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jueves, 3 de octubre de 2024

Talento en Casa

El importante evento ha reunido más de 400 obras en concurso lo que ratifica su prestigio a nivel internacional...

Aymara Massiel Matos Gil en Exclusivo 28/01/2016
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“¿Qué es eso del talento? A veces lo imagino como una estatuilla de piedra guardada al fondo de esa ‘caja negra’ que, también imagino, está al interior de cada ser humano. Si pudiéramos abrir varias de esas cajas veríamos que solo en una o dos de cada cien, o de cada mil, encontramos esa anhelada estatuilla. No sabemos de dónde viene ni por qué unos la tienen y otros no, y mucho menos si es posible autogenerarla o si puede desaparecer con el tiempo. Solo sabemos que está allí y que en otros no está ni estará nunca”.

Así manifestaba el escritor colombiano Santiago Gamboa en el acto inaugural de la presente edición del Premio Literario Casa de las Américas, un evento que durante 57 años ha sabido recompensar esa estatuilla oculta en los escritores de nuestro continente.

Sin ser crítica literaria me atrevería a afirmar que América ha dado, y continúa dando, talentosos escritores, ya no solo conocidos dentro de nuestras fronteras, sino un poco más allá, donde hace solo unos años el reconocimiento y la influencia de un escritor latinoamericano o caribeño eran un tanto utópicos.

En tal sentido resulta necesario mencionar a una institución que desde hace más de medio siglo vela por la difusión del material artístico literario de nuestra región: la Casa de las Américas.

Fundada en el año 1959 por Haydée Santamaría, la Casa, como también se le conoce, constituyó un acertado intento de integración latinoamericana y caribeña a través de la cultura. Desde entonces la institución difunde la labor de escritores, artistas y estudiosos de las artes, la literatura y las ciencias sociales, a través de los diversos centros especializados que la integran, encontrándose, entre otros, el Centro de Investigaciones Literarias y el Centro de Estudios del Caribe.

 Y como expresara su actual director, Roberto Fernández Retamar, “…no se podría contar la historia de la literatura en la América Latina y el Caribe (…), sin tomar en cuenta el Premio Literario Casa de las Américas, primer acto de proyección internacional de la institución, convocado por primera vez en 1959 con el objetivo de estimular y difundir las letras del Continente”.

En sus inicios se llamó Concurso Literario Hispanoamericano, sin embargo, y haciendo un análisis en retrospectiva, este nombre no era del todo integrador, puesto que no incluía a toda la diversidad que desde el punto de vista lingüístico existe en la zona.

Cuatro años después, con la inserción de los autores brasileños en el certamen, pasó a ser Latinoamericano, y finalmente, en el año 1965, adquirió el nombre con el que se le conoce en la actualidad.

Si bien en un inicio el Premio convocaba a la participación en los géneros más tradicionales, como el cuento, la novela, el teatro, el ensayo o la poesía; más adelante esta convocatoria se fue diversificando, dando cabida a otras categorías, como el testimonio, en el año 1970; la literatura para niños y jóvenes, en 1975, y ese mismo año se insertó la literatura caribeña en idioma inglés.

Posteriormente se reservó un apartado a la literatura francófona del Caribe y se establecieron categorías independientes para la literatura brasileña e indígena. Aunque no todas son convocadas cada año, este amplio espectro ofrece mayores posibilidades a los creadores.

Reconocidas figuras del continente han formado parte de este importante evento cultural, entre las que podemos citar a Alejo Carpentier, Miguel Ángel Asturias, José Lezama Lima, Carlos Fuentes y Nicolás Guillén; quienes formaron parte del jurado en la primera edición.

Otros como el cubano José Soler Puig, el salvadoreño Roque Dalton, el peruano Alfredo Bryce Echenique y el chileno Antonio Skármeta se dieron a conocer internacionalmente gracias a él.

De igual modo se entregan premios extraordinarios, entre ellos el de poesía José Lezama Lima, que hace referencia al reconocido literato cubano; de ensayo Ezequiel Martínez Estrada, en honor al escritor argentino, y de narrativa José María Arguedas, que homenajea al narrador peruano. Se han entregado además el Premio Extraordinario de estudios sobre las culturas originarias de América, el de estudios sobre la mujer, el de estudios sobre la presencia negra en la América y el Caribe contemporáneos, así como el de literatura latina en los Estados Unidos.

El Premio Casa de las Américas, además de estimular la creación de escritores noveles y otros más consagrados, constituye el escenario ideal para reunir a investigadores, artistas, políticos, historiadores…; quienes debaten sobre la realidad actual de nuestros países. Esta vez, prestigian el encuentro, el expresidente uruguayo José (Pepe) Mujica y su esposa y la senadora Lucía Topolansky.

Esta iniciativa nació para ser exitosa, como lo ha venido demostrando a través de todos estos años, cada vez los encuentros son más enriquecedores y los participantes más talentosos. No es solo el aporte monetario que reciben los ganadores, no es solo la publicación del libro (tan ansiada por muchos), es también el reconocimiento, es la oportunidad de que un grupo de artistas consagrados coincidan en que esa obra es valiosa y que, por tanto, merece ser difundida. Eso vale mucho más.

En esta ocasión, más de 400 obras están en concurso, y solo en la categoría de cuento concursan 221, lo que constituye un récord. Esto reafirma la legitimidad y la importancia que los autores le conceden a un premio como este.

En manos de los 22 miembros del jurado está decidir cuáles son los textos ganadores de esta edición, tarea difícil, teniendo el cuenta el potencial con que cuentan los escritores latinoamericanos y caribeños.

Al ofrecer sus criterios sobre este tema, el escritor e historiador francés Paul Estrade planteó en el año 1995: “Cuantos se interesan por los libros que la Casa de las Américas ha seleccionado y publicado saben que, en los diversos géneros, se han premiado trabajos de toda índole, de toda procedencia, de toda orientación estética o filosófica. Conozco para quienes una primera obra juvenil premiada por la Casa de las Américas ha sido el trampolín hacia la consagración… Conozco para quienes ha sido la mejor recompensa de su vida, la más apreciada de las que recibieron, por venirles a la vez de Cuba y de un jurado en el que no dominaban los cubanos…”.


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Aymara Massiel Matos Gil

Optimista, comprometida con mi profesión y, sobre todo, orgullosa de ser cubana.


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