Nueva vida para el patrimonio fílmico cubano

El Laboratorio de Patrimonio Fílmico del ICAIC, por muchos años tuvo su sede en calle 23 entre 8 y 10, en el Vedado habanero. El venidero 23 de marzo, víspera del aniversario 57 de la fundación del ICAIC, quedará inaugurada su nueva sede, en unas instalaciones aledañas al Laboratorio a color del ICAIC –ubicado en Tulipán y Bellavista, Nuevo Vedado-, donde en agosto último abrieron a la población dos nuevas salas de proyección 3D.

Según explicó a la prensa Roberto Smith de Castro, Presidente del ICAIC: “El nuevo laboratorio fue trasladado hacia una construcción espaciosa, sólida,  próxima a la distribuidora que se encuentra en dos grandes bóvedas, al lado del edificio”.

Smith añadió que allí se han habilitado espacios para la restauración, la digitalización y la conservación del patrimonio fílmico (todo el cine cubano), con máquinas limpiadoras y scanner digitales, equipamientos muy costosos.

En ese sentido aclaró que a partir de la nueva Ley de Cine, aún en proceso de aprobación, todo el realizador que termine una obra -aunque no haya sido hecha con la industria oficial- deberá entregar una copia para su conservación en el laboratorio.

Para nadie es un secreto que durante los años 90 del pasado siglo el patrimonio fílmico nacional sufrió un gran deterioro por el estado de conservación del mismo. Sin, embargo, asegura Smith que no se vieron afectados todos los negativos de las películas y además se conservaron copias positivas.

“El trabajo de conservación del patrimonio fílmico nacional se realiza hace muchos años. Una gran parte de las películas cubanas está digitalizada. Hoy, aunque no se renuncia al soporte original de 35 mm., la prioridad es la digitalización como nueva filosofía dentro de la conservación”.

Al respecto han sido vitales los convenios que ha firmado el ICAIC con el Instituto Audiovisual de Francia: “Existen clásicos del cine cubano digitalizándose en otros países. La Academia de Cine de Hollywood ha favorecido ese proceso que también se está realizando en México”, adelanta el funcionario del ICAIC.      

Lo más importante es que el cine cubano pueda tener una nueva vida, a partir de la multiplicidad de soportes, su uso, socialización y exhibición en las salas 3D que existen en la ciudad: las 1 y 2, de Tulipán y Bellavista; la del Centro Cultural El Sauce; la de El Cinecito; la sala Charlot, del Charles Chaplin y la sala Patria, del municipio Cerro. 

“Esas nuevas salas brindan un servicio público, con el subsidio del Estado. Se está preservando la cultura cubana para nuestros hijos y nietos. No obstante, el estado técnico de las mismas es uno de los temas más complejos que enfrenta la vida cultural en Cuba.

“Para ver el cine se necesita solidez, confort en las butacas, una buena climatización. Los nuevos proyectores DCI son muy costosos, como todos los equipos digitales. El proyecto 23 del ICAIC lucha por la sostenibilidad de sus salas de cine. Aspiramos a reponer la climatización en los cines Yara, Payret y el 23 y 12, sede de la Cinemateca de Cuba”.

En otros territorios del país se está trabajando al respecto pero no podemos pasar por alto que las salas de cine pertenecen a las estructuras del gobierno provincial y no cuentan con proyectores DCI. Hay cines en óptimos condiciones como la Sala Praga, de Pinar del Río; el Cine Rialto, de Santiago de Cuba y el Céspedes, en Granma.

Hoy, con el auge de los llamados nuevos medios, la tendencia en todo el orbe es a que decrezcan las salas de cine y se incrementen las pantallas mediante la creación de multicines.

“Nuestro deseo es conservar la red de salas de cine en lo posible, no necesariamente las que hoy existen, partiendo de una red de multisalas, como las cuatro pequeñas con que cuenta el nuevo centro cultural En guayabera, de Alamar, en Habana del Este.

“Por supuesto que pensamos en recuperar los cines con grandes valores patrimoniales por su edificación y su historia, como el cine Payret, pero eso es difícil y muy caro”, concluye el titular del ICAIC.

No caben dudas de que todas estas acciones que está llevando a cabo el ICAIC, como parte de las celebraciones por el aniversario 57 de la industria cinematográfica en la Mayor de la Antillas, están encaminadas a preservar la memoria del séptimo arte en Cuba para las presentes y las futuras generaciones.