Música cubana: patrimonio en buenas manos

Si se analiza bien –tampoco hace mucha falta- la música es la reina indudable entre las manifestaciones de la cultura cubana, tan rica, tan saludable y tan vasta.

En Cuba sucede algo que a muchos que no han nacido en la ella les resulta poco menos que extraño: cuando alguien dice que es músico, nadie asume que es un hobby, sino una profesión a tiempo completo, como si fuera lo más natural del mundo. El arte del pentagrama tiene entre nosotros siglos y siglos de tradición, rejuvenecida por muchos que se encargan de que no caiga en el olvido el trabajo de quienes nos antecedieron y contribuyeron a que seamos hoy una nación eminentemente musical.

Una fiebre de rescate y preservación de todo lo que sea patrimonio musical cubano se ha extendido por todo el país en los últimos años, una contagiosa y necesaria “enfermedad” a la que mucho ha contribuido la creación del Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, en 2012, para asegurar: la digitalización y recuperación de materiales, y  la localización, catalogación, transcripción y estudio de documentos, partituras, grabaciones e  instrumentos, entre otros esfuerzos.

Además, el Gabinete, con la musicóloga Miriam Escudero a la cabeza; se ocupa de la socialización del patrimonio musical en bases de datos, publicaciones impresas, biblioteca-fonoteca especializada, conciertos y conferencias, uno de sus empeños más visibles, y legitimado a través de importantes premios, los más recientes: dos lauros en el Cubadisco 2014 al CD-DVD  Colección Música catedralicia de Cuba. Repertorio Litúrgico de Cayetano Pagueras y Villancicos de Navidad de Juan París, interpretado por la Camerata vocale Sine Nomine y Orquesta del ISA (La Ceiba-Colibrí).

Galardonado en las categorías de Música de Cámara y Notas Musicológicas, este álbum recoge dos “conciertos históricos” al decir de Miriam Escudero; quien aseguró que fue durante esa presentación en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, donde se pudo escuchar por primera vez todas las obras de Pagueras y París, músicos que estuvieron al servicio de las catedrales de La Habana y Santiago de Cuba entre el último tercio del siglo XVIII y la primera mitad del XIX.

La Maestra Leonor Pérez Dulzaides, directora de Sine Nomine –agrupación coral masculina única de su tipo en Cuba por incluir contratenores- reconoció en una entrevista a Cubahora la trascendencia de participar en la grabación de la música que Escudero y su colega Claudia Fallarero rescataron de los archivos de estas iglesias.

“Fue un trabajo muy importante  y para nosotros fue un inmenso privilegio ser quienes les dieran  vida real a esas partituras rescatadas, porque el papel está, pero fueron nuestras voces, fue nuestra manera de abordar la música, fue nuestro corazón, el que dio vida a esa música y todo quedó plasmado en dos discos que se grabaron en el mes de julio de 2013 con una inmensa cantidad de obras de alto calibre.”

Impresión de libros –este 17 de junio se presentó en Santiago el texto Músicos de la Catedral de Santiago de Cuba. Siglos XVI-XIX (Ediciones Caserón)-, talleres de luthería (arte de construir instrumentos musicales, sobre todo cordófonos) y la participación en proyectos relacionados con el fomento de la enseñanza del patrimonio musical como vector de cambio social y su gestión y difusión en Cuba y Latinoamérica, sitúan a esta institución a la vanguardia de los que se preocupan por el pasado sonoro de la Isla.

Afortunadamente no son los únicos, este mismo año la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM), con más de 70 mil grabaciones en su acervo, cumplió medio siglo con el slogan de 50 años atesorando el patrimonio musical, cumpleaños que celebraron con varias ediciones de discos, entre ellos una colección de cinco CDs con la memoria de la disquera, que tiene en su catálogo desde Benny Moré, Celeste Mendoza, Elena Burke hasta Eliades Ochoa, Omara Portuondo y Chucho Valdés.

Colibrí, Bismusic, La Ceiba y la propia EGREM son solo la punta del iceberg en cuanto a preservación y difusión de la música, que no abarca únicamente a los consagrados, sino también a las figuras noveles, que contribuyen con su quehacer al enriquecimiento de la sonoridad cubana.

Para respaldarlos están también los múltiples eventos que como el Cubadisco y el Festival Leo Brouwer en la Habana, y la Fiesta del Fuego, el Festival Internacional de Coros, y el de la Trova, en Santiago, por mencionar los más mediáticos; toman como divisa el continuo rescate del patrimonio musical, no solo de Cuba, sino del mundo. Todos movidos por aquello de que no es posible avanzar sin mirar atrás, hacia el camino recorrido.  

Entre las funciones del Gabinete se encuentran:

PRESERVACIÓN: digitalización de fuentes relativas al hecho musical y recuperación de fuentes sonoras

INVESTIGACIÓN: localización, catalogación, transcripción y estudio de fuentes relativas al hecho musical

GESTIÓN: socialización del patrimonio musical en bases de datos, publicaciones impresas, biblioteca-fonoteca especializada, conciertos y conferencias

Para desarrollar su labor, el Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas cuenta con un equipo multidisciplinario de especialistas formados en musicología, sociología e historia con el objetivo de estudiar el documento musical desde varias aristas. Los resultados de trabajo se revierten en beneficio de instituciones e investigadores que requieran información sobre esta temática.