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lunes, 25 de noviembre de 2024

EE.UU.: Más de lo mismo

Washington no ha cambiado en un ápice su política violenta con respecto a Siria...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 15/03/2013
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John Kerry nuevo secretario de estado de los EEUU
John Kerry secretario de estado de los EE.UU.

En el espectro oficial norteamericano rara vez una figura ha logrado imponer su sello al estatus vigente… y algunas hasta han pagado con su vida el más leve intento en ese sentido.

De manera que los nombres, las insinuaciones políticas, las apariciones públicas, y los pronunciamientos a título personal, se diluyen como agua lanzada al mar cuando llega la hora de las decisiones cruciales.

De ahí que nadie deba extrañarse de que un titulado “demócrata liberal” como el recién estrenado secretario de estado, John Kerry, en su gira inaugural por Europa y Oriente Medio, no haya modificado en un ápice el discurso de los círculos norteamericanos de poder con respecto a Siria y al violento injerencismo imperial en ese devastado país.

En efecto, la primera frase de Kerry sobre el tema fue lapidaria y reiterativa: las actuales autoridades de Damasco tienen el tiempo contado y deben desaparecer. Por demás, adujo, los Estados Unidos continuará el empeño por sacarles del poder y “colocar a Siria en el camino de la democracia”.

Acto seguido, el jefe de la diplomacia ofreció sesenta millones de dólares a los grupos armados que, justo con entrenamiento y pertrechos entregados generosamente por la Casa Blanca, sus restantes aliados occidentales, Israel y las satrapías árabes, libran permanentes acciones de terror en su afán por colocar a Siria dentro de la órbita imperial.

Desde luego, Kerry intentó envolver el paquete bajo el gastado rótulo de “ayuda humanitaria”, aún cuando poco antes el propio Departamento de Defensa había reconocido públicamente su activa participación en el reclutamiento, preparación y envío subrepticio a suelo sirio de contingentes de mercenarios, esencialmente de grupos extremistas islámicos como el controvertido Al Qaeda, unas veces enemigo y otras seguro aliado de Washington, depende de donde sople el viento oportunista —que no pragmático— que rige el devenir de la desgastada primera potencia capitalista del orbe.

Y, desde luego, al mandato de la cabeza no tardaron en responder los glúteos.

De manera que ante el aldabonazo de John Kerry, y reunidos a toda prisa en Bruselas, los países de la Unión Europea acordaron prolongar por tres meses más sus sanciones a Siria, incluido el agujereado “embargo de armas” que pesa sobre el país, aunque ampliando el tipo de apoyo “no letal” que puede facilitarse a la oposición.

Según fuentes de prensa, la decisión definitiva llegó a pocas horas de que venciese el actual régimen de sanciones, que dejaría de aplicarse a partir del primer día de marzo, y en la mención a “flexibilizar el respaldo a los opositores” tuvo mucho que ver la insistencia de Gran Bretaña, un fuerte aliado norteamericano en el Viejo Continente.

Así, el “nuevo embargo” permitirá proveer a la coalición opositora con “equipamiento militar no letal” para “la protección de civiles”, entre los que se cuentan, dice textualmente la nota de la UE, “vehículos blindados” que, al parecer, y por puro arte de magia, han dejado de ser para el pacto europeo armas ofensivas de primera categoría en cualquier guerra convencional.

El resultado final del empeño de Washington y sus congéneres no ha variado, por tanto, un ápice luego de la remodelación de la Casa Blanca para el segundo mandato de Barack Obama.

Al menos en Siria, el menú persiste en sabotear todo esfuerzo de paz, venga de donde venga, explotar a las autoridades de Damasco, y sumar a esa nación al cinturón de hierro que se intenta tejer sobre las fronteras rusas y chinas, los grandes “oponentes” globales focalizados por los halcones Made in USA.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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