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lunes, 7 de octubre de 2024

Teatro Sauto: El renacido I (+Fotos) (+Audio)

Este teatro en Matanzas, celebra el 156 aniversario de su inauguración. A casi diez años de su cierre, Cubahora le ofrece un acercamiento a la restauración del inmueble neoclásico matancero...

Jessica Mesa Duarte en Exclusivo 06/04/2019
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Teatro Sauto-Matanzas
El Sauto afronta la mayor restauración de su historia (Jessica Mesa Duarte / Cubahora)

Modificaciones y ampliaciones en sus áreas aledañas, descripciones detalladas de las zonas interiores del majestuoso edificio desde su apertura, en 1863, hasta la fecha y el cambio de nombre del entonces Esteban por el de Sauto, son algunos de los elementos que se recogen en las más de treinta inscripciones del inmueble neoclásico que aparecen en los añejos libros del Registro de la Propiedad de la ciudad de Matanzas.

Para muchos el teatro ha permanecido demasiado tiempo inerte después del aguacero que bautizó su última función, presagiando el “silencio” que reina allí desde septiembre de 2010.

No obstante las miradas pesimistas de los que desconfían de su pronta terminación, las desesperanzas de quienes no asimilan que permanezca cerrado luego de casi una década y la curiosidad de ciertos jóvenes por descubrir los tesoros anunciados por sus padres y abuelos, hoy la imagen del que encabeza la trilogía de los teatros clásicos del siglo XIX en Cuba difiere de la triste figura que más bien parecía una oda a la decadencia en épocas precedentes.


Desde los años 80 el edificio mostraba una imagen decadente. (Foto: Cortesía equipo de investigación de Sauto).

Luego de 156 años el Sauto parece más vivo. El coliseo matancero renace desde sus ventanas siempre abiertas, la vigorosidad con que se elevan las estatuas del parque, los colores que imprimen elegancia a la joya arquitectónica, el ajetreado andar de sus fieles trabajadores y la impetuosidad con que desafía al tiempo.


La originalidad del coliseo yumurino alcanza altos valores de originalidad. (Foto: Jessica Mesa/Cubahora).

Es cierto que la obra ha demorado más de lo previsto por lo complejo de realizar una rehabilitación patrimonial de notables proporciones, que los presupuestos asignados a la restauración del edificio superan en algunos millones los 300 mil pesos oro que costó su construcción, que la lluvia de fechas de terminación empapa de inseguridades a los matanceros, que este teatro es vital para el desarrollo cultural de la conocida como Atenas de Cuba.

Mas, cuando sus sombras no sean más que un recuerdo, habrá que valorar cuán necesaria fue la espera para cumplir con éxitos los designios de Daniel Dall´aglio y será insoslayable darle la razón al tiempo.

UNA NECESARIA RECONSTRUCCIÓN HISTÓRICA


En el año 1999 comenzó la restauración del inmueble. (Foto: Cortesía equipo de investigación de Sauto).

La restauración del otrora Esteban comenzó en el año 1999 por las afectaciones existentes en las estructuras constructivas del coliseo producto del paso del tiempo, la inexistencia de labores de mantenimiento durante más de dos décadas y los errores cometidos en los anteriores procesos de rehabilitación.

 “Al Sauto le han realizado cuantiosas restauraciones desde el propio siglo XIX. De todas las más definitorias son la de 1965 a 1970 y la actual”, especificó Leonel Pérez Orozco, Conservador de la Ciudad de Matanzas y agregó que “esta se trata de la conservación más profunda y fiel a su nacimiento, teniendo en cuenta los detalles de la arquitectura neoclásica, inspirada en la Scala de Milán y que funciona como un inmenso instrumento musical.”

Ante la imposibilidad de mantener abierta la institución, en septiembre de 2010, se decidió cerrarla para acometer una reconstrucción más profunda y detallada. Según señaló Cecilia Sodis, directora del Sauto desde 1989 hasta su muerte, durante un período bastante prolongado de la restauración se mantuvo como “ruta crítica la carpintería con la falta de más de cien metros cúbicos de madera.”

Desde entonces hasta la fecha, la reparación ha afrontado no pocas problemáticas en diferentes etapas, entre ellas escasez de presupuestos, la poca preparación de sus ejecutores y la falta de madera, material que constituye el 90 por ciento de las estructuras del edificio.

“Teníamos que buscar madera con la misma calidad con que fue construido el otrora Esteban. El segundo desafío fue reproducir lo que había desaparecido producto de anteriores restauraciones y lo que existía a medias para que recuperara su aspecto original.


El avanzado deterioro de los elementos decorativos supuso un desafío para los restauradores en función de devolverle iuna imagen renovada.

“Después llegó la parte constructiva: se cambiaron la cablería y las instalaciones hidrosanitarias y eléctricas, se reprodujeron las puertas y ventanas, se hicieron los pisos nuevos con mármol blanco semejante al blanco de Carrara”, agregó Pérez Orozco.


Cada etapa requirió de la especialización, alto sentido del detalle  y entrega de los obreros y artistas.

Sin embargo, desde la incorporación de tres brigadas de cuentapropistas a las labores, en abril de 2014, se evidenció la agilización y mayor calidad de los procesos de restauración.

Sauto es un teatro de primer nivel, comparable a las más afamadas instituciones de su tipo en el mundo. Al poseer grado de protección I requiere una atención detallada, especificó el Conservador.

“Uno de los retos más difíciles que enfrentamos fue la copia de los papeles de techo originales de los palcos. Eso llevó  un trabajo extraordinario por parte de los artistas que integran el equipo de Edel Arencibia.

“Las lámparas también estaban medio destruidas y oxidadas. Miguel Ojito, un artesano de primer nivel en Matanzas, las pulió, las arregló y engarzó con las piedras de cristal que faltaban y hoy son realmente obras de arte.

“Carlos Somuano ha sido otro de los artífices de esta magistral obra de restauración. Se encargó de la carpintería de estructuras, el escenario, la platea y decoró la sala”, resaltó el también historiador.

RESTAURACIÓN CON PUNTOS SUSPENSIVOS

En la actual etapa de la restauración del teatro Sauto se trabaja en la puesta en marcha del sistema de climatización central, diseñado específicamente para la institución yumurina, debido a las características constructivas y físicas del edificio.

“Las características del equipamiento son muy particulares. Al ser el Sauto un edificio patrimonial no se deben montar equipos que sean visibles. Este tiene una capacidad de 160 toneladas y climatizará la sala tirando para tres manejadoras, una de 120 toneladas y dos de 20”, explicó Martha Beatriz Menéndez Rodríguez, gerente general de COPEXTEL en Matanzas, empresa encargada de la parte técnica de la restauración.

Ya se encuentran en la institución las tuberías, la unidad generadora de agua helada y los aditamentos de contacto entre las manejadoras y los conductos. La obra solo espera por la llegada de una bomba para extraer el agua del pozo que pondrá en funcionamiento el mecanismo.

“Se trata de una tecnología muy moderna que antes no se había empleado en Cuba”, aclaró Juan Martín Alfonso, al frente de la brigada de constructores cuentapropistas que labora ininterrumpidamente, junto a los especialistas de COPEXTEL para acelerar el montaje del equipo. “En el caso de las oficinas y el resto de los espacios internos del edificio, los especialistas ya habilitaron las estructuras del clima”, prosiguió.

Otra de las prioridades que complejiza la conclusión de la restauración es la puesta en funcionamiento del sistema de distribución de electricidad. Hasta el momento queda pendiente la llegada e instalación de parte de los sistemas de luces y sonido, con lo cual se completarán los elementos que han retrasado la apertura del centenario inmueble.

En su última fase, la rehabilitación del coliseo matancero se centra también en detalles como el retoque de la herrería y el repintado de algunas paredes, las pruebas de iluminación escénica y sonido.

Después de una profunda investigación los restos de Ambrosio de la Concepción Sauto y Noda y su esposa Juana Jéquens Jimeno, mecenas de la institución, descansarán desde hoy en dos nichos construidos detrás del palco principal del teatro, donde usualmente disfrutaban de las presentaciones.

Luego de localizar sus cuerpos en el cementerio de Matanzas durante el año 2009, un equipo de antropólogos desarrolló un amplio estudio que les permitió conocer los padecimientos de Sauto y Jéquens, sus hábitos alimenticios y otras cuestiones de interés para los investigadores.

A pesar de que sus tumbas habían sido saqueadas y violadas, se conservan aún algunas partes del cuerpo de Sauto como el cráneo, las mandíbulas, tibias y peronés.

Las acciones para rememorar hoy la inauguración del teatro matancero, Monumento Nacional (1978), incluyen también la develación de dos tarjas en el exterior del inmueble, una dedicada a la historia del edificio, su surgimiento y años de existencia, otra de agradecimiento a Daniel Dall' Aglio, arquitecto del teatro y a Sauto, benefactor de Matanzas.

El inmueble que encabeza la trilogía de teatros clásicos del siglo 19 en Cuba poco a poco despierta, junto a la ciudad que lo vio nacer hace más de siglo y medio y que espera con ansias que vuelva a latir el corazón de la cultura matancera.


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Jessica Mesa Duarte

Periodista y escritora de guiones radiales.


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