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jueves, 3 de octubre de 2024

¡Se ponía bravo de verdad!

Justo Vega confesaba que prefería la décima seria, pero que al pueblo le gustaba mucho esa actuación picaresca y retadora de sus controversias…

Lourdes Yunet López Ricardo en Exclusivo 14/01/2016
1 comentarios

Esbelto y canoso ante el micrófono, el ceño fruncido y la voz armoniosa. Justo Vega era un improvisador veloz, eufórico y, según cuentan, se ponía bravo de verdad cuando Adolfo Alfonso, en Palmas y Cañas, le soltaba versos demasiado jaraneros.

Entonces respondía con décimas como esta: Ríe si quieres reír, / goza si quieres gozar, / pero sin menoscabar/ mi manera de sentir/. Sin miedo puedes lucir/ tu lenguaje favorito, / pero no quieras, maldito, / hacerme con tu respuesta/ el muñeco de la fiesta/ porque no te lo permito/.

Y Adolfo, más joven y divertido, ripostaba: No es que yo te quiera hacer/ el muñeco de la fiesta, / tú mismo con tu protesta/ te estás echando a perder/. Aunque tú me quieras ver/ víctima de tu desprecio/ y aunque me juzgues de necio, / si yo le arranco el bigote/ para hacer un papalote/ este güin no tiene precio/.

Aplausos y risas se mezclaban con guitarras y tonadas en un diálogo original, de pelea amistosa, que ha burlado los relojes. Justo confesaba siempre que prefería la décima seria, pero que al pueblo le gustaba mucho esa actuación picaresca y retadora de sus controversias y por eso, él lo complacía, pues se debía por completo al público.

El tiempo no permitió que lo viera nunca sobre el escenario, en vivo, y me dejó a cambio sus imágenes televisivas, algunas fotos y una historia de laúd, canturía y versos de repente. De él siempre escuché hablar en la casa, de su elegancia más allá de la guayabera blanca y el famoso enfado artístico. Cuando quienes gustan del punto guajiro recuerdan la década del 40, llamada primera Edad de Oro del género, su nombre siempre surge. Entonces, mi abuela narra aquella ocasión cuando lo escuchó cantar en el parque de Madruga y todas las otras veces que, mirándolo en el televisor, se llenó de risas la familia.

Como integrante del popular cuarteto Trovadores Cubanos, presentador de anuncios en la firma de cigarros Partagás o líder de uno de los Populares Bandos, su carisma natural y voz afinada a través de la emisora CMQ, COCO, el guateque al aire libre o la televisión, hicieron que el hijo humilde de San Antonio de Cabezas, quien también fuera albañil, obrero agrícola o dependiente en una cafetería, se convirtiera en una de las voces más populares del punto en la Isla.

Hoy, cuando 23 años han pasado después de su partida, el repentista ágil, teatral, mediático y humorístico, llega a los recuerdos en la sala de muchas casas como la mía, a los apuntes de estudiosos de la poesía oral, la pequeña pantalla con las imágenes de otrora y hasta estas líneas de quien no lo vio nunca cantar en vivo, pero lo conoció a través de los cuentos de la abuela y la historia del repentismo en Cuba.  


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Lourdes Yunet López Ricardo

Periodista, repentista y soñadora del punto guajiro

Se han publicado 1 comentarios


Amelia
 19/1/16 11:01

A si mismo es, Yunet. Actualmente estos dos exelentes poetas del repentísmo cubano se ven reflejados en los jóbenes poetas Maikel Ventura y Osmiel Dominguez, que tiene su mismo carísma y entrega al publico. Quienes nos hacen reir cada domingo, siempre a la expectativa de lo que van a decir.

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