Correa en lucha por el NO en consulta popular

El ex presidente ecuatoriano Rafael Correa, quien regresó en fecha reciente a su país, mantiene una activa participación en la campaña por el NO a la consulta popular convocada para el próximo día 4 por su sucesor Lenín Moreno, quien en apariencia se desliga de la política del anterior gobierno.

Correa, economista de 54 años que dirigió la nación la última década, propuso a Moreno como su sucesor, pero luego de instalarse en Bélgica con su familia comprendió que había razones para preocuparse por el destino de la Revolución Ciudadana que él fundó junto a sus compañeros del partido Alianza País.

Desde su retorno, Correa comenzó una movilización popular que lo ha llevado a numerosas localidades para explicar el significado del referendo decretado por el Mandatario, el cual incluye siete preguntas, tres de ellas que reformarán la Constitución Nacional.

La decisión  fue adoptada luego de que Moreno se reuniera con sectores opositores a la Revolución Ciudadana, entre ellos reconocidos contrarrevolucionarios, y organizaciones sociales y políticas. Aunque no se pronunció sobre los eventuales acuerdos a que llegó con esos grupos, el 2 de octubre último, un semestre después de entrar en Carondelet, dictó la nueva medida.

Medios de comunicación y redes sociales informaron que una de las juezas que debía validar las preguntas, previo a su aprobación, expresó que las números 2 y 3 podrían contravenir la Constitución redactada por una Asamblea Nacional Constituyente (ANC), lo cual llevó al Presidente a precipitar los acontecimientos.

En sus denuncias sobre el quiebre de la Carta Magna, Correa ha explicado en sus mítines que Moreno mediante los decretos ejecutivos 229 y 230 convocó al  pueblo a la consulta, tras contar con el aval de la secretaria jurídica de la Presidencia de la República, Johana Pesántez.

El día 7, la Corte Constitucional tenía previsto evaluar la solicitud, pero el 5 el nuevo líder de Alianza País consideró que al no existir una apreciación jurídica de esa instancia en los 20 días previstos, pero aun no cumplidos, la legislación contempla que ese silencio puede interpretarse como una aprobación de facto.

De inmediato, la nueva directiva del Consejo Nacional Electoral, encabezada por Nubia Villacís, dio su conformidad a los decretos y anunció el período electoral de febrero.

.EL RETORNO DE CORREA

Luego de su arribo a Ecuador, Correa convocó una reunión de la alta dirección de Alianza País para determinar la posición a tomar con Moreno, quien a los pocos días de instalarse comenzó a desprestigiar las administraciones anteriores, al olvidar, parece, que el ocupó la vicepresidencia junto a su mentor electoral durante seis años en su primer mandato.

La directiva del partido decidió que, por su autoridad, el Presidente debía mantener el liderazgo de Alianza País, por lo cual el ex gobernante, junto a un numeroso grupo de militantes decidió desafilarse y formar una nueva organización política de izquierda denominada Partido de la Revolución Ciudadana.

Tras firmar su salida, señaló:¨Podrán quedarse con el nombre, con las sedes, con el casillero de AP, pero las convicciones, el pueblo, la Revolución y el futuro están con nosotros¨.

La escena se repite en ciudades y pueblos por donde pasa la caravana por el No. Subido en la cama de un camión como tarima, el antiguo presidente que gobernó una década por decisión popular y colocó el país en encumbrados parámetros políticos, económicos y sociales, explica a sus seguidores el por qué de la necesidad de decir no a la consulta.

Vestidos de verde y con banderas de ese color que identifican a Alianza País, pero sin la leyenda, se reúnen miles de personas para escucharlo y apoyarlo pues la gran mayoría de la militancia y de la población siguen a quien consideran su legítimo líder.

Consignas de "Dile No", ¨Vota no y no¨ y ¨No al reparto de la patria¨ son algunas de las consignas que enarbolan los críticos de la actitud de Moreno, quien con siete interrogantes intenta destruir, dicen, la Revolución Ciudadana.

En entrevista con la agencia española EFE, Correa calificó de ¨mañosa¨ el referendo y que se opone a las preguntas 2, sobre la reelección indefinida, la 3, sobre las reformas al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, lo cual, en su opinión, es un golpe de estado, ya que las autoridades actuantes ahora podrían ser destituidas y reemplazadas por funcionarios nombrados de manera subrepticia por el gobierno¨ y las 6, referida a la minería.

La boleta incluye otras sugerencias referidas a temas como la lucha anticorrupción, la ley de la plusvalía, y la no prescripción de los delitos sexuales contra menores de edad.

En declaraciones a la prensa ecuatoriana, Correa destacó que la media internacional privada ha creado una matriz de opinión sobre su eventual interés en retornar a la Presidencia en el 2021, pero aseguró que ¨no me interesa la reelección, me importa la Patria¨, pues Moreno, dijo, entregó responsabilidades a figuras de la derecha y la contrarrevolución en empresas claves del país.

Expresó que más le preocupaba la interrogante tercera, sobre el Consejo de Participación, que es en realidad lo que lo motivó su regreso y a hacer campaña por el no, al entender, precisó, que el Ejecutivo busca con ello concentrar todos los poderes nombrando a sus aliados incondicionales.

Analistas coinciden en que será una batalla difícil de ganar la que libra Correa, pues el presidente está acompañado de 36 organizaciones, algunas de pequeña valía, que se inclinarán por el sí, además del aparato oficial de propaganda, mientras la oposición solo cuenta con cuatro organizaciones de respaldo.

No obstante, son los 13 millones de electores convocados los que dirán la última palabra en esta consulta que manifiesta el desprecio de Moreno por el proceso político revolucionario y en especial contra Correa, que dignificó a Ecuador tanto a lo interno como en la arena mundial.

Ojalá que el pueblo ecuatoriano no padezca de la débil memoria de otros pueblos de la región que se han inclinado por supuestos cambios positivos de individuos que a la postre encaminaron sus naciones hacia un neoliberalismo salvaje, el mismo del cual Ecuador había salido indemne.