Mercado Común del Sur (Mercosur).

El negocio del político colorado consistía en la importación de insumos, que empaquetaba en Paraguay y devolvía de contrabando.

Mientras crecía su tabacalera, de manera exponencial ocurrió lo mismo con el tráfico de cocaína mediante el esquema de triangulación. Paraguay es considerado ahora como el mayor exportador de esa droga a Europa y el país con mayor flota de barcazas en Suramérica.

En el Banco BASA, propiedad de Cartes, se realizaban las grandes operaciones financieras de los negocios, entre ellas el lavado de dinero, según explicó el exministro del Interior Arnaldo Guzzio.

El extitular refirió que el movimiento de activos en BASA era superior al producto interno bruto del país.

La operación donde Cartes fue considerado corrupto comenzó en febrero de 2022 cuando se allanaron de manera simultánea 100 sitios de lavado con el monitoreo de la Agencia antidrogas de EE.UU. (DEA), la Europol, y la dirección general de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas de Uruguay. El triángulo de la operación eran puertos de Bélgica, Países Bajos y Paraguay.

Cuatro meses después, el embajador estadounidense en Asunción, la capital paraguaya, Marc Ostfield, tildó a Cartes de “persona significativamente corrupta”, con supuestos lazos con organizaciones terroristas.

Según el diplomático, “durante su mandato Cartes utilizó la Presidencia del Paraguay para obstruir una investigación del crimen transnacional que involucraba a su socio Darío Messer”.

A pesar de las acusaciones, en las elecciones internas del Colorado, en diciembre de ese año, el exmandatario ganó por amplio margen la presidencia del partido al jefe de gobierno, el ahora saliente Mario Abdo Martínez.

En aquel momento su ahijado Peña obtuvo la candidatura a la Presidencia de la República frente al candidato oficialista Arnoldo Wiens.

En enero pasado, EE.UU sancionó a Cartes y al hasta ahora vicepresidente Hugo Velázquez, quien se mantuvo en el cargo con Abdo Martínez, con congelación de activos financieros que ambos pudieran tener en territorio norteño, así como contra las cuatro empresas bajo sus controles, indicó el Departamento de Estado.

Además, los dos políticos y sus familiares tienen prohibida la entrada a territorio norteamericano.

Sin embargo, ninguno de los dos fue imputado o procesado por la justicia, y solo fueron objeto de denuncias por una comisión bicameral del Congreso.

EE.UU. NO SUELTA A PARAGUAY

EE.UU. debe sentirse complacido, -aunque si hubiese obtenido Alegre el triunfo sería lo mismo- pues el candidato de su tradicional aliado político le permitirá continuar su permanente intervención en Paraguay, lo que se traduce en la histórica sujeción del gobierno de turno a sus intereses.
 

La socióloga Lis García, estudiosa de la injerencia norteamericana en Paraguay, afirmó que “se pasean acá y nos toman, abiertamente, como patio trasero”, desde 1940 cuando el presidente Higinio Morinigo permitió la implantación de un programa agrícola de EE.UU. que desde entonces controla los elementos de la producción.
 

En esa fecha, la Casa Blanca empezó a sostener y financiar las políticas de la dictadura de Alfredo Stroessner (1964-1989) con dos elementos claves: el endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional y el desarrollo de políticas basadas en condicionamientos del Banco Mundial (BM) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
 

El 26 de mayo del 2005 la Cámara de Senadores de Paraguay promulgó, a pedido del entonces jefe de gobierno Nicanor Duarte Frutos, una ley especial por la cual se autorizaba el ingreso de tropas estadounidenses con completa inmunidad. Es decir, sin que el Estado paraguayo pudiera controlar sus equipamientos ni juzgar a los militares que cometieran delitos.

En 1980 comenzó a funcionar, en un campo del ejército en Mariscal Estigarribia, en el Chaco Paraguayo, una pista de aterrizaje para aviones de gran porte.
 

Hay pruebas de que agencias norteamericanas, militares, misiones de entidades, asesores, sistemas informáticos, entre otros elementos, ingresan con frecuencia en esa nación suramericana y nada apunta a que la Casa Blanca piense retirarse, dada su estratégica posición en el centro de América del Sur, lo cual le permite tener un pie muy grande en la región.

Con otras palabras lo admitió Laura Richardson, jefa del Comando Sur de EE.UU. durante un foro de Atlatic Council, en Washington.
 

Paraguay tiene, dijo, una tremenda importancia “por todo sus ricos recursos y elementos de tierras raros. Tienes el triángulo del litio, que es necesario para la tecnología; el 60 por ciento del litio del mundo está en el triángulo (Argentina, Chile y Bolivia), tienes las grandes reservas de petróleo, crudo, ligero y dulce, descubiertas en Guyanas; también tienes los recursos de Venezuela, de petróleo, cobre, oro; China recibe el 30 por ciento de su comida de su región; tenemos el Amazonas, el pulmón del mundo, también tenemos el 31% de agua dulce en esa región del mundo. Tenemos mucho que hacer. Esta región importa, tiene mucho que ver con la Seguridad Nacional y tenemos que mejorar nuestro juego”.

Esas palabras permiten llegar a la conclusión de que EE.UU. más allá de quien ganase las presidenciales, seguirá teniendo el control.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista

Se han publicado 1 comentarios


Carlos
 2/5/23 16:56

No es correcto decir que Paraguay es un país pequeño

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