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martes, 1 de octubre de 2024

Susana de Celis Massieu: “Un sueño compartido”

La escultora mexicana centra sus inspiraciones en animales prehistóricos y criaturas recreadas por el fabular de novelistas...

Ada María Oramas Ezquerro en Exclusivo 28/05/2015
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FAUNA MITOLÓGICA EN LA BIENAL

—¿Cuántos son los animales representados por usted para exhibirlos en la muestra de la Academia San Alejandro?

—Traje solo cinco porque son muy pesadas, y dos de las que aparecían en el catálogo, pues, por su peso, me costaba mucho trabajo traerlas. Traje el rinoceronte. Y como me enteré que esta especie es el símbolo de la Academia San Alejandro, fue una de las escultura que traje.

“Otra de las piezas escultóricas que forman parte de esta exhibición es una representación de Quetzalcoátl, también conocido como serpiente emplumada, que además posee características similares al dragón chino y, de este modo son evocados los dos. Traje La diosa del maíz porque es muy significativa su presencia en todas las ceremonias de fertilidad. Los antiguos esperaban que hiciera el milagro de que la cosecha fuera buena, y para lograr sus favores hacían ceremonias muy sangrientas en su honor”.

—¿Existe alguna deidad que simbolice a los pueblos latinoamericanos?

—La diosa del maíz es un símbolo muy bello. En todas las ceremonias ancestrales de los países latinoamericanos estaba presente, porque los campesinos pensaban que las ofrendas y rezos a la diosa garantizarían que las cosechas fueran excelentes.

“Y aunque hacían sacrificios sangrientos dedicados a ella, su devoción y amor hacia esa deidad era algo muy bello, especialmente en países como México y Perú. Además, en cada uno de los estados mexicanos existe una representación diferente de esta deidad. La que esculpí para la Bienal está entre azteca y maya”.

—Observo en su conjunto escultórico, una obra que podría definir como abstracto figurativa, ¿podría definirla?

—También represento la inmortalidad en otra obra. Es la idea de que cuando uno madura, los dos cerebros, el masculino y el femenino, se unen. Y cuando uno muere, esas dos almas se van juntas al cielo.

—¿Cuáles son sus secretos en cuanto a la técnica y los materiales empleados en estas obras?

—Primero elaboro una estructura en metal y luego la repito en plastilina, saco un molde y generalmente la fundo en bronce. Tal como dije anteriormente, por el peso me vi precisada a modelarlas en resina, le añadí pátinas diferentes.

—¿Cómo logra esos reflejos resplandecientes en el rinoceronte?

—Es un animal mágico, uno de los pocos que perviven de la era Cuaternaria; digo que es mágico porque tiene su cuerno en el tercer ojo. Todos los orientales dicen que su cuerno molido posee propiedades curativas, por eso esta raza casi no existe. Caza de día, no de noche, por eso es un animal solar. Puse los símbolos solares y logré ese fulgor al añadirle un recubrimiento de polvo de plata a la reina.

“Esta obra representa al rinoceronte blanco africano, que porta un cuerno y ya casi se extingue por ese mito que le otorga poderes mágicos. El animal es casi ciego, y quizá por eso nos invita a estar dentro de nosotros y por eso es tan simbólico”.

—¿Acaso existe una preferencia por este paquidermo, al punto de sacralizarlo?

—Hay quienes piensan que posee poderes especiales y lo convierten en algo así como su tótem. Creen que él les facilitará la posibilidad de entrar a sus vidas pasadas.

—¿Podría referirse a la impresión que le ha causado la Bienal de La Habana?

—La celebración en San Alejandro denota el resultado de un magnífico trabajo por parte de estudiantes y profesores, alentado por la dirección de la escuela, en la cual todos los estudiantes han estado involucrados en la creación de obras, de performances…

“Esta alegría va más allá de la sede de la Academia y continúa en otros lugares de la ciudad, en proyectos fascinantes como Detrás del Muro y en las creaciones fabulosas que se encuentran en la Cabaña y en las plazas y parques de La Habana Vieja. Me he sentido muy feliz por haber expuesto mis obras en la Bienal y anhelo estar presente en la próxima edición de este sueño compartido”.


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Ada María Oramas Ezquerro

De larga trayectoria en el periodismo cultural. Premio de Oro, del Gran Teatro de La Habana y Miembro de la sección de la Asociación de Artistas Escénicas de la UNEAC


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