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sábado, 5 de octubre de 2024

Toro en Cuba, y más del cine español

El estreno en el país de la segunda cinta de Kike Maíllo, protagonizada por Mario Casas, inicia la V Muestra de Cine Español del Nuevo Milenio…

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 11/09/2016
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No en balde las salas de cine se abarrotaron y la crítica especializada ha sido tan benévola con Toro. Es el segundo filme del director barcelonés Kike Maíllo, a quien el público cubano conoce por su ópera prima Eva, realizada hace cuatro años atrás, y al que los cinéfilos españoles le dieron un voto de confianza.

Toro, filmada en el 2015 y estrenada en marzo de este año, es un ejemplo de la perfecta mezcla de géneros en una misma propuesta, algo que va siendo cada vez más común en las producciones cinematográficas recientes. Es un thriller “a la española”, en el que saltan temas como la lealtad, la familia, el amor, la honestidad, el sentido de la justicia, la traición, la mezquindad, la avaricia, la madurez.

“Ahí van los dos hermanos, traen la cárcel en sus manos. Sus ojos miran al mar. Huyen de un destino que dejan atrás. Cuando la baraja está marcada con sangre y alquitrán todos los caminos son abismos y no pueden escapar”. Confieso que esta letra de la canción que precedió la proyección de la película a la prensa mientras veíamos algunas escenas, me dio ciertos escalofríos, aún cuando no había leído ni una línea de la sinopsis.

No sabía todavía yo que Toro (Mario Casas) ansiaba una vida normal a menos de dos meses de vencer su libertad condicional luego de cinco años en la cárcel. No, en realidad ansiaba una vida normal desde antes, desde que se subió al carro aquella noche y le dijo a Rafael Romano (José Sacristán) que ese sería el último trabajo sucio que él y sus hermanos harían a cambio de dinero. Ignoraba Toro que ya este magnate inescrupuloso temía su muerte, anunciada en las cartas, y preparaba su asesinato. El plan falló, murió el hermano mayor y Toro cumplió cárcel mientras López (Luis Tosar), su otro hermano, llevaba una vida cada vez más descabellada.

Todo sucedió en 48 horas. El dinero reclamado, la deuda impagable, la hija de López de rehén, la súplica a Toro para que lo ayude, los planes súbitos para salir a salvo de las situaciones imprevistas, la violencia multiplicada, el afán de venganza, la rabia creciente de Toro ante la agresión hacia su novia, la urgencia de una reconciliación entre hermanos…en fin, elementos todos de una historia con un héroe romántico que aunque engancha al espectador durante 100 minutos, puede resultar previsible en más de una ocasión. Pero, ¿y qué? Es entretenida, es manipuladora de emociones, es adictiva…es una película que muestra un crecimiento de su director y un cuidado excesivo en los detalles.

Fue precisamente Toro la cinta escogida para inaugurar este sábado 10 de septiembre la V Muestra de Cine Español del nuevo milenio que, hasta el 22 de septiembre en el cine 23 y 12, ofrecerá la oportunidad de disfrutar de ocho filmes, siete de ellos estrenados en el 2015.

En conferencia de prensa, su director Kike Maíllo comentó que el thriller es un género muy socorrido últimamente entre los realizadores españoles “tal vez por la propia crisis, que obliga a hablar de corrupción, de maldad, de violencia, del por qué de las cosas”. La demora entre su primera película y esta obedece, precisamente a esa crisis económica pero también a una especie de crisis creativa que se instala en la mente de los realizadores que se preguntan a dónde irá a parar su obra, añadió. “En próximos proyectos pretendo volver a la acción, pues hasta ahora me ha dado resultado”.

El joven actor Mario Casas, ganador de un connotado reconocimiento por el público y por la crítica especializada, confesó que se siente ahora más maduro, más consciente de su trabajo, más seguro y a la vez, aunque parezca contradictorio, más inseguro.

“Desde el héroe romántico, al policía intrépido, al protagonista de una comedia…todos los personajes son complejos y me obligan a ser muy exigente conmigo mismo. Ahora soy más consciente de mi trabajo, he aprendido más del lenguaje del cine y de la construcción de los personajes, y me hallo a mí mismo peor actor cada vez. Por eso me esfuerzo mucho, investigo, me preparo bien, porque comprendo ahora más que antes lo difícil que es estar en la lista de los buenos actores, y mantenerse ahí.

“Toro es un personaje que quiero mucho, que demandó de mí mucha dedicación. Asumí escenas muy fuertes sin dobles y durante el rodaje aprendí mucho del personaje. Toro camina hacia la redención, cree en la justicia y tuerce sus caminos, justo como puede pasar a mí ahora que solo 30 años o a cualquiera. Toro es un personaje que me ha enseñado mucho y que al final, queda en la gente”, agregó Casas, quien antes me había revelado su deseo de trabajar en el teatro pero solo si se lo propone alguien en quien pueda confiar ciegamente “pues respeto mucho ese medio y los que viven de él”.

GUÍA DEL CINÉFILO

Enhorabuena se retomó esta iniciativa de la Consejería Cultural de la Embajada de España, la Cinemateca de Cuba y el ICAIC pues luego de su inicio en el 2009, la Muestra de Cine Español desapareció de nuestras carteleras durante un tiempo.

Por estos días podrán ser vistas Palmeras en la nieve, dirigida por Fernando González Molina (y con Mario Casas también entre los protagonistas); Regresión, de Alejandro Amenábar; Cien años de perdón, del director Daniel Calparsoro; Requisitos para ser una persona normal, dirigida por Leticia Dolera; Isla Bonita, de Fernando Colomo; Anacleto, agente secreto, de Javier Ruiz Caldera y Nadie quiere la noche, de Isabel Coixet.

Personalmente sugiero ver  Nadie quiere la noche, presentada por su productora  Antonia Navas y Palmeras en la nieve. La primera es una cinta filmada en Noruega, Bulgaria e Islas Canarias, en la que se cuenta la historia de una mujer rica y culta que viaja al Polo Norte para reunirse con su marido y a la que el viaje la une con una mujer esquimal. Sobrevivir en esas duras condiciones climáticas es el eje central del filme, ganador de cuatro premios Goya, banda sonora original, dirección de producción, vestuario y peluquería y dos premios Gaudí, maquillaje y peluquería.

Fernando González Molina nos lleva hasta Guinea Ecuatorial con Palmeras en la nieve, para contarnos la historia de Kilian y su hermano en viaje hasta esta colonia española, donde descubren que la vida es más placentera en esas tribus, tal y como lo refleja la novela del mismo nombre de Luz Gabás. El filme alcanzó dos Goya a la mejor dirección artística y canción.

Requisitos para ser una persona normales una comedia que nos muestra a una joven “fracasada” con el ánimo de cambiar su vida, y que nos muestra un producto audiovisual en el que la directora actúa en los roles protagónicos. En el Festival de Málaga ganó premios al mejor guión novel, a la fotografía y al montaje y fue finalista de los premios Goya con tres nominaciones.

Anacleto, agente secretoes también un thriller que puede arrancarnos no pocas carcajadas mientras descubrimos los avatares de Adolfo, mal llevado con el padre y diana de un grupo de matones dirigidos por el enemigo de él. La cinta recibió el Goya a los mejores efectos especiales y cuatro premios Gaudí que incluían mejor dirección de producción.

Esta V Muestra trae un programa variado y atractivo y nos sitúa, una vez más, ante una cinematografía que ha defendido siempre las múltiples miradas personales de sus creadores y sus universos plásticos. Un acercamiento a lo que ya va siendo tendencia en nuestra antigua metrópoli.


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".


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