Para ti, Lucía, que eres toda música

La amiga entrañable de Sara González y de Pablo Menéndez, la que según Isabel Santos prefiere oír una película antes que verla, la compañera incondicional al decir de Heidi Igualada, la que derrochaba bondad para Edesio Alejandro y que siempre le tendió la mano a Marta Duarte y a otros…

La excelente músico que reconoce Ireno García, la que Pedro Luis Ferrer recuerda como mujer sabia y emprendedora, la persona especial que será siempre para Liuba María Hevia, la que siempre ha querido Chucho Valdés y la que ha demorado un año en volver a llamar por teléfono a Amaury Pérez para hablar de trabajo, chismear un poco y compartir una comida…

La extraordinaria multi-instrumentista, compositora, arreglista y productora musical Lucía Huergo estuvo ahí, entre todos, la noche de este sábado, cuando en un gran concierto en el edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes se le quiso recordar justo un año después de su desaparición física.

Estuvo ahí y no solo porque en el último tema del programa concebido, Mereguo, un video nos permitió disfrutarla en vivo en un solo de saxofón. Lucía estuvo desde el principio cuando su grupo LH abrió la velada junto al saxofonista Carlos Miyares y el director de Síntesis, Carlos Alfonso, con la interpretación de Eyeleó.

Seguramente sonrió y comprendió que la noche sería suya…Lo fue cuando el saxofonista Michel Herrera compartió junto a su grupo su tema De vuelta, y cuando Bellita y su JazzTumbatá hicieron estremecer el escenario con Echubelequeo. “Pa’ti Lucía, estés donde estés”, dijo ella  con la mirada hacia arriba y Lucía, con certeza, se dispuso a ser feliz.

¿Cómo no serlo si Alejandro Valdés puso la guitarra y Orlando Valle (Maraca) regaló su virtuosismo en la flauta junto a su grupo en Danzón Habana, y el público aplaudió siguiendo el ritmo? Su estado de gracia no podía haber sido otro ante las sentidas palabras de su amiga Sonia Cornuchet, quien cantó Ibanlaye mientras Jesús Fuentes tocaba sus saxofones y Pablo Menéndez y Octavio Rodríguez ofrecieron su Mezcla.

Sonia cantó también Como un río, de Marta Valdés y La Mulata de Caramelos, de Alberto Tosca, temas arreglados por Lucía y que ella no concibe disfrutar ya más si no es desde su toque mágico. Sonia nos llevó de la mano, entre tema y tema, y también presentó las palabras de añoranza grabadas de Amaury Pérez, quien no pudo estar.

Gerardo Alfonso, a piano y voz, confesó que la extrañaba mucho y después de su eterna Giovanna le dedicó Quisiera.  Y Yaíma Sáez desplegó su voz y su talento interpretativo mientras el saxofón de Jesús Fuentes la seguía en Como una campana, de Donato Poveda.

Bailó Lucía…sí, seguro, cuando Marta Campos irrumpió “pa’poner esto a gozar como a ella también le gustaba” y compartió micrófonos con Telmary en La rumba Loca, compuesto por ella y Yusa.

No hizo faltar presentar a la mujer que tanto se extraña y que unió voces en la sala en Perdida en el tiempo. “Ella está aquí, nos ve y nos oye, y le agradezco mucho”, dijo Tanya Rodríguez.

Como penúltimo tema, también en coautoría de Lucía y Yusa, se disfrutó de Fasten Seat Belt, con casi las mismas muchachas que compartieron en vivo con ella tiempo atrás: las flautistas Haydée López, Melody Spartacus, Diana Díaz y Janeth María Jiménez.

No hubo baches, más bien tiempos lógicos para acomodarlo todo entre canción y canción, como explicó Carlos Gaytán, director musical del espectáculo y pianista y director musical del grupo LH, integrado por José Arnulfo Guerra en el bajo, Raúl Verdecia en la guitarra eléctrica, Adriel Sánchez en la percusión, Hugo Alexander en el drums y en los coros Lien Díaz, Yuko Fong, Claudia Lucía Portuondo y Aymée Abreu.

Todo estuvo bien, como le hubiera gustado a ella, reflejó el rostro agradecido de Niurka Sánchez, a quien le unieron miles de lazos y mucho amor con Lucía.

Y a quienes no conocimos a Lucía Huergo en carne y hueso y solo nos quedan sus referencias musicales se nos escaparon las lágrimas porque con sentirla a ella, a su música es suficiente.