sábado, 28 de septiembre de 2024

Nadie es feliz a costa del despojo (+Videos)

La canción política de los jóvenes cubanos está muy lejos de ser panfletaria. En ella vibran los sentimientos y no hay divorcios entre la denuncia y la belleza...

Yoerky Sánchez Cuellar en Exclusivo 02/08/2014
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Ahora que Guantánamo abre sus puertas a juglares de diversas latitudes para entonar un canto de amor durante la Jornada de la Canción Política, leo que el video realizado por Silvio Rodríguez y Calle 13 es de lo más buscado en los últimos días en la red de redes.

Silvio, el aprendiz de brujo; Calle 13, el grupo que toma las tribunas y enarbola a través de su música el palpitar de un país todavía no liberado. De esa unión surgió “Ojos color sol”, cuyos versos nos recuerdan que toda la poesía cabe en una mirada, pues, “la luna sale a caminar siguiendo tus pupilas. /La luna brilla original después que tú la miras./Ya nadie sabe ser feliz a costa del despojo, /gracias a ti y a tus ojos”.

Y es que Silvio siempre ha estado al lado de los jóvenes. Lleva sobre sí el verdadero rostro de la felicidad, que le nace ante cada melodía, desde sus tiempos en el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, cuyo legado siguen quienes se llegan a la más oriental de las provincias cubanas. Allí recordarán las peripecias de esa generación tan valiosa para la cultura nacional, como lo refleja el documental Hay un grupo que dice, dirigido por Lourdes Prieto, que también será exhibido durante estos días en la tierra del Guaso.

Precisamente, de ese sitio es Alfredo Rostgaard, el creador del cartel iconográfico La rosa y la espina, símbolo del Movimiento de la Nueva Trova, y en aquel lugar se evoca a los jóvenes revolucionarios Fabio Rosell, Gustavo Fraga, Enrique Rodríguez, Jesús Martín y Abelardo Cuza, que el 4 de agosto de 1957 sufrieron un mortal accidente en una fábrica de bombas del Movimiento 26 de Julio.

Pero la muerte también encuentra sus barreras, porque todo arte salva. La creación, que sabe poco de cortapisas, no encuentra límites. El espíritu se alimenta de lo verdaderamente hermoso en un mundo donde “las lombrices y los peces pescan los anzuelos. /Se vuela por el mar y se navega por el cielo. /Crecen flores en la arena, cae lluvia en el desierto. /Ahora los sueños son reales, porque se sueña despierto.

Cuba es tierra de poetas y cantores por las mejores causas. ¿Quién no ha vibrado con “Girón, la victoria”, de Sara González, o con “Los amigos del amigo”, escrita por Raúl Torres ante la muerte del Comandante Chávez? ¿Quién no ha tarareado la melodía de Pablito Milanés en contra de las botas militares que recorrieron las calles de un Santiago ensangrentado? En nuestra tradición, desde la lucha de los mambises, la música acompaña lo más autóctono de nuestro pueblo. Y es un legado que la nueva oleada de creadores no dejará perder.

Han pasado 38 años desde que se realizó la primera Jornada de la Canción Política, organizada por la Asociación Hermanos Saíz, joven vanguardia artística cubana. En esta edición, los artistas volverán a salir a las calles, parques y barrios periféricos con sus guitarras al hombro.

Los que acudieron en 1978 a las jornadas inaugurales pudieran sorprenderse hoy de cómo el espíritu que ellos dejaron se ha mantenido a lo largo del tiempo, por todo un movimiento que aún vibra al ritmo de la creación.

Y no olvido tampoco a otro trovador, Axel Milanés, quien en una de sus canciones se dio unos minutos para cantarle al mundo mientras sentía que algo impulsaba hacia infértiles rincones sus sueños y verdades, pero de inmediato reconocía, para salvarse de toda la inmundicia: “Menos mal que quedan locos de esperanzas /quedan manos que de hacer nunca se cansan /menos mal que quedan flores, poetas y cantores…”.

La canción política de los jóvenes cubanos está muy lejos de ser panfletaria. En ella vibran los sentimientos y no hay divorcios entre la denuncia y la belleza, entre las posturas éticas y el valor estético. Se nutre de una savia valedera en la cultura cubana y un deseo de dar al otro, de entregarse por los demás, que habita en el alma de los presentes en el evento, como seres sentipensantes.

Guantánamo se convierte así en una plaza de valiosa riqueza cultural, que engrandece y ennoblece la espiritualidad de un pueblo. Artistas y pobladores se dan la mano y se miran a los ojos, mientras muchos en el mundo siguen buscando la canción de Silvio y Calle 13 para lograr una definitiva emancipación y felicidad que solo llegan cuando no hay despojos.

A continuación, compartimos con ustedes varios videos que muestran la diversidad de la canción política cubana.


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Yoerky Sánchez Cuellar

Soy un joven cubano, periodista y soñador, un loco de esperanzas. Me gusta tanto la literatura como la política. Mi más sincera convicción es el pensamiento martiano de que los buenos son los que ganan a la larga.


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