La exposición Todo Mezclado, del reconocido creador de las artes visuales Agustín Villafaña, fue inaugurada en la galería René Portocarrero del Teatro Nacional de Cuba en ocasión del Primero de Mayo, Día internacional de los trabajadores, además de constituir una “elegía pictórica” al Poeta Nacional Nicolás Guillén y una evocación a La Habana en el aniversario 505 de su fundación.
La muestra, conformada por 16 piezas de medianos formatos, está inspirada en el Poema Número 6 (1947), de Guillén, donde se expone la esencia mestiza de la cultura cubana: “Estamos juntos/ desde muy lejos,/ jóvenes, viejos,/ negros y blancos,/ todo mezclado;/ uno mandando y otro mandado,/ todo mezclado/ San Berenito y otro mandado,/ todo mezclado;/ negros y blancos/ desde muy lejos,/ todo mezclado (…). San Berenito, Santa María,/ Santa María, San Berenito/ ¡todo mezclado! (…) Yoruba soy, soy lucumí, mandinga, congo, carabalí…”.
Villafaña igualmente toma como sostén para la tesis de sus cuadros la metáfora que sobre el origen de la cubanidad sentenció el también célebre etnólogo y sociólogo Don Fernando Ortiz, el tercer descubridor de Cuba, quien la comparó con un ajiaco, en el que —como en el tradicional cocido heredado de los indígenas— se juntan diversas culturas (asiática, africana, española y aborigen): “… una cazuela abierta. Esa es Cuba, la isla, la olla puesta al fuego de los trópicos (…). Cazuela singular la de nuestra tierra, como la de nuestro ajiaco, que ha de ser de barro y muy abierta. (…).Ahí van las sustancias de los más diversos géneros y procedencias.”
Sus trabajos hacen referencia a los disímiles personajes que conforman la sociedad cubana contemporánea; apretada fusión de razas, credos, jerarquías, niveles educacionales…; unidad que caracteriza las movilizaciones por la celebración del Primero de Mayo en Cuba y que este año tendrán como escenarios parques, plazas, centros de trabajo y otras locaciones a lo largo y ancho del país.
El fundador y director del Centro cultural Casa Yeti (Casa Verde), en el capitalino municipio de Playa, igualmente incluye algunas de las diferentes medallas conferidas por el sistema de condecoraciones en Cuba; en tanto los rostros de sus figuras expresan distintos estados de ánimo y emociones: alegría, tristeza, amor a la patria y a la Revolución Cubana, sentido de pertenencia a este archipiélago, fe y optimismo, narraciones acentuadas a través del uso de los vestuarios y el cálido colorido del Caribe.
“La actitud del verdadero artista debe ser la sinceridad e insatisfacción y ser valiente y honesto hacia los demás. La conformidad engendra la mediocridad y el oportunismo”, dijo en 1963 la gran pintora cubana Antonia Eiriz (La Habana, 1929-Miami, 1995), su profesora en la Escuela Nacional de Arte y a quien cada año evoca con una exposición en su honor. De la obra pictórica de ésta se evidencia cierta influencia en las creaciones de Villafaña, sobre todo en el carácter expresionista de sus figuraciones, generalmente con morfologías grotescas y agresivas.
Este artífice deforma, como Eiriz en sus creaciones, la realidad para exponer de manera más subjetiva los sentimientos y emociones; en tanto en su obra establece puntos de contacto con el fauvismo, sobre todo en su estilo atrevido y desenfadado, que ignora las perspectivas, y se vale del empleo provocativo del color, las figuras planas y los contornos delineados. Abanico de improntas de la sociedad cubana con sus virtudes, defectos, contradicciones y venturas, a través de una descripción en la que trasciende la confianza en el mejoramiento humano y, en consecuencia, del país y su gente.
Llama la atención la pieza titulada Valija de la pandemia, la única tridimensional expuesta, en la cual el artista evoca las experiencias vividas durante la pandemia de la Coid-19, de la que él fue sobreviviente. En el interior narra las vicisitudes y reordenamiento existencial en los hogares cubanos durante los tiempos de confinamiento debido a la propagación de este flagelo que le arrebató la vida a más de 8 mil 500 cubanos; mientras que en la parte exterior reseña la enorme movida social que para proteger a la población acometió el Estado y el ejército de médicos, enfermeras, paramédicos, y decenas de miles de personas más.
Miembro de los consejos nacionales de la Central de Trabajadores de Cuba, del Sindicato de la Cultura —del que es fundador y asesor desde el año 1977— y de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Villafaña es graduado de las escuelas provincial José Joaquín Tejada y Nacional de Arte Cubanacán, además del Centro Europeo de la Terracota, en Florencia, Italia.
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