A un año del golpe, Temer privatiza y busca compradores

A un año de la destitución de la presidenta Dilma Rousseff por un golpe parlamentario, su sustituto, el rechazado Michel Temer, se encuentra en China, su principal socio comercial, para identificar posibles compradores de los bienes estatales que pretende privatizar por 14 000 millones de dólares hasta 2018, cuando piensa concluir su mandato.

Temer, quien organizó y dirigió la farsa legislativa y judicial terminada el 31 de agosto de 2016 contra la mandataria electa de manera legítima, y sin pruebas comprobadas en su contra, está, según analistas, desgajando al Estado de una buena parte de sus propiedades en el propósito, según sus palabras, de paliar la crisis económica del gigantesco país de más de 200 millones de habitantes.

El jefe del gobierno, con solo un 10% de seguidores en el universo poblacional, viajó este martes a Beijing para asistir a una reunión del grupo Brics, del cual Brasil forma parte junto a Rusia, China, India y Sudáfrica, consideradas las más importantes economías emergentes del planeta, y asegurar inversionistas para su plan de privatizaciones.

Será ese encuentro del Brics uno de los momentos que Temer aprovechará para fomentar el comercio entre las partes y captar el interés de los demás miembros del bloque, ya que pretende retornar a Brasilia con los bolsillos llenos, aunque quizás solo de planes al futuro.

La  agenda oficial indica que el próximo sábado se efectuará el Seminario Brasil-China, al que asistirán delegaciones empresariales de los dos países.

El objetivo principal es captar dinero chino para cambiar el papel que hasta ahora ha jugado el Estado en el manejo de la economía nacional.

En recientes declaraciones a una televisora estatal china antes de su viaje de una semana, Temer refirió que “China podría ser uno de los grandes inversores en nuestros proyectos de concesiones. Esperamos que se interese y pueda traer capital a Brasil. Para nosotros sería muy útil”.

Desde el 2009, la poderosa nación asiática posee una dinámica relación económica con Brasil. El intercambio ascendió en el 2016 a 58 497 millones de dólares, con un saldo de 11 769 millones favorable a los suramericanos, según informes del Ministerio brasileño de Industria y Comercio Exterior.

TEMER, EL CAMALEÒN BRASILEÑO

Antes de viajar con la sombra de una nueva denuncia en su contra por corrupción hecha por la Procuraduría General de la República, el Mandatario grabó un video presentado en las redes sociales en el que garantiza poseer “la fuerza necesaria para resistir” –aunque no aclaró se sobreentiende que es a la fuerte oposición de sectores políticos y populares-, y que nada lo desviará de su rumbo como gobernante.

Este político, líder del partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), y conocido en los pasillos como Camaleón por su habilidad para adaptarse a cualquier circunstancia política –recuérdese que surgió durante la última dictadura militar (1964-1985)-  busca con sus reformas y privatizaciones enganchar el país al grupo de regímenes neoliberales latinoamericanos.  

De hecho, reimpuso la política neoliberal iniciada por Fernando Collor de Mello (1990) y seguida en dos mandatos por Fernando Henrique Cardoso (hasta 2002) con una ola de privatizaciones que  solo detuvo la victoria del izquierdista Luiz Inacio Lula da Silva y los siguientes 13 años de administración del Partido de los Trabajadores (PT).

Ahora, el Camaleón busca compradores internacionales para las 57 empresas públicas y terminales aeroportuarias que puso en venta.

La empresa más importante es la estratégica Electrobrás, que será transferida en partes a un precio total en torno a los 6,3 mil millones de dólares, un excelente precio para cualquier negociador, pues expertos consideran que la empresa ya pagó varias veces su inversión inicial y solo deja ganancias al Estado.

La disculpa gubernamental es que tales negocios ayudarán a reducir el déficit fiscal primario situado ahora en torno a 54 133 3 millones de dólares o 150 billones de reales (moneda nacional), de acuerdo con el Banco Central.

El gobierno también dejará en manos de privados la administración de 14 aeropuertos, entre ellos el gigantesco Congonhas, en Sao Paulo, 11 lotes de líneas de transmisión eléctrica, 15 terminales portuarias, dos carreteras, y empresas públicas como la Casa de la Moneda, productora de los billetes y los pasaportes del país.

En este año en el Palacio del Planalto, el régimen impuesto por los parlamentarios y jueces corruptos,  impulsó también reformas estructurales que inciden de manera negativa en la población, en especial la laboral y la de seguridad social, dirigidas a favorecer los intereses de los grandes capitales que lo situaron en la primera magistratura.

LA CARAVANA DE LA ESPERANZA

Esas medidas, que generan continuas protestas populares, también fueron duramente rechazadas por el ex presidente Lula da Silva en la gira por nueve estados del Nordeste que concluye esta semana.

En su periplo por 23 ciudades de esa empobrecida región, el fundador del PT, favorito para las elecciones presidenciales del 2018, desenmascaró los planes neoliberales de Temer y sus jefes de la oligarquía nacional.

El ex mandatario, también victima de falsas acusaciones y condenado a nueve años y medio de prisión por el juez federal Sergio Moro, y en un proceso de apelaciones,  afirmó que la maniobra privatizadora solo traería aumentos de las deudas públicas.

En su opinión, ante la crisis económica del país, Temer debería recurrir a los recursos de reservas internacionales que, a su juicio, “deberían ser el método para reactivar la economía brasileña y no para cubrir las futuras deudas que generarán las privatizaciones”.

“Cuando no tengan nada para vender, van a vender el alma al diablo”, sostuvo el líder petista en una de las concentraciones realizadas durante su llamada Caravana de la Esperanza, en la que analizó con académicos y la población un proyecto de programa-país en el que sean recobrados los proyectos sociales iniciados por los gobiernos del PT y anulados por el de Temer por supuesto desvío de dinero del presupuesto nacional.

En el contexto de la gira nordestina realizada por Lula como una informal campaña para las presidenciales, la destituida Rousseff afirmó en el programa radial Brasil de Fato que el golpe parlamentario era solo una primera fase de un plan superior para evitar que el PT retorne al Planalto.

En opinión de Dilma, la primera mujer en la presidencia del país, “el golpe no es solamente un acto. El impeachment es la primera etapa del golpe, la segunda etapa se revela muy conservadora y reaccionaria, por un lado, y extremadamente radicalizada, por el otro. Hace parte de esta segunda etapa sacar a Lula de las elecciones de 2018 creando factoides judiciales para él. Se crea una justicia y se utiliza la ley para destruir civilmente lo que consideran como blanco enemigo, que hay que destruir”.

En opinión de la ex mandataria, existe una tercera etapa política, que puede ser simultánea, en la cual se enmarca la propuesta de parlamentarismo inscripta en la reforma política que intentará implantar el actual gabinete para anular la democracia participativa.

Otro grave paso dio la cúpula gobernante de Brasil en cuando a su sumisión a Estados Unidos.

El régimen de Temer aceptó la realización de maniobras militares con el Pentágono en el Amazonas en diciembre próximo, una acción inédita y altamente peligrosa.

La parte brasileña de la región amazónica hace frontera con Venezuela, una nación independiente a la que Estados Unidos acaba de amenazar con un ataque bélico por desobedecer sus órdenes imperiales. Temer y sus compinches latinoamericanos que tomarán parte en las maniobras abrirán las puertas a los soldados norteamericanos de una región considerada sagrada por sus grandes riquezas naturales.

Nadie puede calcular, según analistas, el significado de una guerra en el Amazonas, donde habitan, por lo regular, comunidades indígenas protectoras de la Naturaleza.