Para seguir tirando un pasillo

Hace unas semanas dijimos adiós a la segunda temporada de Bailando en Cuba, sin embargo, no son pocos los que todavía hablan con sentido de pertenencia de un programa que desde su surgimiento tuvo como propósito reverenciar la cultura danzaría de un país privilegiado, entre otros muchos atributos, por su música.

Fueron tres meses intensos, y como prometieron sus impulsores, regresó renovado, más atractivo y sugerente. Según el director general de esta propuesta, Manolo Ortega, —quien fue secundando por un valioso equipo creativo y de producción— el programa ha dejado un sabor muy dulce, por las experiencias y los retos que se han podido saldar en cuanto a la edición anterior.

Por ello, los días 25, 26 y 27 de mayo, en sus horarios habituales, el Teatro Karl Marx recibe el espectáculo “Bailando en Cuba: La historia no contada”, en el que la danza, el humor y la música se elevan a otra dimensión. Los organizadores del espectáculo comentaron a Cubahora, que serán tres noches inolvidables donde lo que viste no es lo que parece.

    Se prepara gran espectáculo sobre Bailando en Cuba en el teatro Karl Marx. Estos son algunos de los protagonistas. (Autor:Roberto Ruiz)

Ahora, a los concursantes de la segunda temporada de Bailando… se unen las ocurrencias de Vivir del Cuento, Mariconchi (Orlando Manrufo) y Edith Massola, y la música de Alain Pérez, Diván y Charanga Latina como invitados de lujo para esas jornadas. Pero, a ellos se suma además el Ballet Revolution dirigido por Roclan González, que acompañó cada programa durante su segunda temporada.

Igualmente estará la orquesta dirigida por Carlos Alberto Gaitán y las jóvenes voces de la segunda temporada de Sonando en Cuba: Rosa María, Alcibiades Durruthy y Duani Ramos, este último quien resultó Premio de la Popularidad en esa edición, y ahora es la voz líder de la reconocida agrupación Moncada. Ellos le impregnarán al nuevo show su talento, elegancia y empatía con el público.

Los organizadores destacaron que esta será la primera vez que el programa televisivo trascienda la pequeña pantalla y proponga un espectáculo en el que la música cubana de ayer y de hoy, junto a nuestros bailes tradicionales y contemporáneos, sean asumidos por bailarines y bailadores. En tal sentido añadieron que son muchas las sorpresas que nos reserva este espectáculo: nuevos jurados, nuevas situaciones, nuevos ganadores… para descubrirnos la historia no contada de Bailando en Cuba.

Desde el martes 22 están a la venta las entradas para el espectáculo, y quizás esta sea del mismo modo una propuesta muy aplaudida. No olvidemos que con una factura excepcional desde el punto de vista logístico, fotográfico y artístico (las luces, la dirección de arte, el diseño de pantalla y el vestuario), el programa que hace unas semanas dejamos de ver mezcló a bailarines profesionales y aficionados, quienes defendieron géneros como la conga, el chachachá, el son, la rumba, el casino, entre otras expresiones populares, muchas de ellas en improvisaciones.

Ahora que Bailando en Cuba va de la pantalla a la escena vale recordar algunos de los buenos sabores que estoy seguro dejó esta propuesta de RTV Comercial: uno de ellos es que las noches dominicales de Cubavisión, pueden contar con un programa serio y de buena calidad como necesitamos en estos tiempos. Y también que son muchas las familias cubanas que se sientan frente al televisor domingo tras domingo cuando existe una buena propuesta.

    Se prepara gran espectáculo sobre Bailando en Cuba en el teatro Karl Marx. Estos son algunos de los protagonistas (Autor:Roberto Ruiz)

No tengo cifras que evidencien tal afirmación, pero solo de escuchar los comentarios en la calle, en el trabajo, en una cola… tras cada edición demuestra que el programa caló en la gente y podemos hacer un gran show televisivo, como se hacen en otros países, que en pocas ocasiones rescatan para sí la cultura, los valores, la identidad, y todo lo identificativo de un país en cuanto a su arte.

Esta segunda temporada amplió sus horizontes, en tanto, gracias a la sección que llevó Roclan González, exhibió una valiosa representación de danzas y bailes de todo el país, presentadas por compañías que las cultivan en asentamientos poblacionales poco conocidos. Y eso fue una manera de acercar al televidente a modos de hacer alejados del encantamiento mediático pero que atesoran la memoria viva de sus orígenes.

En esa misma línea de pensamiento Lil Romero, la guionista de Bailando en Cuba, mostró su vasta cultura en la confección del programa, al dotarlo de elementos que contribuyen a aportar a la cultura con mensajes referidos a la historia y tradiciones de la Isla que son parte del quehacer social cotidiano. Por eso aseguró que este proyecto le permitió llevar a la escena  importantes valores imprescindibles para la familia y toda la sociedad en general como es la unidad, una buena convivencia, la educación y el amor.

Para los maestros: Santiago Alfonso, Premio Nacional de la Danza, Lizt Alfonso, directora de la compaña Lizt Alfonso Dance y Susana Pous, directora de Danza Abierta, valiosos exponentes del universo danzario cubano, todos los aplausos también. A ellos le tocó cada noche de domingo valorar, calificar, desaprobar, halagar… y decidir el justo rumbo de esta competencia fraternal.

Hubo no pocos programas que conquistaron el corazón del público: el del homenaje al 4 de Abril con la participación de La Colmenita y del encuentro con niños y niñas con discapacidades, así como el del viaje a Playa Girón y a la redacción del periódico Juventud Rebelde. De esas emisiones escuché varios comentarios positivos, por ser espacio para trasmitir la historia y nuevos conocimientos, por su dinámica, por acercarse más a la realidad de quienes viven esta Isla.

Sugerencias de una futura retransmisión en la pequeña pantalla y otras relacionadas con las reglas para cada competencia, la forma de seleccionar a los competidores, de la improvisación en los programa… hay sobre esta segunda temporada; pero, sin dudas, ha sido otra llena de nervios, emociones, nostalgia, tensiones, buenas y no tan buenas decisiones… de un tremendo show para el público que lo disfrutó y está dispuesto a tirar su pasillo como lo hará próximamente en el Karl Marx.